Romanos 11:29. Porque irrevocables son los
dones y el llamamiento de Dios.
No escuches a las personas que intentan desanimarte,
sigue tu camino, confía en Dios, y cree en las habilidades que él ha puesto en
ti, y no te desanimes, porque perseverando cumpliremos el plan de Dios para
nuestra vida...
"Había una vez un grupo de ranas que corrían
hacia la cima de una enorme montaña con muchísimos obstáculos y peligros en el
camino. La montaña era tan alta y los impedimentos tan numerosos que muchas de
las ranitas comenzaron a desanimarse en el camino y dejaron de correr, y
gritaban a las otras: ¡NO
PODRAN LLEGAR A LA CIMA!, ¡ES IMPOSIBLE QUE LLEGUEN!, ¡NUNCA LO LOGRARAN! y
MUCHISIMAS RAZONES PESIMISTAS, logrando que se desanimaran prácticamente todas las
ranas quedando solo una al final que siguió corriendo sin escuchar a las otras.
Al final la rana que permaneció corriendo llegó a su objetivo. Tiempo después
las otras ranas le preguntaron como hizo para lograr llegar a la cima. Ella no
respondía nada, y se acercó su padre y dijo: “no les escucha, es sorda”.
Dijo entonces a sus discípulos: Ciertamente la
cosecha es mucha, pero los trabajadores son pocos." Mateo 9:37.
Isaías 61. Buenas nuevas de salvación para Sion. El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel; a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová, y el día de venganza del Dios nuestro; a consolar a todos los enlutados; a ordenar que a los afligidos de Sion se les dé gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado; y serán llamados árboles de justicia, plantío de Jehová, para gloria suya. Reedificarán las ruinas antiguas, y levantarán los asolamientos primeros, y restaurarán las ciudades arruinadas, los escombros de muchas generaciones. Y extranjeros apacentarán vuestras ovejas, y los extraños serán vuestros labradores y vuestros viñadores. Y vosotros seréis llamados sacerdotes de Jehová, ministros de nuestro Dios seréis llamados; comeréis las riquezas de las naciones, y con su gloria seréis sublimes.
Empecemos reflexionando si aceptamos obedecer y servir a Dios en estos últimos tiempos de acuerdo al llamamiento que nos ha hecho. Si es un sí, entonces trabajemos en nuestro interior para permitirle al Señor que forme en nosotros el carácter de Cristo, que nos llene de su Espíritu Santo, que nos llene de su perfecto amor y que nos dé un corazón sensible a su voz y enseñable a su Palabra, un corazón conforme al suyo:
Entonces Jesús, llamándolos, dijo: Sabéis que los
gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que son grandes
ejercen sobre ellas potestad. Mas entre vosotros no será así, sino que el que
quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, y el que quiera ser
el primero entre vosotros será vuestro siervo; como el Hijo del Hombre no vino
para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por
muchos. Mateo
20:24-25.
Líder no es mandar, es saber servir y dirigir a los
demás con propósito y amor. Muchas personas tienen poder, pero pocos tienen poder
para llegar a las personas; esos son los verdaderos líderes. La facultad de
dirigir es una de las más preciosas y más necesarias de las capacidades
humanas: es un arte que es necesario aprender. No es tarea fácil dirigir a
hombres; empujarlos, en cambio, es muy sencillo. El liderazgo cristiano es el
ejercicio de los dones espirituales bajo el llamado de Dios para servir a
cierto grupo de personas a fin de alcanzar los objetivos que Dios les ha dado a
ellos a fin de glorificar a Cristo cumpliendo la gran comisión en sus vidas y
ministerios.
El liderazgo cristiano proviene de la influencia y
la identificación que se tiene con Cristo. Él es la fuente, la
motivación que nos impele a imitarlo en lo que él hacía. El liderazgo eficaz es
seguir a un líder en función de la misión a cumplir. Un líder también es el que
se acerca a las normas que más se identifican con el grupo en función de
cumplir los planes y propósitos de Dios para la iglesia, las almas y la
humanidad.
El liderazgo cristiano consiste en la habilidad de
ganar consenso y compromiso para los objetivos comunes, los que se
alcanzan mediante contribución y la satisfacción de toda la iglesia, más allá
de los requisitos de la organización. La Biblia nos muestra líderes en
potencia en el Antiguo y Nuevo Testamento, en donde la palabra Líder no aparece
y en cambio si las funciones de aquellos que tienen autoridad en el pueblo de
Dios, como Reyes, Jueces, Profetas, Sacerdotes, Pastores, Maestros Etc.
Los requisitos de Dios para estos hombres en la Biblia
siempre fueron en contra de las aspiraciones personales. Todos sin excepción,
debían buscar las aspiraciones de Dios obedeciéndolas en primer lugar y
mostrando la autoridad delegada, representativa y humilde como condición
primordial. Lamentablemente en la historia de la Biblia muchos ejemplos nos dan
cuenta que esto no fue así de muchos que ocuparon cargos de
liderazgo. Parece que fuera enmarcado en la historia bíblica, pero hoy en
día muchos líderes actúan como aquellos que dieron muy mal testimonio.
¿No debería ser el cargo que busque al hombre, en
vez de ser el hombre quien busque el cargo? ¿No es peligroso dar un cargo
a un hombre ambicioso? Por esta ambición muchos líderes, cualquiera que
sea el puesto que ocupen, entran en pecado. La ambición personal respaldada por
el “Poder” que ostentan, son una mezcla muy peligrosa que hace que el
líder ocupe un puesto de liderazgo sin llegar a tener la actitud correcta hacia
los demás.
No tomando en cuenta las palabras de Jeremías 45:5. ¿Y tú buscas para ti
grandezas? No las busques; porque he aquí que yo traigo mal sobre toda carne,
ha dicho Jehová; pero a ti te daré tu vida por botín en todos los lugares a
donde fueres. Jeremías 23:1-2. !Ay de los pastores que
destruyen y dispersan las ovejas de mi rebaño! dice Jehová. Por tanto, así ha
dicho Jehová Dios de Israel a los pastores que apacientan mi pueblo: Vosotros
dispersasteis mis ovejas, y las espantasteis, y no las habéis cuidado. He aquí
que yo castigo la maldad de vuestras obras, dice Jehová. Palabras firmes que dan cuenta de la importancia
que tiene el comportamiento de aquellos que son líderes del rebaño de Dios. El
fracaso y el éxito están a la puerta. Depende el liderazgo que tengas
para obtener cualquiera de los dos.
El liderazgo convoca. Jesús permanentemente
convocaba para ser seguido. A Pedro y a su hermano Andrés les dijo: “Venid en pos de mí, y os haré
pescadores de hombres”. Mateo 4:19. A una persona que quería enterrar a su padre, le
dijo: “Sígueme, deja
que los muertos entierren a sus muertos”. Mateo 8:22. A Mateo le dijo: “Sígueme”. Mateo 9:9. A un joven religioso le dijo: “Si quieres ser perfecto,
anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoros en el cielo;
y ven y sígueme”. Mateo 19:21. A Felipe le dijo: “Sígueme” Juan 1:43. Hoy los líderes deben estar haciendo lo mismo:
Llamar a personas a seguirlos para cumplir los planes y propósitos. Un
líder es una persona carismática que tiene la habilidad de inspirar a la gente
para que lo siga.
El liderazgo cristiano es un asunto de servicio, pero reconoce que el servicio es un asunto
del corazón y si no se transforma el corazón no se puede
aspirar al servicio. El liderazgo es una oportunidad de servir; no
de lucirse, ni de estar por encima de los demás. Jesús dijo en Mateo 20:26-28. Más entre vosotros no será
así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro
servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo;
como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar
su vida en rescate por muchos.
La función de un líder es servir a los demás
haciendo elevar las aspiraciones de las personas y liberar sus energías para
que traten de realizarlas. Pienso en el uso de la palabra ‘liderazgo’, a
la cual nuestro Señor, sin duda, se refirió cuando dijo: El que quiera ser el
mayor entre vosotros, será el servidor de todos. Liderazgo en el sentido de
rendir el máximo servicio, de la más grande abnegación de fatigarse, y
absorberse en el trabajo más grande del mundo: el de edificar el reino de
nuestro Señor Jesucristo.
El liderazgo es importante porque Dios hace todo
por medio de líderes a los cuales Él encarga la tarea que han
de realizar. Nada se hizo en la vida, sin alguien que tomó la autoridad
delegada por Dios y llevó a un grupo a realizar lo que se propuso. El liderazgo
es importante por varias razones: Es una responsabilidad delegada
para guiar a un grupo con un objetivo prefijado. Es una oportunidad dada a
quien está llamado a liderar. Es el instrumento que Dios usará para
llegar a cumplir su voluntad. Es la oportunidad del cristiano para
comprobar su grado de crecimiento. Es quien tomará el desafío de llevar
adelante el guiar a otros en representación de Dios.
Hoy más que nunca las palabras y los modelos de
Jesús están tomando vigencia, no solo para la vida personal sino también para
el avance da familias y naciones. Las naciones están reclamando una nueva clase
de líderes que hagan verdadera diferencia ENTENDAMOS LO QUE ES LIDERAZGO.
El liderazgo cristiano es influencia. Muchos confunden liderazgo con posición, con
título o con poder Los sociólogos afirman que aún la persona más tímida
influirá a lo largo de su vida en al menos 10.000 personas. El liderazgo
cristiano es una fuerza de transformación. Hoy se está entendiendo como no
había pasado en mucho tiempo, el llamado de Dios a su gente para provocar
transformación en su nombre Hablamos de una transformación que se da a partir
de la transformación hecha por Dios en individuos, pero que se proyecta a
comunidades enteras y a naciones.
Y yendo, predicad, diciendo: El reino de los cielos
se ha acercado. Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad
fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia. No os proveáis de oro, ni
plata, ni cobre en vuestros cintos; ni de alforja para el camino, ni de dos
túnicas, ni de calzado, ni de bordón; porque el obrero es digno de su alimento.
Mas en cualquier ciudad o aldea donde entréis, informaos quién en ella sea
digno, y posad allí hasta que salgáis. Y al entrar en la casa, saludadla. Y si
la casa fuere digna, vuestra paz vendrá sobre ella; mas si no fuere digna,
vuestra paz se volverá a vosotros. Y si alguno no os recibiere, ni oyere
vuestras palabras, salid de aquella casa o ciudad, y sacudid el polvo de
vuestros pies. Mateo 10:7-14.
Un líder es persistente y perseverante, lo que les
permite ir más lejos que otros porque su fuerza radica en el Espíritu Santo, en
Jesucristo y la Palabra de Dios y no en su propia fuerza. Debemos ser líderes como Jesús, imitarlo,
seguirlo. Debemos hacer las cosas que expresen amor como principio de
liderazgo, porque requieren sabiduría, paciencia, valor, sacrificio, y trabajo
arduo. El mejor modelo a seguir de liderazgo de todos los tiempos es nuestro
Salvador.
El liderazgo de servicio honra a Dios y sus
mandamientos, y pone en acción el amor de Jesús.
Cuando a Jesús le preguntaron cuál era el
mandamiento más grande, respondió: “Amarás al Señor tu Dios con
todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y
grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti
mismo”. Mateo
21:37-39. ¿lo
que usted dice que cree hace diferencia notable en su forma de vivir? Liderazgo
de servicio es una expresión concreta del compromiso diario de vivir La Palabra
de Dios y la voluntad de Dios y, por lo tanto, avanzar en el reino de Dios.
El liderazgo de servicio pone en acción el amor de
Jesús. Al considerar lo que significa guiar como Jesús,
hemos tratado de echar luz sobre algunos de los secretos del liderazgo de
servicio a través de observar a Aquel que vivió una vida perfecta: Cristo
Jesús.
En su preparación y en la efectividad y compromiso
de su liderazgo hemos buscado sabiduría y perspectiva. Hemos sacado lecciones
clave sobre cómo balancear resultados y personas en el cumplimiento de nuestras
misiones individuales como discípulos modernos de Jesús. La verdad que domina
el concepto de guiar como Jesús, es que solo podrá hacerse en la medida en que
se camine más y más cerca de Él en una relación rendida de confianza y amor. Es en y a través de esta puerta estrecha que todo el que quiera guiar
como Jesús debe pasar, creyendo en su amor perdurable y aceptando el llamado
para seguirlo.
Como hemos dicho, guiar como Jesús es, en esencia,
aprender a amar como Jesús. Cuando Jesús restauró a Pedro al papel de liderazgo
que habría de desempeñar entre sus seguidores, solo tuvo para él una pregunta
calificadora: "¿En
verdad me amas?" El tema de la instrucción de Jesús era: "Apacienta mis
corderos... Pastorea mis ovejas... Apacienta mis ovejas". Juan 21:15-17.
La nuestra es una relación de amor con nuestro
Padre celestial. Está basada en su amor incondicional hacia nosotros según lo
expresó a través de su Hijo. Es una relación en la cual somos llamados a amarnos
unos a otros: a nuestro prójimo, a nuestros enemigos. Guiar como Jesús es
siempre tratar de hacerlo motivado por el amor cuando aprovechamos nuestra
influencia sobre los pensamientos, el comportamiento y el desarrollo de los
demás.
Esto pudiera parecer un modelo impracticable e
imposible de adoptar en vidas vividas en constante movimiento y con decisiones
interminable de valores tomadas día a día. ¡Pero eso es, exactamente, a lo que
hemos sido llamados a hacer! Incluso si derrotamos a los demonios del orgullo y
del temor buscando servir en lugar de que nos sirvan, todavía enfrentamos la
pregunta: ¿Cuál es la cosa de más grande que puedo hacer en este momento de mi
liderazgo, mientras trato de guiar como Jesús?
Hacer las cosas que expresen amor como principio de
liderazgo requiere sabiduría, paciencia, valor, sacrificio y trabajo arduo.
Pero si no podemos describirlo en términos conductuales, tampoco podremos medir
nuestros éxitos y nuestros fracasos en forma significativa.
Al nivel de la conducta, las cosas que expresan
amor varían ampliamente del hacer y hablar, al abstenerse de actuar y guardar
silencio. En cuanto a intenciones se trata, el amor deberá ser una constante
siempre presente. Jesús nos dejó un vasto tesoro de ejemplos de lo que significa
actuar motivado por el amor, como guía. Piense en lo siguiente: Jesús sanó con
un simple toque. Consoló con solo una palabra. Alimentó al hambriento. Consoló
al equivocado y al derrotado. Se acongojó con los afligidos. Calmó al
aterrorizado. Confrontó la falsedad y habló la verdad. Escuchó con compasión y
discernimiento. Dedicó tiempo al débil y al desamparado. Fue a la cruz por
todos nosotros.
En su Comentario a la Epístola a los Gálatas,
Jerónimo, el historiador de la iglesia del siglo I, escribió lo siguiente
acerca del apóstol Juan: "Cuando se quedó en Éfeso hasta una ancianidad
extrema, y solo podía ir a la iglesia cuando sus discípulos lo llevaban en
brazos, y era incapaz de articular muchas palabras, acostumbraba decir en sus
varias reuniones nada más que esto: “Hijitos, ámense unos a otros”. A la larga, los discípulos y padres que lo
escuchaban se cansaron de oír siempre las mismas palabras por lo que le
dijeron: “Maestro, ¿por qué no para de decirnos siempre lo mismo?” “Es el
mandato del Señor”, fue su réplica, “y si solo hacen eso, será suficiente”.
El liderazgo de servicio muestra a Jesús a otros. Cuando Pedro habló a la siguiente generación de
dirigentes de la iglesia, insistió, diciendo: "Apacentad la grey de
Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino
voluntariamente, no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto; no como
teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de
la grey". 1 Pedro 5:2-3. No hay un plan B dado por Jesús a sus primeros
discípulos ni a los modernos del día presente, en cuanto a cómo tenían que
guiar y servir los unos a los otros. Él se sometió a la voluntad de su Padre
para llevar a cabo completamente su única función como el cordero sacrificial
por los pecados del mundo, y para ser el modelo perfecto para ser reproducido
en las vidas de sus seguidores como un testimonio al mundo entero.
En la medida que vivimos diariamente en relación
con los demás, cada decisión que hagamos para servir o para que nos sirvan
adquiere una importancia adicional si nos mantenemos sensibles y conscientes de
quién nos observa y a quién decimos que representamos. Vamos en el nombre de
Jesús. El liderazgo cristiano de servicio es muy peculiar porque al contrario
del liderazgo secular, el liderazgo cristiano es un llamado. Una selección.
Dios nos llama, nos separa y nos impone una carga que demanda abnegación de parte
de aquel que lo recibe y acepta.
El llamado a la predicación y al liderazgo
cristiano es recibido por una selección amorosa de nuestro Dios para que
llevemos este mensaje. Tal parece que a veces se nos olvida que nosotros
llevamos en las venas, en el corazón y incrustada en el alma la tarea de
comunicar con excelencia el mensaje de Dios. En otras palabras, nosotros, los
que hemos sido escogidos por Dios somos la voz de Dios en la tierra y para
nuestras iglesias.
El liderazgo cristiano de servicio es un medio para
promover a los liderados. El liderazgo es responsable por el desarrollo de los
otros. Líder cristiano es entonces alguien que entiende su vida como una
oportunidad de servir a otros como expresión de su servicio a Dios. El líder
verdadero es alguien quien, a partir de una conexión viva con Dios, ejerce una
influencia Divina y provoca transformación. Bendiciones.
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