Nuestro deseo es que cada uno de los mensajes, así como cada uno de los ministerios y recursos enlazados, pueda ayudar como una herramienta al crecimiento, edificación y fortaleza de cada creyente dentro de la iglesia de Jesucristo en las naciones y ser un práctico instrumento dentro de los planes y propósitos de Dios para la humanidad. Cada mensaje tiene el propósito de dejar una enseñanza basada en la doctrina bíblica, de dar una voz de aliento, de edificar las vidas; además de que pueda ser adaptado por quien desee para enseñanzas en células o grupos de enseñanza evangelísticos, escuela dominical, en evangelismo personal, en consejería o en reuniones y servicios de iglesias.

Mis tiempos en las manos de Dios°



Salmo 31:15 (VRV60). En tu mano están mis tiempos; líbrame de la mano de mis enemigos y de mis perseguidores.

Todos los que confían en el Señor y lo buscan de corazón reciben su amor y misericordia a cada momento. Dios quiere ser el centro tu vida, el principal motivo de confianza y adoración. Por eso hoy tendrás un día de gozo en el corazón, de felicidad y plenitud interior, porque el gozo del Señor es nuestra fortaleza. La mano de Dios ha tomado la tuya, como un padre toma la mano de su hijo y se ha propuesto llevarte al propósito de lo que Él ha planeado para ti en Cristo Jesús.

Jeremías 29:11-14. (VBLS). Mis planes para ustedes solamente yo los sé, y no son para su mal, sino para su bien. Voy a darles un futuro lleno de bienestar. Cuando ustedes me pidan algo en oración, yo los escucharé. Cuando ustedes me busquen, me encontrarán, siempre y cuando me busquen de todo corazón. Estaré con ustedes y pondré fin a su condición de esclavos. Los reuniré de todas las naciones por donde los haya dispersado, y los haré volver a Jerusalén. Les juro que así lo haré.

En el Salmo 16:5 (TLA) dice: “Tú eres mi Dios, eres todo lo que tengo; tú llenas mi vida y me das seguridad”. No hay nada mejor que podamos hacer con nuestras vidas que poner todo lo que somos y todo lo que tenemos bajo la protección de Dios en el nombre de Jesucristo. Él desea gobernarnos por completo, conoce lo que es mejor para nosotros, tiene el poder de protegernos de forma sobrenatural. Quiere ser parte de cada detalle de nuestra vida.

Necesitamos abrirles las puertas de par en par a la presencia de Dios en nuestras vidas y en nuestros hogares. No pongamos la confianza en personas o situaciones políticas o sociales, la bendición de una ciudad o nación viene porque Dios se agrada de ella. Cuando una persona o una nación toman un rumbo en contra de la voluntad de Dios se abren las puertas a Satanás y provoca una serie de males que traen dolor y sufrimiento. Por eso hoy decide confesar de corazón que Dios es todo para ti y vivir de esa manera.

Igualmente, jóvenes, estad sujetos a los ancianos; y todos, sumisos unos a otros, revestíos de humildad; porque: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes. Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo; echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros. 1 Pedro 5.5-7 (VRV60).

La mano de Dios es la mano protectora, es la mano del Padre que ama a su hijo y lo dirige por sendas correctas. El Señor nos da la sensación de paz y de tranquilidad, cuando caminamos por lugares donde nunca hemos transitado. Cuando habla de sujeción, cuando habla de humillarse bajo la mano de Dios, está diciendo: “confía en su poderosa mano porque Él sabe lo que hace, Él cuida de ti”.

Uno de los resultados de estar tomado de la mano de Dios es que no tengamos ansiedad y la ansiedad es el fruto de lo desconocido. Cuando uno tiene planes, metas, sueños, cuando uno quiere que algo suceda y no conoce lo que viene comienza una ansiedad. La ansiedad es el resultado de lo que desconocemos. También podemos decir que hay una ansiedad espiritual, una ansiedad producto de lo que no sabemos, de lo que esperamos y parece que se retarda, que no llega.

Todos nosotros muchas veces pasamos por circunstancias, donde necesitamos confiar en esa mano protectora que nos dice: “No temas, yo te llevo, yo te tomo por mi mano derecha y no te dejaré hasta que llegue y haga contigo aquello que me he propuesto hacer”.

La mano de Dios necesita tu sujeción. Necesita de que estés dispuesto a no soltarte, a tomarte de la mano de Él, aunque parezca que Él no está haciendo nada. Dios nunca jamás actuará en una forma contraria a la que dice su Palabra de que va a actuar. Dios nunca contradecirá lo que está escrito, y Él no quiere que te pierdas en tus propios errores, de que te extravíes en tus malas decisiones.

Su mano ha tomado la tuya y se ha unido a la tuya y se ha propuesto llevarte al destino, al propósito de lo que Él ha planeado para ti en Cristo Jesús. Él te dice que no temas, que no estés ansioso, te dice que esperes porque Él es tu Padre amoroso, que aunque te hayan dejado padre, madre, tíos, abuelos, esposo o esposa, aunque estés en la calle, Él dice: “Yo soy tu Padre que te ayuda, yo soy tu Padre que te sostiene, soy tu Padre que te guía a todo paso”.

Números 11:23. (VRV60). “Entonces Jehová respondió a Moisés: ¿Acaso se ha acortado la mano de Jehová? Ahora verás si se cumple mi palabra, o no”.

Háblele a su motivo de ansiedad, a su problema, a su gigante, a su fantasma, a su temor, a sus dudas y dígale: ¿Acaso se ha cortado la mano de Dios?

El Señor dice prepárate como dice el Salmo 23, estarás comiendo en frente de tus enemigos. Tus enemigos no te podrán tocar. Dios no dice que te sacará los enemigos, Dios no dice que no tendrás problemas, sino que dice que te sentarás a comer, que estarás bajo la provisión, que estarás bajo el cuidado, en medio de los enemigos y ellos no te podrán tocar: “Extenderás mesa delante de mí, en presencia de mis angustiadores. Unges mi cabeza con aceite, mi copa está rebosando”.

Esdras 8:22. (VRV60). “...La mano de nuestro Dios es para bien sobre todos los que le buscan; mas su poder y su furor contra todos los que le abandonan”. Cuando Dios te dice que su mano es confiable, realmente es confiable. La mano de Dios te llevará a todo lo bueno. La mano de Dios está contigo y Él quiere tu bien.

Jeremías 1:9. (VRV60). “Y extendió Jehová su mano y tocó mi boca, y me dijo Jehová: He aquí he puesto mis palabra en tu boca”.

La mano de Dios viene cuando Él cambia tu actitud y tu lenguaje. El Señor dice que cuando confías en su mano, Él cambia tu lenguaje. Ya no es tiempo de críticas, ya no es tiempo de hablar cosas que desaniman, no es tiempo de queja, de hablar de otros, sino que es tiempo de hablar bendición.

Romanos 12:1-2. (VDHH2002). Por tanto, hermanos míos, os ruego por la misericordia de Dios que os presentéis a vosotros mismos como ofrenda viva, consagrada y agradable a Dios. Este es el verdadero culto que debéis ofrecer. No viváis conforme a los criterios del tiempo presente; por el contrario, cambiad vuestra manera de pensar, para que así cambie vuestra manera de vivir y lleguéis a conocer la voluntad de Dios, es decir, lo que es bueno, lo que le es grato, lo que es perfecto.

Su mano va a cambiar tu forma de hablar, tu forma de proclamar las cosas. Si proclamabas desgracia, proclamabas temor, ahora su mano hará que hables palabras de fe. No proclames temor, no proclames ansiedad, proclama que el brazo de Jehová no se ha acortado y que Dios no se ha olvidado de ti, ni de tu casa.

Ezequiel 3:14. (VRV60). “Me levantó, pues, el Espíritu, y me tomó; y fui en amargura, en la indignación de mi espíritu, pero la mano de Jehová era fuerte sobre mí”.

El Señor le había encomendado a Ezequiel cierto ministerio, el cual sabía Dios que le iba a ser difícil, humanamente imposible. Sin embargo la Biblia dice que aunque Ezequiel estaba indignado, aunque no se sentía fuerte, aunque estaba en amargura de espíritu, la mano de Dios era fuerte sobre él.

Dios nos pide cosas que humanamente usted dice: “no estoy preparado para olvidar mi pasado, para perdonar a aquella persona que me estafó, que arruinó mi vida, no estoy preparado para enfrentar el mañana, no estoy preparado para enfrentar los problemas”, pero Él te dice: “La mano de Jehová será fuerte sobre ti”. En aquello que Dios ha puesto en tu mano, no temas porque Él está contigo para tomarte de la mano y llevarte a la meta. Hay fortaleza en Dios, hay victoria en Él.

Juan 10:28. (VRV60). “Y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano”. Él tiene tu nombre escrito en la palma de su mano. Él dice que ningún demonio, ninguna tribulación podrá arrebatarte de su mano. Nadie podrá arrebatarte de su mano.

La mano de Dios te promueve: “él te exaltará” (1 Pedro 5:6).Tarde o temprano usted alcanzará aquello por lo cual el Señor lo ha llamado. El Señor dice que te exaltará aunque eres débil, aunque no tienes fuerzas, pero estás tomado de la mano de Dios por lo tanto Él te va a promover. Ahora, en el reino de Dios para ser promovido primeramente muchas veces ocurre que uno da unos pasos hacia atrás.

Así sucedió con la vida de José cuando Dios le dio una visión de un liderazgo delante de sus padres y de sus hermanos y los hermanos lo tomaron por loco, por orgulloso, y lo vendieron, lo encerraron en un pozo y su vida fue poco a poco perdiendo el brillo de lo que parecía que una vez iba a ser el propósito de Dios. Sin embargo cuando parece que uno va para atrás, cuando uno está promovido por Dios no importa el tiempo que ha pasado, ni que parece que estás retrocediendo porque allí es donde Él se encargará de levantarte.

Daniel también fue probado en su fe, cuando se prohibió la adoración a todo otro Dios que no fuera Nabucodonosor. Daniel oraba tres veces por día y a causa de eso terminó en el foso de los leones. Pero el Señor lo sacó de allí, lo levantó y humilló a los que lo habían engañado, porque Dios promueve, Dios levanta y Dios avergüenza a aquellos que estaban esperando que las cosas te vayan bien, viendo que Él pone mesa en presencia de tus enemigos. Aunque parece que vas para atrás, es porque vas a ir para adelante.

Aunque parezca que el sueño, la visión se está demorando y parece que vas para atrás, pero el Señor te dice: “yo te voy a exaltar en presencia de tus angustiadores”.

La mano de Dios te protege, la mano de Dios da propósitos: Dios tiene un propósito para tu vida, Dios te creó para algo (Salmo 91).

Jeremías 29:11. (RVR60). “Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis”.

Dios dice: “mis pensamientos hacia ti son pensamientos de paz, y no de mal”. El enemigo quiso su mal, pero Jesús lo venció, lo ató. Si el enemigo le quiere hacer mal, le tiene que pedir permiso a su dueño, y su dueño es Jesucristo, el Hijo del Dios Viviente. Jesús pagó por usted y usted ha sido sellado con la sangre de Cristo. Dios nos lleva de su mano, para que conozcamos su perfecto plan.

Jeremías 1:5 (RVR60) dice: “antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones”.

Tú eres un regalo, eres un don, no eres un problema, no eres un quiste, no eres alguien en el mundo que lastima, que hiere. No eres un problema, sino que eres una bendición para este mundo, estás lavado, santificado y enviado para que sea bendición. Dios lo ha puesto en este mundo para bendecir a los demás.

1 Samuel 22:1-2 (RVR60). “Yéndose luego David de allí, huyó a la cueva de Adulam; y cuando sus hermanos y toda la casa de su padre lo supieron, vinieron allí a él. Y se juntaron con él todos los afligidos, y todo el que estaba endeudado, y todos los que se hallaban en amargura de espíritu, y fue hecho jefe de ellos; y tuvo consigo como cuatrocientos hombres”.

Todos estos hombres en algún momento pensaron, que la vida no se le iba a modificar jamás. Vivían en una realidad constante, unos afligidos, otros endeudados, otros rechazados, amargados, hasta que un día pasaron por una cueva donde estaba David huyendo por sus propios problemas y se encontraron con el ungido de Dios. Dice la Escritura que esa actitud de gente increíblemente dañada, herida, terminó cambiando, siendo transformada en gente valiente.

2 Samuel 23:8 en adelante nos habla de que esos hombres afligidos, endeudados, amargados, débiles, terminaron siendo valientes, porque se juntaron con el ungido de Dios. Y el propósito para ellos era tan grande que terminaron siendo valientes renombrados. Dios tiene grandes cosas para usted, porque desde el día en que se encontró con Jesús usted cambió de ser una persona amargada, endeudada, afligida, temerosa a ser un valiente, a ser un guerrero conquistador de Dios.

Tómese de la mano de Jesucristo y usted terminará siendo un valiente de Dios, una persona transformada para grandes cosas

Salmos 31. Tú eres quien me protege. Versión lenguaje actual. Himno de David.

Dios de Israel, tú eres un Dios justo; no me dejes pasar vergüenza. ¡Sálvame, pues confío en ti! Préstame atención, ven pronto a socorrerme. Protégeme como una enorme roca, rodéame como una alta muralla. ¡Tú eres la roca que me protege! ¡Tú eres la muralla que me salva! Guíame y dirígeme, pues así lo prometiste. No me dejes caer en la trampa que me han puesto mis enemigos; ¡tú eres mi protector! Tú eres un Dios fiel.

¡Sálvame! ¡Mi vida está en tus manos! Odio a los que adoran ídolos, pues éstos no sirven para nada; ¡pero yo en ti confío! Tu bondad me llena de alegría, pues me viste sufrir y me cuidaste, me libraste de mis enemigos, y me diste libertad. Dios mío, tenme compasión, pues estoy muy angustiado, siento dolor en todo el cuerpo y mis ojos ya no aguantan más. Toda mi vida he sufrido, toda mi vida he llorado; mi maldad me debilita, mis huesos no me sostienen.

Amigos y enemigos me ven como poca cosa; al verme en la calle se espantan y huyen de mí. Me tienen olvidado, como si ya me hubiera muerto; ¡parezco un vaso hecho pedazos! Mucha gente habla mal de mí, y hasta mí llegan sus chismes de que parezco un fantasma. Todos se han puesto en mi contra, y hasta quieren matarme. ¡Pero tú eres mi Dios! ¡En ti he puesto mi confianza! Mi vida está en tus manos; ¡sálvame de mis enemigos!, ¡sálvame de los que me persiguen! Yo estoy a tu servicio: ¡muéstrame tu buena voluntad! ¡Por tu gran amor, sálvame! Dios mío, mira que te estoy llamando; no me dejes pasar vergüenza. ¡Que pasen vergüenza los malvados! ¡Échalos a la tumba! ¡Calla a esos mentirosos, que me desprecian y me humillan! Tú eres muy bondadoso con la gente que te honra; a la vista de todo el mundo derramas tu bondad sobre los que en ti confían. Tu presencia los pone a salvo de los planes malvados; tú los proteges de la maldad como protege la gallina a sus pollitos.

¡Bendito seas, Dios mío! Cuando yo estuve en problemas me mostraste tu gran amor. Estaba yo tan confundido que hasta llegué a pensar que no querías ni verme. Pero a gritos pedí tu ayuda, y tú escuchaste mis ruegos. Ustedes, los que aman a Dios, ¡demuéstrenle su amor! Nuestro Dios protege a los que merecen su confianza, pero a los orgullosos les da su merecido. Todos ustedes, los que confían en Dios, ¡anímense y sean valientes!

Al decir, "en tu mano están mis tiempos", David estaba expresando simplemente su creencia de que todas las circunstancias de la vida están bajo dominio de Dios. Saber que Dios nos ama y tiene cuidado de nosotros nos permite mantenernos firme en nuestra fe a pesar de las circunstancias. Nos guarda de pecar tontamente al tomar los asuntos en nuestras propias manos o resentirnos por los tiempos de Dios.

La fe y la oración deben ir juntas, porque la oración de fe es la oración que prevalece. David entregó su alma a Dios en forma especial. Y con sus palabras, versículo 5, nuestro Señor Jesús dio su último aliento en la cruz, e hizo de su alma una ofrenda voluntaria por el pecado, entregando su vida como rescate. 

Pero aquí David es un hombre confundido y con problemas. Su mejor parte es su gran cuidado por su alma, por su espíritu. Muchos piensan que si están confundidos por sus asuntos mundanos y se multiplican sus preocupaciones, pueden ser excusados si descuidan su alma; pero somos los más interesados por cuidar de nuestra alma para que el hombre interior no sufra daño, aunque el hombre exterior se deshaga. La redención del alma es tan preciosa, que hubiera cesado para siempre, si Cristo no la hubiera emprendido.

Es probable que David compusiese este salmo cuando era perseguido por Saúl, ya sea en lo de Queilá, o en el desierto de Maón cuando Saúl iba por una ladera del monte, y David y los suyos iban por la otra (1 Samuel 23:13,26). Es una mezcla de plegarias, alabanzas y profesiones de confianza en Dios.

David expresa su gozosa confianza en Dios y, con esta confianza, ruega ser librado del apuro presente (v.1-8). Se queja de la deplorable condición en que se halla, pero sigue orando para que Dios se manifieste a favor de él y en contra de sus perseguidores(v.9-18). Concluye el salmo con alabanzas y expresiones de triunfo, dando gloria a Dios y animándose a sí mismo, y también a otros, a poner su confianza en Dios (v.19-24).

Habiendo confiado en la misericordia de Dios, uno se alegra y regocija en eso. Dios mira nuestra alma cuando estamos atribulados, para ver si se humilla por el pecado y mejora por la aflicción. Todo creyente enfrentará peligros y liberaciones, hasta que sea librado de la muerte, su postrer enemigo. Vemos que la fe y la oración deben ir de la mano. David, en su apuro, ora fervientemente a Dios para que le socorra y alivie; que, como Justo Juez, le libre de sus perseguidores, no sólo por misericordia, sino también por justicia. También ora que le libre cuanto antes, no sea que, si se demora demasiado su liberación, desfallezca su fe:«...líbrame pronto; sé tú mi roca fuerte y ciudadela para salvarme.» Dios es una ciudadela inexpugnable para los que ponen su confianza en El. Y añade (v.3): «...Por tu nombre me guiarás y me encaminarás.» Quienes están decididos a seguir la dirección de Dios, bien pueden orar con fe de que de cierto la han de conseguir.

En su oración, glorifica a Dios al repetir su profesión de total confianza en El y de absoluta dependencia de El: «En ti, oh Señor, he confiado, no en mí ni en ninguna otra criatura; no sea yo confundido jamás, no quede yo decepcionado por faltarme la ayuda que me has prometido» (v. 1). «Sé tú mi roca» (v.2); «Tú eres mi roca» (v.3). En virtud de la misma lógica de la fe, David dice a Dios (v.5): «En tus manos encomiendo mi espíritu», sabiendo que su vida y todos sus asuntos en este mundo estaban así en buenas manos. El hecho de que el Señor Jesucristo repitiese esa misma frase (Lucas 23:46)demuestra que tenía en su mente este salmo cuando se hallaba expirando en la cruz.

Desecha David toda complicidad con los idólatras, pues a ellos se refiere en el v.6: «Aborrezco a los que esperan en vanidades ilusorias (lit. ídolos de inutilidad).  Declara enfáticamente que Dios es su única esperanza (v.6): «Mas yo  en Señor he esperado»y, por eso, se goza y se alegra en su misericordia (v.7).

Se anima a conservar esta esperanza, basado en las experiencias que del favor de Dios ha tenido recientemente (v.7-8):«...Porque has visto mi aflicción, sabio, condescendiente y compasivo para darte cuenta del aprieto en que se hallaba tu siervo, has conocido mi alma en angustias, esto es, en estrechura, con tierno interés por mí. No me has dejado encerrado.

En los versículos anteriores, David había apelado a la justicia de Dios; aquí apela a su misericordia, pues su propia miseria es terrible, lo cual hace de su caso un objeto apropiado de la misericordia divina. Su queja del aprieto en que se encuentra (v. 9): «Ten misericordia de mí, oh Señor, porque estoy en angustia. Sus aflicciones le habían convertido en «varón de dolores».

Su confianza en Dios en medio de su aflicción. Todo aparecía oscuro y deprimente en derredor de él: «Mas yo en ti confío, oh Señor» (v.14), dice él. Eso es bastante para impedir que se hunda. Sus enemigos le habían despojado de la reputación que tenía entre los hombres, pero no le habían podido arrebatar su confianza en Dios. « Yo digo: Tú eres mi Dios, pues yo te he escogido por Dios mío, y tú me has prometido ser mi Dios.» «En tu mano están mis tiempos, mi destino y las circunstancias todas de mi vida» (v. 15). Si se une esto con lo de «tú eres mi Dios» (v. l4b), tenemos una fuente perfecta de consuelo. Si Dios tiene en sus manos nuestro destino, puede ayudarnos; y si es nuestro Dios, querrá ayudarnos; y entonces, ¿qué podrá desanimarnos?

Sus peticiones a Dios, con esa fe y esa confianza que muestra. Nuestras oportunidades y nuestras circunstancias están en las manos de Dios y, por consiguiente, El sabe cómo escoger lo mejor y más oportuno y conveniente para nuestra liberación; debemos, pues, estar dispuestos a esperar el tiempo que Dios tenga señalado. Cuando David tuvo a Saúl a merced de su mano en la cueva, los que estaban con David le dijeron: «He aquí el día de que te dijo Señor: He aquí que entrego a tu enemigo en tu mano, etc.» (1 Samuel 24:4). « ¡No!, vino a decir David, no ha llegado el día de mi liberación mientras ésta no pueda ser llevada a cabo sin pecado, y yo voy a esperar hasta ese día, pues ése será el tiempo de Dios, que es el mejor tiempo. »

Ahora pide David en especial que Dios tape la boca a los que reprochan y calumnian al pueblo de Dios (v. 18): «Enmudezcan los labios mentirosos, que profieren insolencias contra el justo, con soberbia y menosprecio»
David reconoce la bondad de Dios hacia su pueblo en general, Dios es bueno para todos (Salmo 145:9), pero es especialmente bueno para su pueblo Israel. Aquí son descritos como objeto especial de su bondad los que le temen y los que esperan en El, los que reverencian su majestad y dependen de su gracia.

David agradece a Dios la bondad que ha tenido para con él en, una preservación especial demanda una gratitud también especial. En el interior de David había temores (decía yo en mi inquietud), pero Dios le resultó mejor y más fiel que sus temores. Aunque flaqueaba la fe de David, no flaqueó la promesa de Dios: Pero tú oías la voz de mis ruegos. Menciona esta debilidad de su fe, para mejor poner de relieve la admirable fidelidad de Dios, haciendo así que resaltase como admirable la misericordia de Dios para con él.

Con ocasión de esto, exhorta y anima a todos los creyentes (v.23-24): Amad a Señor, todos vosotros sus santos. Aunque se supone que los fieles han de amar a su Dios, se les ha de exhortar a que le amen más y mejor, y a que den pruebas sinceras de tal amor. Con ese amor, y espoleados por la promesa de Dios de que les ha de guardar y recompensar, les anima a ser fuertes y valientes en el servicio del Señor (v.24): Esforzaos todos vosotros los que esperáis en Señor, y tome aliento vuestro corazón. 

Cualquiera que sean las dificultades que hayamos de enfrentar en nuestra vida, tomemos aliento en nuestro corazón, sabiendo que el Dios en quien esperamos, en quien confiamos, nos fortalecerá en Jesucristo y mediante esa confianza perseveremos en los caminos de Dios para llegar a nuestro destino eterno: el Padre Celestial, con la ayuda del Espíritu Santo. Bendiciones.


Jesucristo es nuestra fortaleza°


Filipenses 4:13 (BLS).  Cristo me da fuerzas para enfrentarme a toda clase de situaciones.

Muchos de nosotros hemos experimentado distintas pruebas y dificultades en nuestra vidas; muertes en la familia, enfermedades, problemas económicos, problemas en la sociedad que vivimos y un sin fin de situaciones que NOS PRUEBAN A CADA MOMENTO DE NUESTRA EXISTENCIA. Hacen que nuestra esperanza y nuestra fe sean puestas en juego para ver si podemos o NO ganar la batalla.

Cuando las pruebas vienen, los cristianos nos preguntamos ¿POR QUE YO? Y buscamos justificarnos a nosotros mismos diciendo: Soy un fiel servidor del Cristo y aun así me pasan estas cosas!  Y si hay algo que debemos entender es que los justos, los que hemos sido lavados por la sangre de Jesucristo para salvación, no somos inmunes a las pruebas. Como cristianos tenemos que entender la verdadera perspectiva del porqué de la prueba: LAS PRUEBAS SON BENDICIONES DISFRAZADAS. Job 1:6-22. Todos los cristianos debemos aprender a perseverar en nuestro andar como seguidores de Cristo cuando lleguen tiempos difíciles.

Salmo 46:1-3. Dios es nuestro refugio y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Por tanto no temeremos aunque la tierra sufra cambios. Y aunque los montes se deslicen al fondo de los mares. Aunque bramen y se agiten sus aguas. Aunque tiemblen los montes con creciente enojo. Hechos 14:22. Confirmando los ánimos de los discípulos, exhortándoles a que permaneciesen en la fe, y diciéndoles: ES NECESARIO QUE A TRAVÉS DE MUCHAS TRIBULACIONES ENTREMOS EN EL REINO DE DIOS.

Jeremías 16:19. Oh Jehová, fortaleza mía y fuerza mía, y refugio mío en el tiempo de la aflicción, a ti vendrán naciones desde los extremos de la tierra, y dirán: Ciertamente mentira poseyeron nuestros padres, vanidad, y no hay en ellos provecho.

Veamos lo que significa un amparo o un refugio: es lo que se encuentra dentro de una fortaleza. Una fortaleza antigua nos recuerda las ciudades amuralladas, o aún los castillos de antes, que estaban protegidos por murallas gruesas que difícilmente se podían penetrar.  Ese lugar es nuestro SEÑOR que en su fidelidad, nunca desampara a los suyos, sin importarle raza o nacionalidad. El creyente nunca está solo, puede ser que esté pasando por tentaciones y pruebas, pero dentro de la Fortaleza que es nuestro SEÑOR, encuentra el amparo y la protección necesaria. ¡Cuánto necesitamos a Dios todo el tiempo y en todo lugar! Es por eso que al poner la confianza en el SEÑOR, es como entrar en un Castillo Fuerte, bajo la Protección del Todo Poderoso.

Apocalipsis 2:10. No tengas ningún temor de las cosas que has de padecer. He aquí, el diablo ha de enviar algunos de vosotros á la cárcel, para que seáis probados, y tendréis tribulación de diez días. Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida. 1 Pedro 1:6-7. En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo.

1 Pedro 1:5-7. Que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero. En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo.

Cristo NO nos prometió que el caminar en EL seria “Color de Rosa”. Tampoco nos dijo que no habría espinas en nuestra vereda. En cambio SI nos prometió que estaría con nosotros hasta el final de los tiempos. Por eso nos recalcó que perseveráramos hasta el fin. Juan 16:33. Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo. Manteniéndonos en Cristo también nosotros seremos vencedores. Nuestro objetivo es reflexionar sobre nuestro futuro, el futuro de la Iglesia y tomar la decisión de perseverar en medio de tiempos difíciles. La Palabra de Dios nos advierte que vendrán pruebas “ y Tribulaciones” pero al perseverar obtendremos “ El Triunfo” sobre estas. Siempre teniendo presente que la Iglesia de Cristo ha de prevalecer ante toda situación que vivamos.

¿Cuántos de ustedes ahora mismo, están pasando por tribulaciones? ¿Cuántos cristianos se están ahogando en un mar de problemas, de vicisitudes, de tiempos de sufrimiento? Hermanos y hermanas no se aflijan de corazón, porque aunque estés sufriendo en un mar de fuego, vas a ser rescatado en alabanza, gloria y honra para la gloria de Dios. ¿En el medio de la tormenta, que vas a hacer? ¿En medio de la tribulación, que vamos a hacer? Hay dos opciones, o te tiras al piso a llorar por lo que te está pasando, o te colocas en pie y comienzas a poner tu confianza en Dios. O te tiras al piso, para caer en una depresión, o alzas los ojos y miras a hacia delante puestos los ojos en Jesucristo. 

Hebreos 12:2. Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios. El Señor por el otro lado, desea que usemos estos tiempos de pruebas y tribulaciones: para desarrollar nuestra fe en él. 2 Corintios 4:17-18. Porque esta leve tribulación momentánea, produce en nosotros un sobremanera alto y eterno peso de gloria; No mirando nosotros a las cosas que se ven, sino a las que no se ven: porque las cosas que se ven son temporales, mas las que no se ven son eternas.

Lo que nos sucede no es tan importante como la forma en que respondemos a los eventos que suceden en nuestras vidas. Es al responder en la forma correcta que somos capaces de progresar hacia nuestros sueños. Dios nos da a cada uno un sueño por que luchar. Pero Pablo nos recuerda que no prestemos atención a las cosas que vemos porque son temporarias; están sujetas al cambio. Más bien deberíamos fijar nuestros ojos en el resultado final, en el sueño que Dios nos ha dado. Esta fue la actitud de José.

En Génesis 37 leemos sobre José y sus hermanos. José, el hijo más joven de Isaac tuvo un sueño que un día su familia se inclinaría ante él. Los hermanos de José estaban celosos de él y no pensaban mucho en sus sueños. Conspiraron en contra de José y el terminó como esclavo en Egipto. Luego fue falsamente acusado por la esposa de su patrón y fue enviado a la cárcel. Oh, Las cosas no iban bien para José. Pero, esto es como se veían las cosas en lo natural. Pero José no permitió que sus problemas dictaran su actitud. Sino que el permaneció fiel a Dios y no se olvidó del sueño que Dios le había dado porque José entendió que lo que nos sucede no es tan importante sino como respondemos a los eventos que suceden en nuestras vidas. El mantuvo sus ojos en lo todavía no se veía. 

Veamos lo que sucedió: esos obstáculos y contratiempos no eran suficientes para retener el sueño que Dios deseaba realizar a través de José. Un día era solo un prisionero, fue llamado a interpretar el sueño para el Rey de Egipto y en un instante fue elevado a posición de Primer Ministro.

Vamos a aplicar esto a nuestras vidas: ¿Las tribulaciones, luchas y pruebas, desafíos y dificultades previenen a tu sueño de ser una realidad? Tal vez te has dado por vencido a tu sueño, tal vez estas sin esperanza o fortaleza para seguir el sueño que Dios ha plantado en tu corazón pero la Biblia nos dice que: “Mas los que esperan en Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán las alas como águilas, correrán, y no se cansarán, caminarán, y no se fatigarán,” Isaías 40:31. Si estamos haciendo nuestra parte, esto es siendo pacientes y permaneciendo fieles a la visión que Dios nos ha dado, entonces el Señor continuara obrando, a menudo detrás de la escena. Y podemos ver ahora el resultado final que el Señor realizo en la vida de José. Fue la paciencia y fidelidad que demostró José que ayudo a traerlo al lugar donde Dios realizaría sus sueños.

El Apóstol Santiago nos dice en Santiago 1:2-3. Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando estéis en diversas tentaciones; Sabiendo que la prueba de vuestra fe obra paciencia. 

Para vencer cualquier prueba, o tribulación debemos caminar por fe, no por vista. No vamos por lo que vemos, escuchamos o sentimos, sino por los principios de la palabra de Dios y la guía del Espíritu Santo. Cuando comenzamos a regocijarnos en el medio de una prueba, desatamos fuerzas espirituales invisibles que nos ayudan. ¿Recuerdan la historia del rey Josafat en 2 Crónicas 20? Un gran ejército estaba en camino a Jerusalén. Entonces Josafat junto a la gente para orar por liberación. Y el Señor le respondió y les dijo que la batalla no era de ellos sino suya. Luego, la próxima mañana Josafat, el ejército y la gente marcho para ver la liberación de Dios. Y pusieron hombres delante del ejército para cantar.

2 Crónicas 20:22. Y cuando comenzaron a entonar cánticos de alabanza, puso Jehová contra los hijos de Ammón, de Moab, y del monte de Seir, las emboscadas de ellos mismos que venían contra Judá, y se mataron los unos a los otros. 

El enemigo fue derrotado cuando ellos se regocijaron y cantaron alabanzas a Dios. El pueblo del reino de Judá no lo sabia, pero estaban utilizando fuerzas espirituales como Apocalipsis 12:11. Y ellos le han vencido por… la palabra de su testimonio….Jesús nos dijo en Juan 6:63, “El espíritu es el que da vida; la carne nada aprovecha: las palabras que yo os he hablado, son espíritu y son vida.” ¿Cómo podemos aprender a caminar de acuerdo al Espíritu de Dios? Al caminar de acuerdo a la palabra de Dios. Al continuar caminando de acuerdo a la palabra de Dios, nuestros pensamientos se alinearan con los pensamientos de Dios y nuestros caminos se alinearan con los caminos de Dios,  cuando aprendamos que podemos poner nuestra carne en sujeción al Espíritu de Dios, entonces seremos libres de los impedimentos que tratan de desanimarnos de seguir la voluntad de Dios y estaremos listos para recibir la sabiduría que necesitamos para vencer las pruebas o tribulaciones

En una prueba o tribulación a menudo oramos por liberación, pero no reconoceremos que Dios espera que juguemos un rol en nuestra liberación, que aprendamos a responder correctamente y que nos volvamos más fuertes. Si Dios nos liberara instantáneamente de cada prueba o tribulación nunca creceríamos. Hijo mío, está atento a mis palabras; Inclina tu oído a mis razones. No se aparten de tus ojos; Guárdalas en medio de tu corazón. Porque son vida a los que las hallan, Y medicina a toda su carne. Sobre toda cosa guardada guarda tu corazón; Porque de él mana la vida. Proverbios 4:20-23.

Es necesario que nosotros guardemos nuestros corazones, de mantener fuera cosas como la duda, aflicción, pánico, ansiedad, depresión y temor. ¿Cómo guardamos nuestros corazones? Pedro nos dice que echemos todas nuestras preocupaciones en Dios: “Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros” 1 Pedro 5:7. Transferimos la responsabilidad de nuestra ansiedad a Dios y se lo  dejamos a Él. Pablo nos dice que guardemos nuestros corazones utilizando la paz de Dios: “Por nada estéis afanosos; sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús,” Filipenses 4:6-7. 

Entonces es a través de la oración que transferimos nuestras preocupaciones a Dios y le agradecemos por la respuesta. Desarrolla la actitud correcta que te llevara hasta el final de la prueba o tribulación.

Persevera: necesitamos reconocer que nunca nos tenemos que dar por vencidos; debemos siempre perseverar. El Apóstol Santiago nos dice: Mas a vosotros los que oís, digo: Hermanos míos, tomad por ejemplo de aflicción y de paciencia, a los profetas que hablaron en nombre del Señor. He aquí, tenemos por bienaventurados a los que sufren. Habéis oído la paciencia de Job, y habéis visto el fin del Señor, que el Señor es muy misericordioso y piadoso. Santiago: 5:10-11.

Mateo 7:24-29. Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la peña; Y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y combatieron aquella casa; y no cayó: porque estaba fundada sobre la peña. Y cualquiera que me oye estas palabras, y no las hace, le compararé á un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; Y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, é hicieron ímpetu en aquella casa; y cayó, y fué grande su ruina. Y fué que, como Jesús acabó estas palabras, las gentes se admiraban de su doctrina; Porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas.

Usualmente vemos que las conversiones verdaderas no vienen fácilmente. Satanás siempre está allí, poniendo falsas ideas en la mente, tentándote a dejar de esforzarte, tentándote a dejar la iglesia, diciéndote que tu caso no tiene esperanza, o que la conversión no es necesaria porque no eres “tan malo”, y otras falsas ideas y tentaciones. Entonces vienen la presión, angustia y aflicción que la mayoría de personas retrocede “por la corrupción y la incredulidad” de sus corazones.

“El que confía en su propio corazón es necio”. Proverbios 28:26. "Estad quietos y sabed que yo soy Dios. Exaltado seré entre las naciones. Exaltado seré en la tierra". Salmo 46:10. 

Romanos 8:35-39. "¿Quién nos separará del amor de Cristo? Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre; o desnudez, o peligro, espada? Tal como está escrito: Por causa tuya somos puestos a muerte todo el día; somos considerados como ovejas para el matadero. Pero todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amo. Porque estoy convencido de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni lo presente, ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios que es Cristo Jesús Señor Nuestro".

Debes recordar siempre que Dios puede ayudarte de muchas formas y Él puede manifestar su poder y soberanía para darte la victoria mediante una intervención directa en tu vida. EL tiene muchas formas de ayudarte a vencer en medio de tus luchas para cambiar porque el es mayor que cualquier situación difícil que enfrentas. Vamos a su Palabra para fortalecernos en sus promesas.

Isaías 43:1-5.  Ahora, así dice Jehová, Creador tuyo, oh Jacob, y Formador tuyo, oh Israel: No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú. Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti. Porque yo Jehová, Dios tuyo, el Santo de Israel, soy tu Salvador; a Egipto he dado por tu rescate, a Etiopía y a Seba por ti. Porque a mis ojos fuiste de gran estima, fuiste honorable, y yo te amé; daré, pues, hombres por ti, y naciones por tu vida. No temas, porque yo estoy contigo; del oriente traeré tu generación, y del occidente te recogeré.

2 Samuel 22:40. Pues me ceñiste de fuerzas para la pelea. 1 Crónicas 29:12. Las riquezas y la gloria proceden de ti, y tú dominas sobre todo; en tu mano está la fuerza y el poder, y en tu mano el hacer grande y el dar poder a todos. 1 Samuel 2:4. Los débiles se ciñeron de poder. 2 Samuel 22:33.  Dios es el que me ciñe de fuerza. Salmo 29:11. El Señor dará poder a su pueblo; El Señor bendecirá a su pueblo con paz. Salmo 18:2.  Jehová, roca mía y castillo mío, y mi libertador; Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré. Salmo 68:35. El Dios de Israel, él da fuerza y vigor a su pueblo. Bendito sea Dios. Salmo 68:35. Temible eres, oh Dios, desde tus santuarios; El Dios de Israel, él da fuerza y vigor a su pueblo. Bendito sea Dios. Salmo 84:5,7. Bienaventurado el hombre que tiene en ti sus fuerzas…Irán de poder en poder; verán a Dios en Sion. Jeremías 16:19. Oh Jehová, fortaleza mía y fuerza mía, y refugio mío en el tiempo de la aflicción, a ti vendrán naciones desde los extremos de la tierra, y dirán: Ciertamente mentira poseyeron nuestros padres, vanidad, y no hay en ellos provecho.

Daniel 2:23. A ti, oh Dios de mis padres, te doy gracias y te alabo, porque me has dado sabiduría y fuerza, y ahora me has revelado lo que te pedimos; pues nos has dado a conocer el asunto del rey. Efesios 6:10. Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. Éxodo 15:2.  Jehová es mi fortaleza y mi cántico, y ha sido mi salvación. Este es mi Dios, y lo alabaré; Dios de mi padre, y lo enalteceré. 2 Samuel 22:2. Dijo: Jehová es mi roca y mi fortaleza, y mi libertador; 2 Samuel 22:3.  Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré; Mi escudo, y el fuerte de mi salvación, mi alto refugio; Salvador mío; de violencia me libraste. 

Salmo 22:19. Mas tú, Jehová, no te alejes; Fortaleza mía, apresúrate a socorrerme. Salmo 27:1. Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme? Salmo 28:7. Jehová es mi fortaleza y mi escudo; En él confió mi corazón, y fui ayudado, por lo que se gozó mi corazón, y con mi cántico le alabaré. Salmo 28:8. Jehová es la fortaleza de su pueblo, y el refugio salvador de su ungido. Salmo 31:2. Inclina a mí tu oído, líbrame pronto; Sé tú mi roca fuerte, y fortaleza para salvarme. Salmo 59:17. Fortaleza mía, a ti cantaré; Porque eres, oh Dios, mi refugio, el Dios de mi misericordia. Salmo 71:3. Sé para mí una roca de refugio, adonde recurra yo continuamente. Tú has dado mandamiento para salvarme, porque tú eres mi roca y mi fortaleza.

Salmo 92:15. Para anunciar que Jehová mi fortaleza es recto, y que en él no hay injusticia. Isaías 12:2. He aquí Dios es salvación mía; me aseguraré y no temeré; porque mi fortaleza y mi canción es JAH Jehová, quien ha sido salvación para mí. Isaías 26:4. Confiad en Jehová perpetuamente, porque en Jehová el Señor está la fortaleza de los siglos. Salmo 18:1. Te amo, oh Jehová, fortaleza mía. Salmo 18:2.  Jehová, roca mía y castillo mío, y mi libertador; Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré; Mi escudo, y la fuerza de mi salvación, mi alto refugio.

Dios sabe que nosotros nos cansamos. Él sabe que nosotros muchas veces perdemos el ánimo y la fuerza para seguir luchando en esta vida por todo lo que es bueno, oportuno y constructivo, y que es necesario para nuestra salvación y santificación. Los ojos de Dios recorren toda la tierra, para fortalecer a los que tienen corazón entero para con El. 2 Crónicas 16:9. Cuando ya no nos queda nada de fuerzas, nuevamente pongamos nuestra esperanza en Jesucristo, quien es Nuestra Fortaleza y nuestro Héroe en la guerra. Porque "los jóvenes se cansan, se fatigan, los valientes tropiezan y vacilan, mientras que a los que esperan en Dios, Él les renovará el vigor, subirán con alas como de águilas, correrán sin fatigarse y andarán sin cansarse." Isaías 40:30.

En la historia de la Iglesia ha habido tiempos difíciles pero aun así la Iglesia sigue enfrentando las pruebas y soportando tribulaciones o dificultades glorificando y alabando a Dios. Nunca debemos dejar que nuestro ánimo caiga y que nada nos apacigüe en nuestro andar como cristianos. Que nuestra labor como Iglesia y Cuerpo de Cristo es llevar siempre el mensaje de salvación a otros con ánimo, regocijo y llenos de esperanza. Lo cual es la base y fundamento de nuestra fe que todo lo que pasemos en esta tierra no tiene peso con el valor incalculable de heredar la gloria de Dios por la eternidad.

Dios es fuerte, ningún poder puede hacerle frente a él. Por lo tanto, encomienda todo a la poderosa mano de poder y fuerza de Dios. Él hará un camino. Sobre todo, cree en su Palabra. Cuando consideramos que las crisis están llegando a su punto más alto; cuando los problemas parecen insolubles; cuando llegamos al límite de nuestra resistencia, es allí cuando Dios se glorifica. Pero en especial se glorifica cuando nuestra esperanza está volcada a Él. Aunque ejércitos acampen contra nosotros, tenemos asegurada la victoria.

Cuando hay crisis que golpean nuestra existencia es necesario orar a Dios, creer que Él es el Dios que hace posible lo que para el hombre es imposible y tener claridad que las circunstancias adversas pueden ser modificadas por el Creador para darnos la victoria. Él nos llamó a ser vencedores y en esa condición permite que todo salga conforme a Su voluntad. ¿En quién has depositado tu confianza en los momentos de mayor dificultad?


Recuerda que nunca estamos solos, puede ser que estés pasando por tribulaciones, dificultades, tentaciones y pruebas, pero dentro de la fortaleza que es nuestro Señor, encontraras el amparo y la protección que necesitas. ¡Nosotros necesitamos a Dios en todo tiempo y en todo lugar! es por eso que al poner la confianza en el Señor, es como entrar en un castillo fuerte, bajo la protección del todo poderoso. Bendiciones.