Nuestro deseo es que cada uno de los mensajes, así como cada uno de los ministerios y recursos enlazados, pueda ayudar como una herramienta al crecimiento, edificación y fortaleza de cada creyente dentro de la iglesia de Jesucristo en las naciones y ser un práctico instrumento dentro de los planes y propósitos de Dios para la humanidad. Cada mensaje tiene el propósito de dejar una enseñanza basada en la doctrina bíblica, de dar una voz de aliento, de edificar las vidas; además de que pueda ser adaptado por quien desee para enseñanzas en células o grupos de enseñanza evangelísticos, escuela dominical, en evangelismo personal, en consejería o en reuniones y servicios de iglesias.

Dios puede darte vida nuevamente°

Cuando escuchamos un mensaje, nos hacemos parte del mensaje. Si escuchamos del amor de Dios, nos unimos a ese deseo. En el caso de Eva, escuchó a la serpiente y fue engañada en sus sentidos. Eva inconscientemente se hizo parte del propósito del enemigo, el cual es hurtar, robar, matar y destruir. Dios  había dicho que no comieran del árbol de la ciencia del bien y del mal, porque el día en que comieran morirán (Génesis 2:17). Eva haciéndose partícipe del propósito del enemigo,  le da de comer del fruto prohibido a Adam. Por eso, no debemos dialogar con las serpientes; a las serpientes se les reprende y se les corta la cola.

Romanos 8:5-11. Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu. Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz. Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios. Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él. Pero si Cristo está en vosotros, el cuerpo en verdad está muerto a causa del pecado, mas el espíritu vive a causa de la justicia. Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros.

Primero quiero hacerte una pregunta con el deseo de que reflexiones y medites el tema que estamos estudiando el día de hoy ¿Qué clase de vida llevas o cual es la situación que estás viviendo y realmente cómo está tu vida delante de Dios? Partiendo de este punto veamos lo que nos puede enseñar la vida de Abraham en lo referente al texto que vamos a estudiar pero veamos de manera general lo que nos dice el capítulo 11.

En este capítulo de la carta a los Hebreos podemos ver la lista de personajes Bíblicos que se destacaron por su fe en Dios. Vimos que Abel representaba el camino de la fe. Él en realidad fue el primer mártir, y el primer testigo de la fe en el Dios viviente que miró hacia la venida de Cristo, y murió por esa fe. Luego, tuvimos a Enoc, que representaba el caminar, el vivir con Dios por fe. Él vivió en días malos. Eran los días de Noé, cuando cada pensamiento y cada imaginación del corazón del hombre eran malos. Enoc vivió como los demás hasta que tuvo 65 años de edad, y entonces nació Matusalén; y de allí en adelante, él caminó con Dios. Después vimos en Noé al testigo de la fe, quién se mantuvo firme en un día de maldad.

Hebreos 11:8-10. Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir como herencia; y salió sin saber a dónde iba. Por la fe habitó como extranjero en la tierra prometida como en tierra ajena, morando en tiendas con Isaac y Jacob, coherederos de la misma promesa.

¿Por qué es importante conocer la bendición que Dios le concedió a Abraham? Gálatas 3:6-7: “Así Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia. Sabed, por tanto, que los que son de fe, éstos son hijos de Abraham.” El apóstol Pablo les estaba escribiendo a aquellas personas que habían comenzado con Cristo, pero se apartaron de la gracia y volvieron a caer en la ley. Muchos de ellos eran judíos que habían sido liberados de ritos, tradiciones y ceremonias. Pablo les había preguntado ¿Quién los hechizó? (Gálatas 3:1); ¿o quién los fascinó para seguir un evangelio diferente? Ellos estaban escuchando a personas de la Ley Antigua.

Si has creído en Cristo y en esa fe que movió a Abraham a dejar su tierra y su parentela, e ir al lugar que Dios designó, eres hijo de Abraham en la fe. Por eso se le llama “el Padre de la Fe”. ¿Estamos dispuestos a tomar la decisión de agradar a Dios por encima de todo dejando aquellas cosas o pensamientos que nos alejan del Señor? ¿Tenemos la actitud y decisión que tenía Abraham? ¿En verdad queremos vivir para Dios de acuerdo a su Palabra? ¿Queremos obedecerle con sinceridad? Lo que obtengamos después de la decisión que tomemos es lo de menos ya Dios no defrauda a nadie y da lo mejor a los que le buscan.

Génesis 12:1-3. Dios llama a Abram. Pero Jehová había Dicho a Abram: Vete de tu parentela tierra y de tu, y de la casa de tu padre, a la tierra Que Te mostrare. Y Haré de ti Una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás Bendición. Bendeciré a Los Que te bendijeren, ya los Que Te maldijeren maldeciré; y serán Benditas en ti Todas Las Familias de la tierra.

Debemos tener en cuenta que muchas veces lo que nosotros creemos que es bueno para nuestras vidas o lo que el mundo nos ofrece no es realmente lo que nos conviene. Los planes de Dios son perfectos, buenos y agradables. Muchas personas tienen éxito en muchas áreas pero lo logran no precisamente con los mejores estándares de pensamiento y ética. Eso es algo de lo que ellos darán cuenta a Dios el que nos conoce realmente a todos. Hay personas que dañan el buen nombre y la imagen de otros por conseguir ascensos, aumentos de sueldo o negocios.

Qué bueno es tener esa disposición, firmeza y actitud de Abraham que pudo escuchar la voz de Dios, permitiendo que el Señor le mostrará todo lo tenía preparado para él y su descendencia. Tomemos en cuenta que de dónde salió Abraham, cuál era su trasfondo. Abraham creyó y obedeció a Dios (no basta solo con creer en Dios)por esto dos de sus cualidades, igual que sucedió con Noé, eran la Obediencia y la Fe; para Abram no era fácil dejar la comodidad y seguridad que su familia le daba; sin embargo creyó que era fiel El que le llamaba y obedeció al llamado renunciando a todo lo que tenía.

Hoy día, Dios hace llamados especiales a los cristianos para que le sirvan Hebreos 11:8-10; obedecer el llamado de Dios es una de las cualidades que le hacen merecer el título de "padre de la fe". Podemos responder a ese llamado divino que el Señor nos hace de manera personal disponiéndonos para obedecerle a pesar de todos obstáculos que se nos presenten en nuestra vida. Nuestra fe está siendo probada constantemente en cada situación diaria, mantengámonos firmes en la fe en Jesucristo esperando lo prometido, estar con él por siempre. Su presencia es la mejor bendición, pero sabemos que para que eso suceda debemos dar pasos de obediencia a la palabra de Dios. El diablo es real y ha querido destruirnos por todos los medios, el mundo está lleno de trampas. Hay demonios que persiguen a las almas para llevarlas a pecar con vicios, lujurias, mentiras, idolatrías, avaricias, odios, envidias, adulterios, fornicaciones, borracheras, orgías, egoísmo y vanas filosofías y doctrinas.

Hebreos 11:11-12. Porque esperaba la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios. Por la fe también la misma Sara, siendo estéril, recibió fuerza para concebir; y dio a luz aun fuera del tiempo de la edad, porque creyó que era fiel quien lo había prometido. Por lo cual también, de uno, y ése ya casi muerto, salieron como las estrellas del cielo en multitud, y como la arena innumerable que está a la orilla del mar.

Muestra su dependencia de Dios y entregándole su mas grande tesoro, su hijo. Génesis 22: 1-14. Este es uno de los pasajes más memorables y conocidos del Antiguo Testamento, por su intensidad y riqueza. Después de 25 años de angustiosa espera, Dios le concede a Abraham un hijo (ahora Dios ha cambiado su nombre, Génesis 17:5); su hijo representa para él su más grande tesoro y es seguro que toda su vida gira alrededor de su heredero, aquel sobre quien las maravillosas promesas de Dios se cumplirán. Pero Dios le pide a su hijo en sacrificio; Dios "su amigo" que le ha bendecido ricamente, ahora le pide que le entregue su más cara posesión, a su bello hijo Isaac......Y Abraham decide entregárselo en sacrificio; su frase "Dios se proveerá" (v.8) ha sido una de las más usadas en enseñanzas a lo largo de la historia cristiana; esta frase muestra la fe, la obediencia, la seguridad que Abraham tenía que Dios no pide algo sino es para bendecirnos.

Nuestro desafío así como Abraham se comportó de una manera tan fiel era porque sabía que era "amigo de Dios", también nosotros somos "amigos de Jesús" porque Él lo dijo en Juan 15:14 "Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando." Es hora de despertarnos y dejar el pasado atrás, el que nos llamó, nos redarguyó, nos perdonó, nos salvó y redimió ha sido Dios a través de su Hijo Jesucristo. En Dios tenemos un nuevo comienzo, si estamos dispuestos a seguirle, él nos dará vida nuevamente.

Abraham un desconocido para el mundo pero para Dios no. Esa puede ser la realidad de muchos de nosotros, desconocidos, perseguidos, maltratados, calumniados, menospreciados, con diversas pruebas, olvidados por los familiares o amigos por haber tomado la decisión de seguir a Cristo. A todas estas situaciones le podemos hacer frente porque nuestra fuerza proviene de Cristo. Coloquemos una vez más nuestra mirada en el autor y consumador de nuestra fe con la ayuda del Espíritu Santo, volvamos en amistad con Dios nuevamente, que sea el Señor enderezando nuestras sendas, busquemos su rostro en oración en el lugar secreto esperando que sobre nuestras vidas llegue una unción fresca, el refrigerio para nuestras almas que necesitamos en estos tiempos, que podamos ver por la fe lo que Dios puede hacer por nosotros.

Hebreos 11:13-16. Conforme a la fe murieron todos éstos sin haber recibido lo prometido, sino mirándolo de lejos, y creyéndolo, y saludándolo, y confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra. Porque los que esto dicen, claramente dan a entender que buscan una patria; pues si hubiesen estado pensando en aquella de donde salieron, ciertamente tenían tiempo de volver. Pero anhelaban una mejor, esto es, celestial; por lo cual Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos; porque les ha preparado una ciudad.

Nosotros estamos llamados a buscar las cosas celestiales, a buscar a Dios, a agradar a Dios, a escuchar la voz de Dios, a obedecerle, a entender los propósitos eternos para nuestras vidas, a prepararnos para servirle. No importa si te has equivocado en tu manera de vivir o si no los has hecho, lo que quiere Dios de nosotros en estos tiempos es que seamos participes de sus planes para a humanidad; dejemos que nos guie, que nos instruya, que nos prepare y capacite para cumplir en todas las áreas como verdaderos creyentes, fortalezcámonos en Jesucristo.

Si estás viviendo momentos de pruebas, luchas o persecución busquemos la misericordia del Señor Salmos 91:1-4. Seguridad del que confía en el Señor. El que habita al abrigo del Altísimo morará a la sombra del Omnipotente. Diré yo al Señor: Refugio mío y fortaleza mía, mi Dios, en quien confío. Porque Él te libra del lazo del cazador y de la pestilencia mortal. Con sus plumas te cubre, y bajo sus alas hallas refugio; escudo y baluarte es su fidelidad.

Que de aquí en adelante nuestro gran deber sea el de buscar a Dios y amarlo con todo nuestro ser, necesitamos vida espiritual, clámenos por ella, para que sea Dios avivándonos en medio de estos tiempos. Dejemos que el haga cosas nuevas en medio nuestro, no creamos a lo que el diablo ha intentado mostrarnos hasta este momento; lo mismo hizo con el Señor Jesucristo al mostrarle los reinos de la tierra para que lo adorara. El único digno de ser adorado y alabado es el Creador. Dejémonos caer en sus manos para poder disfrutar de la gracia y el amor de Dios.

Hebreos 11:17-19. Por la fe Abraham, cuando fue probado, ofreció a Isaac; y el que había recibido las promesas ofrecía su unigénito, habiéndosele dicho: En Isaac te será llamada descendencia; pensando que Dios es poderoso para levantar aun de entre los muertos, de donde, en sentido figurado, también le volvió a recibir.  

Porque todo, absolutamente todo en el cielo y en la tierra, visible e invisible... todo comenzó en él y para los propósitos de él. Colosenses 1:16.

A continuación veamos el comentario del libro UNA VIDA CON PROPÓSITO. Pastor Rick Warren.

No se trata de ti. El propósito de tu vida excede en mucho a tus propios logros, a tu tranquilidad o incluso a tu felicidad. Es mucho más grande que tu familia, tu carrera o aun tus sueños y anhelos más vehementes. Si deseas saber por qué te pusieron en este planeta, debes empezar con Dios. Naciste por su voluntad y para su propósito. 

La búsqueda del propósito de vivir ha intrigado a la gente por miles de años. Eso ocurre porque solemos empezar por el punto de partida errado: nosotros mismos. Nos hacemos preguntas egoístas como: ¿Qué quiero ser?, ¿Qué debo hacer con mi vida?, ¿Cuáles son mis metas, mis anhelos, mis sueños con el futuro? Enfocarnos en nosotros mismos nunca podrá revelarnos el propósito de nuestra vida. La Biblia dice: "En su mano está la vida de todo ser viviente".

Contrario a lo que te dictan muchos libros conocidos, películas y seminarios, no encontrarás el sentido de tu vida buscando en tu interior. Es muy probable que ya lo hayas intentado. No te creaste a ti mismo, por lo tanto no hay manera de que puedas decirte para qué fuiste creado. Si yo te entregara un invento que nunca has visto, no sabrías para qué sirve ni tampoco el ingenio te lo podría decir. Sólo el inventor, o el manual de instrucciones, podría revelarte el propósito de dicho invento. En una ocasión me perdí en las montañas. Me detuve a preguntar cómo llegar al campamento y la respuesta fue: «No puedes llegar hasta allí desde este lugar. ¡Tienes que empezar por el otro lado de la montaña!»

De igual manera, no puedes llegar a la conclusión de tu existir centrándote en ti mismo. Dios es tu punto de partida, tu creador. Existes tan sólo porque él desea que existas. Fuiste creado por Dios y para Dios, y hasta que lo entiendas, tu vida no tendrá ningún sentido. 

Sólo en él encontramos nuestro origen, nuestra identidad, nuestro sentido, nuestro propósito, nuestro significado y nuestro destino. Cualquier otra ruta termina en un callejón sin salida. Muchos tratan de usar a Dios para su propio beneficio, pero eso es antinatural y está condenado al fracaso. Fuiste creado para Dios, no al contrario; la vida consiste en permitir que él te use para sus propósitos y no que tú lo uses a él para los tuyos. La Biblia dice: «Obsesión con sí mismo en estos asuntos es un callejón sin salida; la atención a Dios nos guía a una vida libre y espaciosa».

He leído muchas obras que me ofrecen diferentes maneras de descubrir el propósito de mi vida. La mayoría se pueden clasificar como libros de «autoayuda», porque abordan el tema desde una perspectiva egoísta. Los libros de autoayuda, incluidos los cristianos, ofrecen por lo general los mismos pasos a seguir para que logres encontrar el propósito de la vida: Piensa en tus sueños; Define tus valores; Trázate metas; Averigua cuál es tu fuerte; Apunta a la cima, ¡alcánzala!; Sé disciplinado; Cree en ti mismo para lograr tus metas; Involucra a otros; Nunca te des por vencido.

Muchas veces estas recomendaciones llevan al éxito. Por lo general puedes lograr alcanzar una meta si pones todo tu empeño. ¡Pero tener éxito y cumplir el propósito de tu vida son dos temas muy distintos! Podrías alcanzar todas tus metas y ser un triunfador de acuerdo con los estándares del mundo, y aun así no saber la razón para la cual Dios te creó. Por eso necesitas más que un asesoramiento de autoayuda. La Biblia dice: «La autoayuda no es eficaz en todo. El sacrificio es el camino, mi camino, para encontrarte a ti mismo, a tu verdadero yo».

Este no es un libro de autoayuda. Tampoco es una guía para buscar la carrera adecuada, ni para hacer tus sueños realidad o planificar tu vida. No se trata tampoco de cómo meter a la fuerza más actividades en una agenda ya sobrecargada. En realidad, te enseñará cómo puedes hacer menos en la vida, concentrándote en lo más importante. Trata sobre el tema de llegar a ser aquello para lo que Dios te creó. ¿Cómo descubres, entonces, el propósito para el que fuiste creado? Tienes sólo dos opciones. La primera es especular. La mayoría prefiere ésta. Hacen conjeturas, adivinan, teorizan. Cuando la gente dice: «Yo siempre he pensado que la vida es...», en realidad quiere decir: «Esta es la mejor suposición que se me ocurre».

Durante miles de años, grandes filósofos han especulado y discutido acerca del sentido de la vida. La filosofía es un tema importante y tiene su utilidad, pero cuando hay que definir el sentido de la vida, aun los filósofos más sabios especulan. El Dr. Hugh Moorhead, profesor de filosofía de la Universidad Northeastern de Illinois, en una ocasión escribió a 250 de los más reconocidos filósofos, científicos, escritores e intelectuales del mundo, preguntándoles: «¿Cuál es el sentido de la vida?», para después publicar las respuestas en un libro. Algunos dieron las mejores respuestas que pudieron, otros admitieron que acababan de plantearse la razón de vivir y otros fueron más sinceros en responder que no tenían ni la menor idea. ¡En efecto, varios le pidieron al profesor Moorhead que les escribiera de vuelta y les dijera si había encontrado la razón de vivir!

Afortunadamente hay una alternativa a la especulación acerca del significado y el propósito de vivir, y es la revelación. Podemos considerar lo que Dios reveló en su Palabra con respecto a la vida. La manera más fácil de entender el propósito de un invento es preguntarle al inventor. Lo mismo ocurre cuando quieres saber la razón de tu vida: pregúntale a Dios.

Dios no nos dejó en medio de la oscuridad para andar a ciegas. Él reveló claramente en su Palabra sus cinco propósitos para nuestras vidas. La Biblia es nuestro manual de instrucciones el cual explica por qué estamos vivos, en qué consiste la vida, qué evitar y qué esperar del futuro. Enseña lo que ningún libro filosófico o de autoayuda. Afirma que: «La sabiduría de Dios... Proviene de lo profundo de su propósito... No es un mensaje novedoso, es lo que Dios determinó para nuestra gloria desde la eternidad».

Dios no es tan sólo el punto de partida en tu vida, sino la fuente de ella. Debes ir a la Palabra de Dios, no a la sabiduría del mundo para descubrir el propósito de tu vida. Necesitas fundamentar tu existencia en las verdades eternas y no en la psicología de moda, la motivación del éxito o en testimonios emotivos.

La Biblia afirma: «Es en Cristo que sabemos quiénes somos y para qué vivimos. Mucho antes que oyéramos de Cristo, él nos vio y nos diseñó para una vida gloriosa, parte de su propósito general en el que trabaja en todo y para todos». Este versículo muestra tres revelaciones para tus propósitos:

1. Encuentras tu propósito e identidad al tener una relación con Jesucristo. Si aún no tienes esta última, más adelante te explicaré cómo iniciarla.

2. Dios pensó en ti mucho antes que tú en él. Lo que designó para ti precede al momento en que fuiste concebido. Lo planificó desde antes de que existieras, ¡y sin tu participación! Puedes elegir tu carrera, tu cónyuge, tus pasatiempos y muchos otros componentes de tu vida, pero no te toca escoger tu propio designio.

3. El propósito de tu vida es parte de un designio cósmico mucho más vasto, uno que Dios planeó para la eternidad. De eso trata este libro. El novelista ruso, Andrei Bitov, creció bajo un régimen ateo comunista. No obstante, Dios captó su atención un día lúgubre. Él cuenta que: «A mis veintisiete años, mientras viajaba en el metro, en Leningrado (ahora San Petersburgo), me embargó una angustia tan grande que parecía que la vida se me detenía de súbito, el futuro se tornaba incierto y todo perdía significado. Repentinamente, como de la nada, apareció una frase que rezaba: La vida sin Dios carece de sentido. Para asombro mío empecé a repetirla y me dejé llevar por esa frase, como si fuera trasladado a través de una escalera. Al salir del metro me encontré con la luz de Dios».

Quizás has sentido confusión en cuanto a tu propósito en la vida. Felicidades, estás a punto de entrar en la luz. Bendiciones.




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