Los
acontecimientos en el aposento alto y la significación de la Sena del Señor
resultan aún más impresionantes por que ocurren en el contexto de la Pascua.
Según los Evangelios sinópticos, la última Sena de Jesús con los Doce fue la
comida pascual que siguió al sacrificio del cordero pascual. Esto resulta claro
porque los discípulos preguntaron a Jesús donde debían de hacer los
preparativos para comer “la
Pascua”.
Según Juan, sin embargo, no correspondía comer la pascua antes del viernes por la noche, un día después de lo acontecido en el aposento alto. Esto significa que Jesús ya estaba muriendo en la cruz en el preciso momento que se estaban matando los corderos pascuales.
Jesús
atribuyó fundamental importancia a su muerte. En
realidad, estaba dando instrucciones para que la celebración anual de la Pascua
fuese remplazada por su propia Sena. Esto se desprende de las palabras de
explicación que habló sobre el pan y el vino: “Esto es mi cuerpo…- esto es
mi sangre”, Tal como el jefe de una familia judaico—aramea hacía con respecto a
la comida pascual (“Esto es el pan de aflicción que nuestros padres tuvieron
que comer cuando salían de Egipto”). Esto aclara, en segundo lugar la forma en
que Jesús entendía el propósito de su muerte. Jesús escribió Jeremías, presupone
“una muerte que ha separado carne y sangre. En otras palabras, Jesús habló de
sí mismo como un sacrificio”.
Más
aún, “probablemente hablaba de sí mismo como un sacrificio”. Más aún, “probablemente hablaba de sí
mismo como el cordero pascual”, de modo que el significado de su última
parábola es: “¡Voy a la muerte como el verdadero sacrificio pascual!”
Las
implicaciones de esto son considerables. En la Pascua original en Egipto cada
uno de los corderos pascuales moría en lugar del primogénito de la familia, y
el primogénito se salvaba únicamente si se mataba un cordero en su
lugar. No solo debía morir el cordero, sino que su sangre tenía que ser
rociada en la puerta de entrada a la casa y su carne debía ser consumida en una
comida de comunión. De este modo el ritual pascual también nos
enseña una tercera lección, la de que era necesario que cada cual se apropiase
personalmente de los beneficios de la muerte vicaria de Cristo.
Éxodo
12:1-51. La
palabra “Pascua” (pasach) significa “pasar sobre; extender las alas, salvar;
protección.” Se refiere a un momento específico y a un lugar en la historia de
Israel cuando el juicio de Dios ha pasado y el Señor está listo para proteger a
los que confían en él. La Pascua judía es un bello tipo de la salvación que
Dios ha proporcionado. Era una profesión de fe en Jehová para salvar a su
pueblo del ángel que se vengaba con la muerte.
En
el día de Cristo, como en los nuestros, dos días fueron requeridos para
celebrar la Pascua. Jesús, con sus discípulos, observó la Pascua la primera
noche, y era el mismo el cordero de la Pascua la segunda noche.
El
Cordero de la Pascua debe ser un macho en su primer año de vida. “El cordero
será sin defecto, macho de un año: lo tomaréis de las ovejas o de las cabras”. Éxodo 12:5.
Jesucristo
comenzó su ministerio, temprano en su vida, alrededor de los 30 años de edad. Lucas 3:21-22. Y aconteció que cuando todo el pueblo
era bautizado, Jesús también fue bautizado: y mientras El oraba, el cielo se
abrió, y el Espíritu Santo descendió sobre El en forma corporal, como una
paloma, y vino una voz del cielo, que decía: Tú eres mi Hijo amado, en ti me he
complacido.
El
Cordero de la Pascua será sin defecto. ”El
cordero será sin defecto, macho de un año: lo tomaréis de las ovejas o de las
cabras”. Éxodo
12:5. La
palabra para “puro” “sin defecto” es utilizado en un sacrificio sin defecto y
moral de una persona que esté sin defecto, intachable, sin culpa. El cordero de
la Pascua debe ser guardado bajo inspección. “Y
lo guardaréis hasta el día catorce de este mes, y lo inmolará toda la
congregación del pueblo de Israel entre las dos tardes”. Éxodo 12:6.
El
Apóstol Pedro conoció al Cordero perfecto en vida y sobre el escribió: “Sabiendo que
fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de
vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la
sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación”. 1 Pedro 1:18-19.
Lucas 11:53-54 nos
dice: “Diciéndoles
él estas cosas, los escribas y los fariseos comenzaron a estrecharle en gran
manera, y a provocarle a que hablase de muchas cosas; acechándole, y procurando
cazar alguna palabra de su boca para acusarle.”
Diariamente
los líderes judíos escudriñaron la enseñanza de Jesús en el templo y las
sinagogas locales. “El
cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca; quien cuando le maldecían,
no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la
causa al que juzga justamente; quien llevó él mismo nuestros pecados en su
cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados,
vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados.” 1 Pedro 2:22-24. Jesús
“no cometió pecado,” ni antes ni en su sufrimiento. Él era totalmente inocente
en hecho y palabra porque no se encontró “ningún engaño en su boca.”
Era
necesario que el cordero Pascual fuese sacrificado. “Toda la asamblea de
la congregación de Israel lo sacrificaran al atardecer”. Los corderos deben ser
sacrificados entre las 3 y 5 de la tarde del día anterior a la Pascua, la que
empieza cuando los primeros rayos de luz puedan ser vistos en el cielo.
La
muerte de Jesucristo es la propiciación para nuestros pecados. El sacrificio de
Jesús elimina la ira de Dios. Es el Dios que es propiciado por su propia
disposición hecha en el sacrificio vicario, sustitutivo, expiatorio de Cristo.
El hombre es pecador. Cristo anula el poder del pecado que separa a Dios y al
hombre. Nuestra Pascua cubre no sólo nuestros pecados, sino que anula la ira de
Dios. Jesús se dio a sí mismo como paga por nuestros pecados. “Porque
el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su
vida en rescate por muchos”. Marcos
10:45. “como
el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su
vida en rescate por muchos”. Mateo.
20:28. El
pago es la sangre de Jesús. Es la sangre de Cristo que nos redime de pecado.
Los
huesos del Cordero Pascual no deben ser quebrados. “Se comerá en una casa, y no
llevarás de aquella carne fuera de ella, ni quebraréis hueso suyo”. Éxodo 12:46. De
Jesús se ha escrito: “Mas
cuando llegaron a Jesús, como le vieron ya muerto, no le quebraron las piernas.
Pero uno de los soldados le abrió el costado con una lanza, y al instante salió
sangre y agua. Y el que lo vio da testimonio, y su testimonio es verdadero; y
él sabe que dice verdad, para que vosotros también creáis. Porque estas cosas
sucedieron para que se cumpliese la Escritura: No será quebrado hueso suyo.” Juan 19:33-36.
Salmos 34:20 “El
guarda todos sus huesos; Ni uno de ellos será quebrantado”.
La
sangre del cordero pascual debe aplicarse en la manera correcta. “Y
tomarán de la sangre, y la pondrán en los dos postes y en el dintel de las
casas en que lo han de comer.” Éxodo
12:7. Tenemos
que apropiarnos de la muerte de Jesús para cubrir nuestros pecados por fe. Juan
3:36 dice: “El
que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehusa creer en el Hijo no
verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él.”
La
carne del Cordero Pascual debe ser comida en casa. “Y
aquella noche comerán la carne asada al fuego, y panes sin levadura; con
hierbas amargas lo comerán. Ninguna cosa comeréis de él cruda, ni cocida en
agua, sino asada al fuego; su cabeza con sus pies y sus entrañas. Ninguna cosa
dejaréis de él hasta la mañana; y lo que quedare hasta la mañana, lo quemaréis
en el fuego. Y lo comeréis así: ceñidos vuestros lomos, vuestro calzado en
vuestros pies, y vuestro bordón en vuestra mano; y lo comeréis apresuradamente;
es la Pascua de Jehová.” Éxodo
12:8-11.
Veamos
lo que nos habla el nuevo testamento en 1
Corintios 5:7-8. Así
que echen fuera esa vieja levadura que los corrompe, para que sean como el pan
hecho de masa nueva. Ustedes son, en realidad, como el pan sin levadura que se
come en los días de la Pascua. Porque Cristo, que es el Cordero de nuestra
Pascua, fue muerto en sacrificio por nosotros. 8 Así que debemos celebrar
nuestra Pascua con el pan sin levadura que es la sinceridad y la verdad, y no
con la vieja levadura ni con la corrupción de la maldad y la perversidad.
Dios
previo no sólo su salvación del ángel de la muerte, sino que él también
proporcionó el alimento para su recorrido. Jesús nos salva no sólo de pecado,
sino que él también proporciona el pan diario por nuestras vidas espirituales.
Debemos venir a él para nuestro alimento cada día. Qué comimos para el alimento
espiritual ayer no servirá para hoy o mañana. Es el comer diario en Cristo.
Cambiar la metáfora por la necesidad del alimento diario llega a estar
perfectamente clara. “Yo
soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste
lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.” Juan
15:5.
El
Cordero Pascual provee perfecta protección de la Ira de Dios. “Pues
yo pasaré aquella noche por la tierra de Egipto, y heriré a todo primogénito en
la tierra de Egipto, así de los hombres como de las bestias; y ejecutaré mis
juicios en todos los dioses de Egipto. Yo Jehová. Y la sangre os será por señal
en las casas donde vosotros estéis; y veré la sangre y pasaré de vosotros, y no
habrá en vosotros plaga de mortandad cuando hiera la tierra de Egipto.” Éxodo
12:12-13.
El
Apóstol Juan reconoció esta gran verdad cuando él escribió de Cristo: “Y
él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros,
sino también por los de todo el mundo.” 1
Juan 2:2. “En
esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él
nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados.” 1 Juan 4:10.
Romanos 3:25 habla
de Cristo: “a
quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para
manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los
pecados pasados,” a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su
sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su
paciencia, los pecados pasados. Romanos 3:25.
La
iniciativa es tomada por Dios mismo en honor a su inmerecido amor. Él aleja a
su propia ira por su propia sangre. La justicia de Dios ahora está satisfecha.
Se ha pagado nuestra deuda del pecado. Su gozo está satisfecho y la ira de Dios
se ha ausentado.
Juan
el Bautista vio a Jesús y declaró: “El
siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de
Dios, que quita el pecado del mundo. Y mirando a Jesús que andaba por allí,
dijo: He aquí el Cordero de Dios.” Juan
1:29,36. “La
sangre de Jesús, Su Hijo, nos limpia de todo pecado”. 1 Juan 1:7. ” En esa
voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha
una vez para siempre”. Hebreos
10:10. ”
Pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los
pecados, se ha sentado a la diestra de Dios, de ahí en adelante esperando hasta
que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies; porque con una sola
ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados.” Hebreos 10:12-14. Y
así como todos han de morir una sola vez y después vendrá el juicio. Hebreos 9:27.
La
comida de Pascual era una cena conmemorativa. Debía ser celebrada cada año como
recuerdo de lo que había hecho Jehová en sacar a Israel fuera de Egipto. Esta
es noche de vigilia para el Señor por haberlos sacado de la tierra de Egipto;
esta noche es para el Señor, para ser guardada por todos los hijos de Israel
por todas sus generaciones. Éxodo
12:42. Cada
año, cada familia se concentraría en esta comida y el significado de cada uno
de los elementos de la comida. Por lo menos una vez al año cada familia en
Israel sabría lo qué Dios hizo en la Pascua en Egipto.
Jesús
celebró la Pascua con sus discípulos. Mateo
26:26-32. Institución de la Cena del Señor. Mientras
comían, Jesús tomó pan, y habiéndolo bendecido, lo partió, y dándoselo a los
discípulos, dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo. Y tomando una copa, y
habiendo dado gracias, se la dio, diciendo: Bebed todos de ella; porque esto es
mi sangre del nuevo pacto, que es derramada por muchos para el perdón de los
pecados. Y os digo que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta
aquel día cuando lo beba nuevo con vosotros en el reino de mi Padre. Y después
de cantar un himno, salieron hacia el monte de los Olivos.
Esa
noche de la última Pascua fue hecha la cena conmemorativa del Cordero de Dios
que quitó nuestros pecados. Oficiada correctamente la ordenanza de la Cena del
Señor se hizo un recordatorio de lo que logró Jesús en nuestro favor. Es un
mensaje de la salvación de la familia de Dios. “Hagan
esto en la memoria de mí.”
Jesús
fue juzgado por sedición y blasfemia. Fueron seis los juicios a los que fue
expuesto. 3 juicios fueron religiosos (por los líderes judíos) y 3
fueron civiles (por las autoridades Romanas). Fue Presentado ante
Pilatos, y luego ante Herodes. Jesús fue azotado, abofeteado, escupido y
humillado. Se le ofrece a la multitud liberar a Jesús en cambio de
Barrabás, sin embargo los líderes no están de acuerdo, quieren ver a Jesús
muerto. Veamos ahora las últimas palabras del Señor Jesucristo que la Biblia
menciona.
Padre
Perdónales porque no saben lo que hacen. Lucas
16:34. Constituye esta palabra la postura cumbre de
la doctrina evangélica sobre el amor; y pronto fue practicada por los
cristianos, como en el caso de Esteban (Hechos 7:60). Es parte de la doctrina de Cristo sobre el amor a los
enemigos (Mateo 5:44), con la oración del Padrenuestro (Mateo 6:9-13) y con su propia conducta durante la pasión (Mateo 22:48.51).
De
cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso. Lucas 23:43. Es la respuesta de Cristo a la súplica del ladrón
arrepentido. Jesús le promete la vida eterna.
Madre
he ahí tu hijo, Hijo he ahí tu madre. Juan 19:26-27. De
todos los discípulos de Jesús, solo uno (Juan) estuvo
cerca de Jesús durante sus juicios. ¿Por qué a Juan? José
había muerto, Juan era hijo de Zebedeo y Salomé quien era hermana de María y
por lo tanto Juan era primo hermano de Jesús, lo cual también es
probable. Probablemente porque los hermanos de Jesús no creían en el (Juan 7:5); como
María creía a Jesús, ella fue echada a un lado por la falta de fe de sus hijos.
¿Dios
mío, Dios mío porque me has desamparado? Marcos
15:34. Es una oración tomada del salmo 22, que probablemente recitó completo y en arameo.
(Eli Eli lama sabachthani), lo cual explica la confusión de los presentes
que creyeron ver en esta súplica una llamada de auxilio a Elías. Esto es un acto de profunda soledad y
alejamiento de su Padre. Este es el punto más profundo de la cruz.
Probablemente este sea el texto más misterioso. ¿Cómo es posible que Dios
desampare al justo? ¿Cómo es posible que Dios se separe de su Hijo? ¿Cómo es posible
que Dios se separe de sí mismo? Señala el profundo abismo que existe entre Dios
y la humanidad. Jesús revela que en el sentido más profundo de
la palabra, todos estamos desamparados. Jesús
se identifica con nosotros. El desamparo de Jesús es el nuestro y su
muerte es la nuestra.
Tengo
Sed. Juan
19:28. Es la expresión de un ansia de Cristo en la cruz. Se
trata, en primer término, de la sed fisiológica, uno de los mayores tormentos
de los crucificados. La palabra está tomada de los salmos 19:21; 68: 22:15 y 21:16. Se interpreta en sentido alegórico: la sed espiritual de
Cristo de consumar la redención para la salvación de todos.
Consumado
es. Juan
19:30. Todo está cumplido. Se puede interpretar como la proclamación en
boca de Cristo del cumplimiento perfecto de la Sagrada Escritura en su persona.
Esta palabra pone de manifiesto que Jesús era consciente de que había cumplido
hasta el último detalle su misión redentora. Es el broche de oro que corona el
programa de su vida: cumplir la Escritura haciendo siempre la voluntad del
Padre. Salmos 40:8. Me deleito en hacer tu voluntad, Dios mío; tu ley está
dentro de mi corazón.
Es una declaración de
victoria. Cristo había cumplido su misión, había conseguido el
propósito para el que fue enviado – la salvación de su pueblo. Con su
obediencia perfecta, Jesucristo cumplió la ley en toda su totalidad. Durante su
vida Jesús guardó la ley en toda su perfección, es lo que llamamos “obediencia activa”; en su muerte de cruz, Jesús llevó el castigo que requería
la ley de todos aquellos que rompían sus ordenanzas. Jesús logró ambas
cosas a favor nuestro.
Por medio de su vida y su muerte podemos ser
justificados delante del Dios padre. Somos justos porque su justicia
es contada a nosotros por medio de la fe. Somos libres de
condenación porque la culpa por todos nuestros pecados fue puesta sobre los
lomos de Cristo y por eso podemos ser libres de condenación. Cristo hizo
una obra completa, no solamente nos quitó la culpa de nuestra cuenta, sino que
también nos aseguró la vida eterna. Jesús
fue no solamente el cordero sino también el sumo sacerdote. Gracias a la muerte
de Cristo hoy podemos nosotros allegarnos a Dios Padre por medio de Jesús y con
la ayuda del Espíritu Santo.
En la cruz de Cristo: el diablo fue destruido, la ley fue cumplida,
y nuestro pecado fue quitado. No hay acusación, el abismo de separación
entre Dios y los hombres ha desaparecido. La cruz de Cristo revela
la justicia divina. La cruz abre la puerta al cielo a todo aquel que
cree.
Padre,
en tus manos entrego mí espíritu. Lucas
23:46. Esta palabra expresa el salmo 30:6, en que el justo atormentado confía su vida al
Dios bondadoso y fiel. En Cristo toda se había cumplido, sólo quedaba morir, lo
que acepta con agrado y libremente. Abba, una palabra intima para referirse al “Padre”. Jesús dando
cumplimiento a la profecía (Salmo 22:8) puso su espíritu en manos de su padre
amado. Jesús pone su espíritu el cual salía de su cuerpo en aquella
hora, al cuidado del Dios Padre. Las
últimas palabras de Jesús nos muestran un principio que todos los que tenemos a
Dios como Padre podemos seguir. Cuando llegue el momento de partir
de este mundo, digamos tal como Jesús mismo dijo, “Padre, en tus manos entrego mi espíritu”. Esteban pudo hacerlo, quiera Dios que nosotros también
podamos en su debido momento.
Cuando Cristo dijo su última palabra, en la
Biblia se explica que el velo del templo se rasgó. Ya no más había
que ir a Jerusalén una vez al año para ofrecer un sacrificio el día de la
expiación. El sacrificio perfecto ha sido completado y tanto usted y yo tenemos
acceso a la presencia de Dios por medio de Cristo.
Si usted todavía no ha tomado el beneficio de
este sacrificio perfecto, hoy Jesús le extiende una invitación para que se
beneficie de este sacrificio. Hebreos 3:15. “si oyeres hoy su voz, no endurezcáis vuestro corazón”. Bendiciones.
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