Nuestro deseo es que cada uno de los mensajes, así como cada uno de los ministerios y recursos enlazados, pueda ayudar como una herramienta al crecimiento, edificación y fortaleza de cada creyente dentro de la iglesia de Jesucristo en las naciones y ser un práctico instrumento dentro de los planes y propósitos de Dios para la humanidad. Cada mensaje tiene el propósito de dejar una enseñanza basada en la doctrina bíblica, de dar una voz de aliento, de edificar las vidas; además de que pueda ser adaptado por quien desee para enseñanzas en células o grupos de enseñanza evangelísticos, escuela dominical, en evangelismo personal, en consejería o en reuniones y servicios de iglesias.

SRV Clase 41. El día del Señor y el sábado°

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Es tiempo de sumergirnos en Dios y su Palabra buscando el amor, la gracia, la misericordia y la fortaleza que vienen del Padre Celestial en estos tiempos; es por eso que empezamos con el estudio de los módulos del Seminario Bíblico Reina Valera: TEOLOGÍA SISTEMÁTICA 1 y TEOLOGÍA SISTEMÁTICA 2.

Juan 5:39. Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí.

TEOLOGÍA SISTEMÁTICA 1. Es el estudio de las doctrinas acerca de la Biblia: su revelación, inspiración, iluminación e infalibilidad; las doctrinas de Dios: la Trinidad, los atributos y los nombres de Dios; las doctrinas de Cristo: Su persona, deidad, humanidad y carácter; las doctrinas del Espíritu Santo: Su deidad, persona, obra en la elección, la regeneración y la Santificación, más el fruto, los dones, el bautismo y la plenitud del Espíritu; y las doctrinas acerca del hombre: su creación original y su caída en pecado.

TEOLOGÍA SISTEMÁTICA 2. Es el estudio de las doctrinas bíblicas de la salvación: expiación, sustitución, redención, reconciliación, propiciación, justificación, elección, predestinación, regeneración, conversión, arrepentimiento, la adopción y la unión mística del creyente con Cristo.  Incluye el estudio de las doctrinas acerca de la iglesia: sus miembros, propósito, comisión, culto, organización y ordenanzas.  Incluye el estudio de las profecías de la Biblia: principalmente las no cumplidas todavía como el arrebatamiento de la iglesia, la Tribulación, la segunda venida de Jesucristo, el reino milenial, los juicios finales y el estado eterno.

Clase 41. El Sábado y El Día Del Señor por Lewis Sperry Chafer

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A. El sábado en el antiguo testamento.

Comenzando con su propia obra en la creación, Dios decidió santificar, o separar, un séptimo de todo el tiempo. Para Israel estableció el séptimo día como día de reposo; el séptimo año, o año sabático, era el año en que la tierra debía descansar; el año cincuenta fue establecido como año de jubileo en reconocimiento de las siete veces siete años. Ex. 23:10-11. Lv. 25:2-7.

En diversos detalles, el año sabático y el de jubileo eran tipos proféticos de la edad del reino, que es la séptima y última dispensación y que se caracteriza porque toda la creación disfruta del reposo sabático. Aunque en la era actual el día que ha de celebrarse se ha cambiado divinamente del séptimo al primer día de la semana, debido al comienzo de la nueva creación, se ha perpetuado la misma proporción en la división del tiempo: un día de cada siete.

La palabra Sabbat significa cesación, o reposo perfecto, de la actividad. Aparte del holocausto continuo y de las fiestas, en ningún modo era día de adoración o servicio.

En vista de la difundida confusión que existe acerca del sábado, y especialmente en vista del esfuerzo que algunos hacen por demostrar que está en vigor durante esta era, es imperativo que consideremos cuidadosamente las enseñanzas de las Escrituras acerca del sábado.

Obtenemos un mayor grado de claridad cuando consideramos el reposo en relación con diversos períodos de la historia. En el período que se extiende desde Adán hasta Moisés, está escrito que Dios reposó al final de los seis días de la creación. Gn. 2:2-3. Ex. 20:10-11. He. 4:4. Pero en la Palabra de Dios no hay una orden en el sentido de que el hombre esté obligado a observar, o que haya observado, un reposo antes de la salida de Israel de Egipto.

El libro de Job revela la vida y la experiencia religiosa de los patriarcas, y aunque se discuten las diversas responsabilidades hacia Dios, no hay referencias a la obligación de observar el sábado. Por otra parte, se afirma claramente que la institución del reposo, por medio de Moisés, al pueblo de Israel fue el comienzo de la observancia del sábado entre los hombres. Ex. 16:29. Neh. 9:14. Ez. 20:12.

De igual modo, por lo que está escrito acerca de la primera imposición del reposo, es evidente que el día anterior al primer día de la semana en que se celebró el primer reposo los hijos de Israel hicieron un viaje de muchos kilómetros que quebrantaba el reposo, al ir desde Elim hasta el desierto de Sin. Allí murmuraron contra Jehová, y desde aquel día comenzó la provisión de pan del cielo, el que debía recolectarse seis días a la semana, pero no el séptimo día. Es evidente, pues, que el día del viaje, que debió ser de reposo, no fue observado como tal.

Ex. 16:1-35. En el período que se extendió desde Moisés hasta Cristo, el sábado estuvo en vigor por ley. Estaba incluido en la ley, y la cura divina para su no observancia fue proporcionada asimismo en la ley de las ofrendas. Ex. 20:10-11. Es importante observar, en esta conexión, que el sábado jamás fue impuesto sobre los gentiles, pero fue peculiarmente una señal entre Jehová e Israel. Entre los pecados de Israel se destaca especialmente la falta de observancia del reposo y el no haber dado sus reposos a la tierra. Ex. 31:12-17. En medio de este período de la ley, Oseas predijo que, como parte de los juicios que iban a caer sobre Israel, iban a cesar sus sábados. Esta profecía debe cumplirse en algún tiempo, porque la boca de Jehová lo ha hablado. Os. 2:11.

La era anterior continuó hasta la muerte de Cristo, así que su vida terrenal y su ministerio fueron bajo la ley. Por esta razón lo vemos guardando la ley, haciendo una exposición de la ley y aplicación de la ley. Encontrando que la ley del sábado estaba oscurecida por las tradiciones y enseñanzas de hombres, señaló que el reposo había sido dado como un beneficio para el hombre, y que el hombre no tenía que hacer del reposo un sacrificio. Mr. 2:27. También les dijo: El día de reposo fue hecho por causa del hombre, y no el hombre por causa del día de reposo.

Cristo fue fiel a todo el sistema mosaico, que incluía el reposo, porque ese sistema estaba en vigencia durante su vida terrenal; pero ese hecho obvio no es base para pretender que un cristiano que está bajo la gracia y vive en otra dispensación está obligado a seguir a Cristo en la observancia del séptimo día.

B. El sábado en la era actual de la iglesia.

Después de la resurrección de Cristo no hay evidencias en el Nuevo Testamento en el sentido de que el sábado haya sido observado por los creyentes, ni aun en forma errada. Sin duda, la multitud de cristianos judaizantes observaban el reposo; pero no aparece en la Palabra de Dios nada de ello por escrito. Del mismo modo, después de la resurrección de Cristo no aparece ninguna orden a judío, gentil o cristiano en el sentido de que deban guardar el sábado, ni se menciona el quebrantamiento del día del reposo en la numerosa lista de pecados posibles Por el contrario, hay advertencias contra la observancia del reposo por parte de quienes son hijos de Dios bajo la gracia. Gálatas 4:9-10. Ga. 4:9. Hebreos 4:1-13. He. 4:1-13. Colosenses 2:16-17. Col. 2:9-17. Romanos 14:5. Ro. 14:5.

Debido al hecho de que en el Nuevo Testamento el sábado jamás se incluye como parte de la vida y el servicio del cristiano, la expresión «reposo cristiano» es errada. En conexión con esto, se puede notar que en lugar del reposo de la ley ahora se ha proporcionado el día del Señor de la nueva creación, que excede en gloria, privilegios y bendiciones al reposo.

C. El sábado en la era venidera.

En plena armonía con la doctrina del Nuevo Testamento de que el nuevo día del Señor está relacionado solamente con la iglesia, se profetiza que el día del reposo será reinstituido, sucediendo al día del Señor, inmediatamente después de completado el llamamiento de la iglesia y después de haber sido retirada ésta del mundo. En el breve periodo de la tribulación entre el fin de esta dispensación y el comienzo del reino se observará nuevamente el reposo; pero la profecía anuncia en forma especial que el sábado es una característica vital de la edad del reino venidero. Mt. 24:20. Is. 66:23. Ez. 46:1.

D. La resurrección de Cristo y el primer día de la semana.

El primer día de la semana ha sido celebrado por la iglesia desde la resurrección de Cristo hasta el presente. Este hecho lo prueban los escritos del Nuevo Testamento, los escritos de los primeros padres y la historia de la iglesia. En casi cada siglo ha habido quienes, no comprendiendo el propósito presente de Dios en la nueva creación, han luchado fervientemente por la observancia del reposo en el séptimo día. En la actualidad, los que se especializan en la exigencia de la observancia del séptimo día combinan su llamado con otras doctrinas anti bíblicas. Puesto que el creyente, por designación divina, tiene que observar el primer día de la semana bajo la nueva relación de la gracia, se produce cierta confusión cuando este día se ve investido del carácter de las leyes del reposo del séptimo día y se gobierna por ellas. Todas esas enseñanzas ignoran la doctrina neotestamentaria de la nueva creación.

E. La nueva creación.

El Nuevo Testamento revela que el propósito de Dios en la actual dispensación no prevista es el llamamiento de la iglesia. Hch. 15:13-18. Y esta multitud redimida es la nueva creación, un pueblo celestial. Aunque se indica que las maravillosas perfecciones y glorias serán completadas para esta compañía como un todo también se revela que ellos individualmente son los objetos de las mayores empresas y transformaciones divinas. Ef. 5:25-27. De igual modo, como este cuerpo está orgánicamente relacionado con Cristo, así el creyente individual está vitalmente unido al Señor. 1 Co. 12:12. 1 Co. 6:17.Pero el que se une al Señor, un espíritu es con él. Ro. 6:5. 1 Co. 12:13.Acerca del creyente individual, la Biblia enseña que:

1) en cuanto al pecado, cada uno de los de esta compañía ha sido limpiado, perdonado y justificado;
2) en cuanto a sus posesiones, a cada uno se le ha dado el Espíritu que mora en ellos, el don de Dios que es vida eterna, ha llegado a ser heredero legal de Dios y coheredero con Cristo;
3) en cuanto a posición, cada uno ha sido hecho justicia de Dios, por la cual es aceptado en el Amado para siempre, miembro del cuerpo místico de Cristo, parte de su gloriosa esposa, participe vivo de la nueva creación de la que Cristo es cabeza federal.

2 Co. 5:21. Ef. 1:6. 2 Co. 5:17-18. Ga. 6:15. Ef. 2:10. Ef. 4:24. Pedro, escribiendo acerca de esta compañía de creyentes, afirma:«vosotros sois linaje escogido» (1 P 2:9), lo que significa que son una raza de nacimiento celestial, de una nacionalidad distinta, simiente o calidad que ha sido directamente creada por el poder de Dios. Engendró una raza que participó de su propia vida humana y de sus imperfecciones, así Cristo, el segundo Adán, ahora está engendrando por el Espíritu una nueva raza que participa de su vida y perfección eternas. «Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente; el postrer Adán, espíritu vivificante [que da vida]» (1 Co. 15:45).

Habiendo participado de la vida resucitada de Cristo, y estando en Cristo, se dice que el creyente ya ha sido resucitado. Ro. 6:4. Col. 2:12-13. Col. 3:1-4. Sin embargo, en cuanto al cuerpo, el creyente aún está por recibir un cuerpo glorioso como el cuerpo resucitado de Cristo.Fil. 3:20-21. Confirmando esto, también leemos que cuando Cristo apareció en los cielos inmediatamente después de su resurrección, él era como las primicias, implicando que toda la compañía de los que le sigan será semejante a El, aun en lo que se refiere a sus cuerpos glorificados.1 Jn. 3:2.

La nueva creación, que comenzó con la resurrección de Cristo y consiste de una compañía de naciones de nuevo, celestiales que están en Cristo, se presenta en todas partes de la Palabra de Dios en contraste con la antigua creación, y se dice que de esa antigua y arruinada creación fue salvado y libertado él creyente. En cuanto al sábado, o día del reposo, fue instituido para celebrar la antigua creación, así que el día del Señor conmemora la nueva creación.

Ex. 20:10-11. Ex. 31:12-17. He. 4:4. Del mismo modo, en su aplicación el reposo estaba limitado a Israel, el pueblo terrenal de Dios; así, el día del Señor está limitado en su aplicación a la iglesia como pueblo celestial de Dios.

F. El día del Señor.

Además del hecho de que el día del reposo en ninguna parte se impone a los hijos de Dios bajo la gracia, hay abundantes razones para que observen el primer día de la Semana.

1. Estaba profetizado que se instituiría un nuevo día bajo la gracia. Cristo llegó a ser la Piedra desechada por Israel, los «edificadores», cuando fue crucificado; pero por su resurrección fue hecho cabeza del ángulo. Sal. 118:22-24. Hch. 4:10-11. Esta cosa maravillosa es de Dios, y el día de su cumplimiento fue designado divinamente coma día de regocijo y alegría. En conformidad con esto, el saludo de Cristo el día de la resurrección fue «Salve» (Mt. 28:9, que más literalmente sería «regocijaos»), y siendo el «día que instituyó Jehová» (Sal. 118:24, Versión Moderna), se denomina con toda justicia «El día del Señor», que es el significado de la palabra domingo.

2. Varios sucesos señalan La observancia del primer día.

a) En ese día resucitó Jesús de entre los muertos. Mt. 28:1.
b) En ese día se reunió con los discípulos en la nueva comunión. Jn. 20:19.
c) En ese día les dio instrucciones. Lc. 24:13-45.
d) En ese día ascendió a los cielos como las «primicias» a gavilla mecida. Lv. 23:10-12. Jn. 20:17. 1Co. 15:20,23.
e) En ese día sopló sobre ellos. Jn. 20:22.
f) En ese día el Espíritu Santo descendió del cielo. Hch. 2:1-4.
g) En ese día el apóstol Pablo predicó en Troas. Hch. 20:6-7.
h) En ese día los creyentes se reunieron para el partimiento del pan.Hch. 20:7.
i) En ese día debían apartar la ofrenda según Dios les hubiera prosperado. 1 Co. 16:2.
j) En ese día Cristo el apareció a Juan en Patmos. Ap. 1:10.

3. El octavo día fue el día de la circuncisión. El rito de la circuncisión, celebrado en el octavo día, tipificaba la separación del creyente de la carne y del viejo orden por la muerte de Cristo, y el octavo día, siendo el primer día después de completada una semana, es simbólico de un nuevo comienzo. Col. 2:11.

4. El nuevo día es de gracia. Al final de una semana de trabajo se concedía un día de reposo al pueblo que estaba vinculado con Dios por las obras de la ley; mientras que para el pueblo que está baja la gracia, cuyas obras están consumadas en Cristo, se señala un día de adoración que, por ser el primer día, precede a todos los días de trabajo. El creyente vive y sirve durante los seis días siguientes sobre la base de la bendición del primer día.

El día de reposo pertenece a un pueblo que está relacionado con Dios par las obras que tenían que ser cumplidas antes del reposo; el día de adoración y servicio incesante corresponde a un pueblo que está relacionado con Dios par la obra consumada de Cristo. El séptimo día se caracterizaba por una ley intransigente; el primer día se caracteriza par la latitud y la libertad que corresponden a la gracia. El séptimo día se observaba con la esperanza de que por él uno pudiera ser aceptable ante los ojos de Dios; el primer día se observa con la seguridad de que uno ya ha sido aceptado par Dios. La observancia del séptimo día era obra de la carne; la observancia del primer día es obra del Espíritu que mora en el creyente.

5. El nuevo día ha sido bendecido por Dios. A través de esta dispensación los creyentes más llenos del Espíritu y más devotos, y a quienes la voluntad de Dios ha sido claramente revelada, han guardado el día del Señor sin ningún sentimiento de responsabilidad hacia la observancia del séptimo día. Es razonable suponer que si hubiesen sido culpables de quebrantar el día del repaso, hubiesen recibido convicción de pecado a! respecto.

6. El nuevo día ha sido entregado al creyente individual. No ha sido entregado a los inconversos. Es ciertamente motivo de confusión para el inconverso darle lugar para que suponga que será más aceptable a Dios si guarda un día; porque sin la salvación que hay en Cristo todos los hombres están completa e igualmente perdidos. Para beneficio de todos se ha establecido un día de reposa por razones sociales y de salud; pero los no regenerados debieran comprender que la observancia de ese día no les añade ningún mérito ante los ojos de Dios.
No ha sido entregada a la iglesia como un cuerpo. 

La responsabilidad de la observancia del primer día necesariamente ha sido entregada al creyente coma individuo solamente, y no a la iglesia como un todo; el modo de su celebración por el individuo se sugiere en dos dichos de Jesús en la mañana de la resurrección: «Regocijaos» («Salve» en Reina Valera) e «Id y decid». Esto pide una actividad incesante en toda forma de adoración y servicio; tal actividad contrasta con el reposo del séptimo día.

7. No se da ningún mandamiento en el sentido de observar el primer día. Puesto que es toda de gracia, no se impone un requerimiento escrito para la observancia del día del Señor, ni se prescribe la forma de su observancia. Por esta sabia provisión, a nadie se estimula a que guarde el día como un puro deber. Debe ser observado de corazón. Israel estaba delante de Dios como un niño inmaduro que está bajo tutores y curadores y tiene necesidad de los mandamientos que se dan a un niño; la iglesia está delante de Dios como hijo adulto. Ga. 4:1-3.

La vida del creyente bajo la gracia es claramente definida, pero es presentada solamente como ruego de Dios con la esperanza de que todo sea hecho voluntariamente. Ro. 12:1-2. Ef. 4:1-3. Hay pocas dudas en cuanto a la forma en que un creyente bien instruido, lleno del Espíritu (y la Escritura da por concedido que el cristiano normal es así), actuará en el día que conmemora la resurrección de Cristo y la nueva creación. Si el hijo de Dios no está rendido a Dios, ninguna observancia obligatoria corregirá su carnal corazón, ni serla esa observancia agradable a Dios. El problema entre Dios y el cristiano carnal no es de acciones externas, sino de una vida rendida.

8. El modo de observancia del día del Señor puede ser extendida a los demás días. Cristo no era devoto a su Padre en un día más que en otros. El reposo del séptimo día no podía ser extendido a todos los días por igual. Pero, aunque el creyente tenga más tiempo y libertad el primer día de la semana, su adoración, gozo y servicio que caracterizan la observancia del día del Señor podría ser su experiencia cotidiana. Ro. 14:5.

PREGUNTAS

1. Explicar la provisión en Israel de un día de reposo, un año sabático y un año de jubileo.
2. ¿De qué período era típico el año sabático?
3. ¿Qué significa la palabra «sábado»?
4. ¿Cuál es el antecedente del reposo antes de la ley de Moisés?
5. Según las Escrituras, ¿cuándo se observó por primera vez el sábado, y por quiénes?
6. ¿Se exigió a los no israelitas que observasen el día del reposo?
7. ¿Qué hizo Cristo con el reposo?
8. ¿Hay alguna evidencia escrita después de Pentecostés de que los cristianos hayan guardado el reposo, o de que se les haya ordenado observarlo?
9., ¿Por qué consideramos incorrecta la expresión «reposo cristiano»?
10. Según la profecía, ¿cuándo se observará nuevamente el reposo?
11. ¿Por qué observan los cristianos el primer día como día del Señor?
12. ¿Cuáles son algunas de las características sobresalientes de la nueva creación?
13. ¿A qué comunidad está limitada la observancia del día del Señor?
14. ¿Fue profetizada la observancia de un nuevo día?
15. ¿Qué sucesos importantes ocurrieron el primer día de la semana?
16. ¿En qué forma está relacionado el primer día de la Semana con la circuncisión?
17. ¿Qué contraste hay entre la observancia del séptimo día y la observancia del primer día en cuanto a significado?
18. ¿Cómo explica usted el hecho de que no hay mandamiento acerca de la observancia del primer día y de que no haya regulaciones en cuanto a la forma de su observancia?
19. ¿En qué sentido podría extenderse a cada día la observancia del día del Señor?

La ansiedad y las preocupaciones°



Filipenses 4:6-7. Nueva Traducción Viviente (NTV). No se preocupen por nada; en cambio, oren por todo. Díganle a Dios lo que necesitan y denle gracias por todo lo que él ha hecho. Así experimentarán la paz de Dios, que supera todo lo que podemos entender. La paz de Dios cuidará su corazón y su mente mientras vivan en Cristo Jesús.

Los cristianos siempre estaremos confrontados con las tensiones y la ansiedad; esto se debe a que en nuestro caminar por esta tierra como peregrinos y extranjeros somos probados en nuestra fe y nuestra manera de vivir. Sin embargo, es posible salir adelante, airosos, si dependemos enteramente de nuestro amado Dios. Él nos hizo nuevas criaturas en Cristo, con la capacidad de enfrentar todas las situaciones que se nos presenten; en Dios también podemos tener la inteligencia espiritual, la sabiduría y el entendimiento necesario para saber de qué manera debemos vivir en cada paso de nuestra existencia, para cumplir con el llamado y los propósitos por el cual estamos en la tierra.


Uno de los mandatos de nuestro Señor Jesucristo para todos los creyentes en cualquier época en la que vivamos, es el de no preocuparnos, sino más bien que aprendamos a confiar y descansar en Dios, que aprendamos a descansar en su Espíritu Santo y en la Palabra de Dios, que aprendamos a descansar en sus promesas.

La palabra afanarse es lo mismo que estar ansioso o preocuparse, se puede traducir indistintamente por: “no estéis ansiosos”, “no os angustiéis”, “no os preocupéis” a lo que añade, “por vuestra vida”, (comida o vestido) o estar ansiosos por lo que vamos a comer, beber y cubrirnos, así como lo que nos deparará el futuro, esto no debe constituir una fuente de angustia.

La palabra que usó nuestro Señor Jesucristo en aquel tiempo indica algo que divide, separa o distrae; es la situación de la mente dividida en secciones o compartimentos y que no funciona como un todo. La mejor ilustración del significado del término se encuentra en la historia de Marta y María (Lucas 10:38-42. Nueva Traducción Viviente (NTV). Durante el viaje a Jerusalén, Jesús y sus discípulos llegaron a cierta aldea donde una mujer llamada Marta los recibió en su casa. Su hermana María se sentó a los pies del Señor a escuchar sus enseñanzas, pero Marta estaba distraída con los preparativos para la gran cena. Entonces se acercó a Jesús y le dijo: —Maestro, ¿no te parece injusto que mi hermana esté aquí sentada mientras yo hago todo el trabajo? Dile que venga a ayudarme. El Señor le dijo: —Mi apreciada Marta, ¡estás preocupada y tan inquieta con todos los detalles! Hay una sola cosa por la que vale la pena preocuparse. María la ha descubierto, y nadie se la quitará.).

Marta estaba excesivamente atareada, inquieta o distraída. Sin embargo, Jesús no enseña que no debemos ocuparnos por las cosas materiales o que no debemos pensar nunca en nuestro futuro sin tomar precauciones. Algunos piensan que “vivir por fe” excluye cualquier tipo de prevención para el futuro. La misma ilustración del Señor de las aves que no han de limitarse a estar posadas en las ramas de los árboles, sino que tienen que ir en busca de su alimento indica que debe existir una actividad para poder alimentarse. Pero una cosa es ocuparse y otra es afanarse.

“¿No es la vida más que el alimento y el cuerpo más que el vestido?” (v.25): La profundidad de este argumento nos lleva de una deducción mayor a una menor. Pensemos por un momento de donde procede nuestra vida y nos daremos cuenta en seguida que es un don de Dios. Ninguno de nosotros decidió venir a este mundo y el hecho de estar vivos se debe enteramente a Dios. Por eso, el argumento es este: Si Dios nos ha dado la vida, él no puede negarse a sí mismo y no procurar que la vida se sostenga y pueda continuar y de ahí que no tenga sentido estar ansioso acerca de estas cosas.

Parte de la vida del cada ser humano es que tenemos que trabajar, ganar dinero y salir adelante por nosotros y por nuestros hogares, pero lo que no debemos hacer es angustiarnos pensando que de repente no vayamos a tener lo suficiente para mantenernos; es en esos momentos que debemos tener presente que fuimos rescatados del mundo y de una vana manera de vivir, para vivir la vida de Cristo a través de nosotros, con todas las promesas que el Padre Celestial nos ha provisto en su Hijo, nuestro Salvador.

Como hijos de Dios y creyentes en Jesucristo nuestro deber es confiar en plena dependencia de Dios, que es el que hace crecer las semillas en la tierra para dar alimento a todo ser viviente. Hay una providencia de Dios en aquellos aspectos que no podemos controlar después de sembrar; de la misma manera que las aves encuentran su comida y sólo tienen que tomarla, así también nosotros tenemos todo lo que necesitamos en las Palabras de vida eterna que han salido del corazón del Padre Celestial y de su Hijo Jesucristo y que son reveladas y cinceladas por el Señor el Espíritu Santo en nuestros corazones.

Y si nuestro Padre celestial cuida de las aves con las que tiene una relación de providencia general, ¡cuánto mayor tiene que ser necesariamente su cuidado de nosotros que somos sus hijos! Si pensamos así desparecerán la ansiedad y la preocupación. Con relación al cuerpo, tenemos que considerar un hecho de la naturaleza, los lirios del campo, cómo crecen misteriosamente, lo bellos que son; pero ni Salomón con todo su esplendor se vestía como uno de ellos (para los judíos era proverbial la gloria de Salomón). Y si la hierba del campo que tiene una vida efímera, porque era cortada y se dejada secar para usarla como combustible para el horno del pan, Dios la viste así, ¿qué no hará con nosotros y por nosotros que nos ha hecho sus hijos por medio de Cristo?

Aquellos que no aman a Dios, aquellos que aman el mundo y son del mundo buscan con afán muchas cosas, su deseo está en los deleites y placeres de la carne, pero Dios conoce la necesidad de sus hijos y espera de nosotros que actuemos en la fe que nos ha sido dada. El paso a seguir para nuestras vidas es admitir que la preocupación es una tentación común en la vida de todas las personas, pero para el cristiano, es absolutamente contrario a la fe en Cristo.

Algunas enfermedades físicas están directamente relacionadas a la preocupación y muchos casos de embriaguez y de adicción a las drogas y a otros vicios son síntomas de la preocupación. Es muchas veces por causa de la preocupación que muchos toman decisiones necias, decisiones equivocadas, cayendo en  consecuencias dolorosas y otras veces terribles como el suicidio. La preocupación es un arma devastadora que utiliza el diablo para dañar el alma de las personas, pero aún más importante es lo que la preocupación le hace a su corazón. Cuando caemos en preocupación extrema le estamos diciendo a Dios que no creemos que podemos confiar en Él, ni mucho menos que nos pueda ayudar a salir de nuestra situación o de nuestra condición.

La preocupación ataca a las personas para que no crean a Dios y a sus promesas; cuando el ser humano se preocupa, está escogiendo ser dominado por sus circunstancias en vez de la verdad de Dios. Los acontecimientos y las pruebas de la vida son mínimos en comparación a la grandeza de la salvación. El apóstol Pablo nos muestra en Efesios 1:18-19 RV1960: Alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que Él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos, y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fuerza”. Cuando veamos que la preocupación está tocando a nuestras vidas, acudamos a la Palabra de Dios y sus promesas que son eternas, permitiendo que Dios abra nuestros ojos espirituales nuevamente hacia los manantiales de vida eterna que encontramos en el río de su Espíritu Santo.

Cuando dejamos que la preocupación nos invada, no estamos confiando en nuestro Padre Celestial y eso significa que no lo conocemos muy bien. No nos afanemos, estudie la Palabra de Dios para descubrir quién es Él realmente y cómo ha suplido las necesidades de su pueblo en el pasado y en todas las épocas. Eso nos dará la confianza para el presente y el futuro. Mantengámonos en la Palabra diariamente para que Dios nos implante sus pensamientos, la mente de Cristo. 1 Corintios 2:16. Traducción en lenguaje actual (TLA). Como dice la Biblia: «¿Quién sabe lo que piensa el Señor? ¿Quién puede darle consejos?» Pero nosotros tenemos el Espíritu de Dios, y por eso pensamos como Cristo.

Jesús dijo, “Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal” (Mateo 6:34. RV1960). Parafraseemos lo que nos dice el Señor en este pasaje, “No te preocupes por el futuro: aunque tengas problemas, todos tienen una forma de resolverse en su propio tiempo. Enfréntalos a medida que vengan, porque no hay forma de solucionarlos antes de tiempo”. Proveer para el mañana es bueno, pero preocuparse por el mañana no está bien, porque Dios es el Dios del mañana así como es el Dios de hoy. Lamentaciones 3:23 dice que sus misericordias son nuevas “cada mañana”. Él nos alimenta como lo hizo a los hijos de Israel con el maná en medio del desierto.

La preocupación busca paralizar a los hijos de Dios y que no se lleven a cabo los propósitos de Dios, no le permite hacer nada productivo, pero la verdad de Dios es eterna y poderosa.

Mateo 16:16-18. La Biblia de las Américas (LBLA). Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. Y Jesús, respondiendo, le dijo: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque esto no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Yo también te digo que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.

Dios nos da el glorioso regalo de la vida eterna, vivamos en la luz de su evangelio y en el gozo presente que nos produce el que Cristo este en nuestros corazones, usando los recursos que Dios provee por su Espíritu Santo. Cada momento en el presente en Jesucristo es lo que poseemos para la eternidad, pues Dios no permite a ninguno de nosotros vivir el mañana hasta que se convierta en hoy.

Nuestro deber es poder llegar a entender que Dios nos da la fuerza un día a la vez, nos da lo que necesitamos, cuando realmente lo necesitamos y no nos carga excesivamente: Dios nos da de su gracia en la hora en que la necesitamos, en su tiempo perfecto.

Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos” (Hebreos 13:8. RV1960). Significa que Él seguirá haciendo mañana lo mismo que hizo ayer. Si tienes alguna pregunta sobre el futuro, mira hacia el pasado. ¿te sostuvo en ese entonces? No te preocupe porque Él te sostendrá en el futuro también. Las tensiones y la ansiedad son elementos inherentes a la vida de todo ser humano. ¿Quién no las ha enfrentado? Sin duda todos nosotros, unos a diarios y otros con mayor intensidad, pero siempre ahí, latentes.

¿Cuál es el plan de Dios para nosotros al respecto? Que sepamos salir al paso de estas situaciones que golpean nuestras vidas y nuestras familias e impiden nuestro crecimiento personal y espiritual. Dios nos ha llamado a superar el temor, dándonos por sentado que Él siempre estará con nosotros. Por esa razón, vencer las tensiones y la ansiedad puede ser una realidad para cada uno de nosotros. Por estas razones que hemos visto anteriormente, apropiémonos de todas las promesas de Dios para nosotros.

Salmo 46:1-11. RV1960. Dios nos brinda su protección. Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida, y se traspasen los montes al corazón del mar; aunque bramen y se turben sus aguas, y tiemblen los montes a causa de su braveza. Del río sus corrientes alegran la ciudad de Dios, el santuario de las moradas del Altísimo. Dios está en medio de ella; no será conmovida. Dios la ayudará al clarear la mañana. Bramaron las naciones, titubearon los reinos; dio él su voz, se derritió la tierra. Jehová de los ejércitos está con nosotros; nuestro refugio es el Dios de Jacob. Venid, ved las obras de Jehová, que ha puesto asolamientos en la tierra. Que hace cesar las guerras hasta los fines de la tierra. Que quiebra el arco, corta la lanza, y quema los carros en el fuego. Estad quietos, y conoced que yo soy Dios; seré exaltado entre las naciones; enaltecido seré en la tierra. Jehová de los ejércitos está con nosotros; nuestro refugio es el Dios de Jacob.

El Señor nos concedió espíritu de poder y de dominio propio. 2 Timoteo 1:7-9. La Biblia de las Américas (LBLA). Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio. Por tanto, no te avergüences del testimonio de nuestro Señor, ni de mí, prisionero suyo, sino participa conmigo en las aflicciones por el evangelio, según el poder de Dios, quien nos ha salvado y nos ha llamado con un llamamiento santo, no según nuestras obras, sino según su propósito y según la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús desde la eternidad.

Los cristianos estamos llamados a ser valientes y esforzados. Josué 1:9. Traducción en lenguaje actual (TLA). Yo te pido que seas fuerte y valiente, que no te desanimes ni tengas miedo, porque yo soy tu Dios, y te ayudaré por dondequiera que vayas.

Dios nos guía y fortalece para que permanezcamos firmes. Salmos 27:7. Nueva Traducción Viviente (NTV). Escúchame cuando oro, oh Señor; ¡Ten misericordia y respóndeme!

Aunque todos aquellos que estaban cerca de nosotros nos abandonen en las crisis, Dios permanecerá fiel por siempre. Salmos 27:10. La Biblia de las Américas (LBLA). Porque aunque mi padre y mi madre me hayan abandonado, el Señor me recogerá. Salmos 27:10. Dios habla hoy (DHH). Aunque mi padre y mi madre me abandonen, tu, Señor te harás cargo de mí. 

Debemos valorar los momentos de quietud y tranquilidad, porque Dios responderá cuando le llamemos. La verdadera bendición y vida eterna es vivir para Cristo y rendirnos sólo a Él, a su voluntad y propósito para nuestras vidas; no estamos solos, Dios es la fuente de todo bien y don perfecto.

En la vida hay tantas circunstancias que quieren robarnos la paz que Dios ha depositado en nuestro corazones. No podemos evitar que estas cosas vengan a nuestra vida, pero si podemos evitar que estorben nuestro caminar.

Una de las cosas que Dios me ha permitido tener durante mi vida en el Señor es: la fe y la certeza de que Él es mi pronto auxilio en la tribulación. Muchas cosas han pasado en mi vida, pero en medio de todo eso siempre he tenido presente de que Dios es quien me protege y que si confió en El, jamás me defraudara.

Por esa razón con convicción y por experiencia propia puedo decirte que no tienes de que temer. Posiblemente estas a travesando tribulaciones terribles, a lo mejo, tu animo ha menguado y tu comunión con el Señor se ha venido  deteriorando, quizás no hallas que hacer y tienes temor de lo que puede ser de ti o de tu familia en los próximos días; pero en esta hora quiero decir que no temas, que no desmayes, que no te des por vencido o por vencida, que hay un Dios, el cual es mi Dios y el tuyo que puede sacarte de cualquier situación en la que puedas estar metido.

Las tribulaciones nos vienen como la escuela de Dios en la formación del carácter. Las pruebas, los conflictos y las dificultades son las herramientas a través de las cuales vamos afinando el propósito de Dios en nuestra vida. Las tribulaciones producen paciencia y la paciencia es la cualidad que no se da por vencida, es la determinación a permanecer firmes a pesar de los conflictos. Permanecemos firmes mientras las tribulaciones van obrando en nuestra vida interior y es en esta etapa de firmeza que se va desarrollando el carácter de Cristo en nuestros corazones.

El gloriarse en las tribulaciones es el resultado de entender que los creyentes nos amparamos en las promesas de Dios que son fieles y esta confianza produce esperanza, y esta esperanza no nos desilusiona por cuanto en el camino vamos experimentando la presencia del amor de Dios que nos sostiene. Este es el amor de Dios que nos acompaña en medio de las tribulaciones y de cada circunstancia que enfrentamos a diario, es la presencia de Dios por medio del Espíritu Santo que nos conforta.

No permitas que el enemigo robe la paz que Dios quiere depositar en tu vida, no permitas que el temor te robe la confianza de que Dios es tu fortaleza. Comienza a practicar la palabra del Señor y comienza a confiar plenamente en El, pues El jamás te defraudara y te lo digo por experiencia propia.

Es por tal razón que los creyentes se mantienen de pie en las tribulaciones, es de rodillas que estamos de pie, en la paciencia y firmeza estamos de pie. La esperanza es la confianza de que no estamos solos en la batalla y en los conflictos, la esperanza no avergüenza ni nos desilusiona, porque las tempestades de afuera que nos azotan no pueden minar la fortaleza de un carácter probado en el interior del creyente.

Vienen las tribulaciones y nosotros seguimos firmes, vienen las pruebas y nosotros seguimos confiados. Vienen los conflictos y nosotros seguimos de pie. Por consiguiente, la cuestión no es si es la verdad que el Señor nos llevará a un estado de paz, sino si nosotros lo creemos verdaderamente en nuestro corazón y en nuestra alma. Es por eso que el Señor nos asegura mediante el profeta Jeremías:

Jeremías 17:7-8. Nueva Traducción Viviente (NTV). Pero benditos son los que confían en el Señor y han hecho que el Señor sea su esperanza y confianza. Son como árboles plantados junto a la ribera de un río con raíces que se hunden en las aguas. A esos árboles no les afecta el calor ni temen los largos meses de sequía. Sus hojas están siempre verdes y nunca dejan de producir fruto.

Refugiémonos en Dios, él es todo suficiente para nosotros, busquémosle en el lugar secreto, porque él no nos rechazará, él es un buen Padre, amoroso, compasivo y protector, sólo el Señor conoce nuestro corazón, nuestra condición, nuestra situación y nuestras intenciones, dejemos que sea el tomando el control de nuestras vidas y circunstancias, él sabe lo que mejor nos conviene para nuestro bien. 

Cuando Dios está de nuestro lado, no debemos de temer a nadie, ni a nada: Dios el Padre Celestial, Dios su Hijo Jesucristo y Dios el Señor el Espíritu Santo, son lo mejor de nuestra existencia, en esta vida y en la otra; el Padre Celestial nos creo en Jesucristo para que vivamos con él por la eternidad, él es nuestro refugio y nuestro protector. Bendiciones.