Nuestro deseo es que cada uno de los mensajes, así como cada uno de los ministerios y recursos enlazados, pueda ayudar como una herramienta al crecimiento, edificación y fortaleza de cada creyente dentro de la iglesia de Jesucristo en las naciones y ser un práctico instrumento dentro de los planes y propósitos de Dios para la humanidad. Cada mensaje tiene el propósito de dejar una enseñanza basada en la doctrina bíblica, de dar una voz de aliento, de edificar las vidas; además de que pueda ser adaptado por quien desee para enseñanzas en células o grupos de enseñanza evangelísticos, escuela dominical, en evangelismo personal, en consejería o en reuniones y servicios de iglesias.

La Promesa del Espíritu Santo°


El Espíritu Santo es el Consolador que el Padre ha enviado para que esté con nosotros para siempre, es el Espíritu de verdad que el mundo no conocía, pero que mora con todo aquél que ama a Dios. El Espíritu Santo es quien nos lleva por el camino que el nuestro Señor Jesucristo, es quien nos conducirá hacia el destino Eterno: nuestro Padre Celestial, el Creador de todas las cosas que existen en los cielos, en el universo y en esta tierra.

Juan 14:15-31. Si me amáis, guardad mis mandamientos. Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros. No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros. Todavía un poco, y el mundo no me verá más; pero vosotros me veréis; porque yo vivo, vosotros también viviréis. 

En aquel día vosotros conoceréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí, y yo en vosotros. El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él. Le dijo Judas (no el Iscariote): Señor, ¿cómo es que te manifestarás a nosotros, y no al mundo? Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él. El que no me ama, no guarda mis palabras; y la palabra que habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió. Os he dicho estas cosas estando con vosotros. 

Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho. La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo. Habéis oído que yo os he dicho: Voy, y vengo a vosotros. Si me amarais, os habríais regocijado, porque he dicho que voy al Padre; porque el Padre mayor es que yo. Y ahora os lo he dicho antes que suceda, para que cuando suceda, creáis. 

No hablaré ya mucho con vosotros; porque viene el príncipe de este mundo, y él nada tiene en mí. Mas para que el mundo conozca que amo al Padre, y como el Padre me mandó, así hago. Levantaos, vamos de aquí.

Fue enviado en el nombre de Jesús para enseñarnos todas las cosas y recordarnos su palabra. Está escrito en la Biblia que el Señor Jesucristo se presentó vivo con muchas pruebas apareciéndoseles durante cuarenta días. El ministerio de nuestro Señor Jesucristo durante 40 días tenía un doble objetivo. Primero: dar una demostración positiva de la realidad de su resurrección. Segundo: ampliar más la enseñanza acerca del reino de Dios.

Lucas nos dice que los discípulos fueron testigos presenciales de todo lo que le sucedió a Jesucristo, su vida antes de la crucifixión y los 40 días donde les enseño más cerca del reino de Dios. Los preparo. Jesús dijo os conviene que yo me valla. (Juan 16:7). Si Jesús se hubiera quedado en la tierra hubiera estado limitado por su cuerpo físico. Pero después de su ascensión podría estar presente espiritualmente en todo lugar a través del Espíritu Santo.

La Promesa del Espíritu Santo. Vamos a ver la importancia que nuestro Salvador le da a la comunión entre nosotros sus hijos, y Dios; esa relación es real, y la llenura y presencia del Espíritu Santo en nuestras vidas también es real. El Señor Jesucristo ha enseñado de manera clara y contundente sobre el amor de Dios hacia los discípulos y también el deber de amarse los unos a los otros; nos habla a todos que el amarlo a Él constantemente debe ser con acciones demostrativas de parte nuestra, es guardando sus mandamientos con un corazón sincero que mostramos verdaderamente que amamos al Señor. Veamos el llamado de atención que nos hace Dios a través de su palabra en el siguiente texto bíblico.

Mateo 15:7-14. Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, cuando dijo: este pueblo de labios me honra; mas su corazón está lejos de mí.

Pues en vano me honran, enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres. Y llamando a sí a la multitud, les dijo: Oíd, y entended: No lo que entra en la boca contamina al hombre; mas lo que sale de la boca, esto contamina al hombre.

Entonces acercándose sus discípulos, le dijeron: ¿Sabes que los fariseos se ofendieron cuando oyeron esta palabra? Pero respondiendo él, dijo: Toda planta que no plantó mi Padre celestial, será desarraigada. Dejadlos; son ciegos guías de ciegos; y si el ciego guiare al ciego, ambos caerán en el hoyo.

El amor a Dios, y el guardar sus mandamientos son una misma cosa. Sería engañarse a uno mismo si se piensa que el amor a Dios y el guardar Sus Mandamientos no son esenciales, o que son dos asuntos muy diferentes. La verdadera relación con Dios no es por actos religiosos, el evangelio eterno de nuestro Señor Jesucristo debe ser vivido de una manera práctica y con un corazón recto; no es un evangelio religioso, o un evangelio místico o romántico.

Hay tantos que creen que el Señor Jesucristo nunca habló de ciertos pecados, y que solamente habló del amor. Los que creen así, casi siempre defienden un comportamiento inmoral delante de Dios. El Señor muchas veces habló e hizo énfasis en la obediencia, y el comportamiento de cada uno de nosotros frente a cada una de las situaciones y circunstancias que se nos presenten, es el resultado de una vida en sujeción a Dios por la Palabra y la presencia del Espíritu Santo.

El Señor Jesucristo tuvo miles y miles de personas que asistían a sus enseñanzas y lo rodeaban, pero que no llegaron a ser “discípulos”, en la forma que el discípulo Bíblico es. Eso quiere decir que hubo miles que no decidieron hacerse sus discípulos, por no querer comprometerse con una vida de obediencia en santidad, con una vida consagrada a Dios, con una vida con un corazón dispuesto a cambiar a la manera de Dios.

Romanos 12:1-2. Dios Habla Hoy (DHH). La vida nueva. Por tanto, hermanos míos, les ruego por la misericordia de Dios que se presenten ustedes mismos como ofrenda viva, santa y agradable a Dios. Éste es el verdadero culto que deben ofrecer. No vivan ya según los criterios del tiempo presente; al contrario, cambien su manera de pensar para que así cambie su manera de vivir y lleguen a conocer la voluntad de Dios, es decir, lo que es bueno, lo que le es grato, lo que es perfecto.

La Biblia nos enseña que el Señor Jesucristo, pidió al Padre a favor nuestro que enviara otro Consolador. Uno que es igual, y no diferente, el precioso y poderoso Espíritu Santo que es Dios sobre todas las cosas.

El Parakletos prometido: El Espíritu Santo. Esta palabra parakletos en el Texto griego quiere decir: Intercesor, Auxiliador, Consolador. (Parakletos, “alguien que es llamado al lado de uno -como abogado advocatus”.  Una persona llamada a abogar por uno.JESUCRISTO es también un Pakletos, que ABOGA por nosotros. El Espíritu Santo es OTRO Parakletos, enviado para nuestra Ayuda. El Mundo, o el sistema del mundo, no pueden conocer al Espíritu Santo, porque no conocen al Señor Jesucristo.

El Espíritu Santo nos es dado para auxiliarnos, y reargüir al mundo de pecado. Aquellos que nos hacen la vida imposible en el mundo, son reargüidos por el Espíritu Santo que mora en nosotros. 1 Juan 5:7.  Porque tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo; y estos tres son uno. En este Texto Sagrado se encuentra una Explicación de la Trinidad clara, y nos muestra que hay un orden en la Deidad: El Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo que procede del Padre y del Hijo, pero los Tres son Eternos y co-iguales.

El Espíritu Santo Cambia a la Persona en el Nuevo Nacimiento. Romanos 8:5-17. Dios Habla Hoy (DHH).

Los que viven según las inclinaciones de la naturaleza débil, sólo se preocupan por seguirlas; pero los que viven conforme al Espíritu, se preocupan por las cosas del Espíritu. Y preocuparse por seguir las inclinaciones de la naturaleza débil lleva a la muerte; pero preocuparse por las cosas del Espíritu lleva a la vida y a la paz. Los que se preocupan por seguir las inclinaciones de la naturaleza débil son enemigos de Dios, porque ni quieren ni pueden someterse a su ley. Por eso, los que viven según las inclinaciones de la naturaleza débil no pueden agradar a Dios.

Pero ustedes ya no viven según esas inclinaciones, sino según el Espíritu, puesto que el Espíritu de Dios vive en ustedes. El que no tiene el Espíritu de Cristo, no es de Cristo. Pero si Cristo vive en ustedes, el espíritu vive porque Dios los ha hecho justos, aun cuando el cuerpo esté destinado a la muerte por causa del pecado. Y si el Espíritu de aquel que resucitó a Jesús vive en ustedes, el mismo que resucitó a Cristo dará nueva vida a sus cuerpos mortales por medio del Espíritu de Dios que vive en ustedes.

Así pues, hermanos, tenemos una obligación, pero no es la de vivir según las inclinaciones de la naturaleza débil. Porque si viven ustedes conforme a tales inclinaciones, morirán; pero si por medio del Espíritu hacen ustedes morir esas inclinaciones, vivirán.

Todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, son hijos de Dios. Pues ustedes no han recibido un espíritu de esclavitud que los lleve otra vez a tener miedo, sino el Espíritu que los hace hijos de Dios. Por este Espíritu nos dirigimos a Dios, diciendo: «¡Abbá! ¡Padre!» Y este mismo Espíritu se une a nuestro espíritu para dar testimonio de que ya somos hijos de Dios. Y puesto que somos sus hijos, también tendremos parte en la herencia que Dios nos ha prometido, la cual compartiremos con Cristo, puesto que sufrimos con él para estar también con él en su gloria.

Para el que ha nacido de nuevo, la ayuda del Espíritu Santo produce un CAMBIO en su vida. Ahora el estilo de vida va cambiando, porque el Espíritu Santo empieza a obrar y a cambiar los pensamientos y los deseos de la carne. En primer lugar el llevar el estilo de vida del mundo, es obra de la carne, eso no es solamente la parte nuestra del cuerpo que es carne, sino que es la naturaleza pecaminosa. Eso es parte del viejo hombre, del pasado pecaminoso. Seguir practicando las cosas del pasado, es seguir en el mismo estilo de vida, sin evidencia de una cambio. Por eso podemos decir con toda seguridad, que las acciones muestran nuestra obediencia o desobediencia a las Palabras de Nuestro Señor. 

Se hacen morir los deseos de la carne por medio del Espíritu Santo. Él es quien nos ayuda a cambiar. Nadie puede hacerlo por sí solo; todos necesitamos la ayuda del Espíritu Santo. De ahí que El Espíritu Santo sea nuestro Parakletos, nuestro Ayudador, nuestro, Abogado, nuestro Auxilio. 

Una Promesa de Vida Eterna. Juan 14:19. Dentro de poco el mundo ya no me verá más, pero ustedes sí me verán. Y porque yo vivo, también ustedes vivirán. Fijémonos en las palabras de nuestro Salvador en Presente: “Porque Yo vivo, también ustedes vivirán.” “El que tiene la vida en sí mismo sabe que la muerte que va a soportar no tendrá el poder de destruir esa vida.” La Promesa de Vida Eterna para TODOS Sus discípulos. El que es la Resurrección y la Vida, tiene el control de la vida y la muerte. Y porque Él es el Dios Eterno, el Gran YO Soy, tenemos Vida Eterna. No es cualquier cosa ser un Seguidor de JESUCRISTO. El que Sigue a JESUCRISTO, tiene Vida Eterna.

El que no ama a Jesucristo, no guarda Su Palabra. Juan 14:23-24: “Le contestó Jesús: -El que me ama, obedecerá mi palabra, y mi Padre lo amará, y haremos nuestra vivienda en él. El que no me ama, no obedece mis palabras. Pero estas palabras que ustedes oyen no son mías sino del Padres que me envió.” 

Este Texto lo dice todo: El que ama a JESÚS, guarda; esto es que obedece su Palabra, el que no ama a Jesús, es el que no guarda Su Palabra. Quiere decir que no se puede llevar una vida al antojo de uno, y pensar que se está agradando a Dios, y que no importa porque siempre se es salvo. El creer así, es creer al antojo de uno mismo. No tiene que ver en realidad sobre la salvación eterna, porque uno no puede hacer las cosas al antojo de uno mismo. 

Somos salvos, porque hemos creído en JESUCRISTO, y para creer en JESUCRISTO, hay que amarle. Si le amamos, como dice JESÚS, entonces GUARDAMOS sus mandamientos. No puede ser como uno diga, sino como ha dicho el SEÑOR.

El Maestro Divino. Juan 14:26: “Pero el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, les enseñará todas las cosas y les hará recordar todo lo que les he dicho.”

El Señor Jesús ahora nos presenta al Maestro Divino. Él es quien nos guía a Toda Verdad y por eso los que seguimos a JESUCRISTO, no tenemos por qué descarriarnos, ni irnos a oír palabras de error. El Mismo Espíritu Santo nos guía por donde Él quiere que vayamos. Veamos ahora Romanos 8:26-27. Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos.  

Veamos como el Espíritu Santo conoce nuestra Debilidad, e Intercede por Nosotros, esto es usándonos a nosotros mismo para interceder. Él nos usa a nosotros para orar por nosotros mismos, y por otros. Recordemos Santiago 5:13: “¿Está afligido alguno entre ustedes? Que ore.” Cuando uno se siente débil, triste, deprimido, es tiempo de ir en oración al SEÑOR porque tenemos la ayuda del Espíritu Santo en todo tiempo.

La Paz de Cristo.  Juan 14:27: “La paz les dejo; mi paz les doy. Yo no se la doy a ustedes como la da el mundo. No se angustien ni se acobarden.” “La Paz (shalom) esté contigo” era y es el saludo usual de los Judíos, cuando se encontraban con amigos o cuando se iban.” Esta despedida era mucho más que usual. JESUCRISTO no les estaba ofreciendo la paz común de la gente, o la que el mundo ofrecía. Por eso JESUCRISTO dice: “Mi paz les doy.”

Recordemos lo que dice Filipenses 4:7: “Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.” ¿De qué paz está hablando? La Paz de saber que uno tiene vida eterna. La Paz de saber que los pecados han sido lavados en la Sangre de JESÚS. La Paz, que nos dice que Él guarda nuestras vidas.


¿Tienes esa Paz? ¿Has encontrado al Salvador? ¿Has hecho del Espíritu Santo tu amigo y tu ayuda? Porque no te das una oportunidad de recibir la ayuda divina. Si ya tienes una relación con nuestro Salvador y el Espíritu Santo sigue creciendo en ella hasta el día que Dios te llame a su presencia. Bendiciones.

¿Qué es visión en términos espirituales?°


¿Qué es la visión espiritual para el cristiano? Es observar lo que Dios está haciendo, o quiere hacer a favor de las almas, las familias y las naciones de la tierra, es entender el momento y los propósitos de Dios y unirnos a Él. Esto es lo contrario a que Dios bendiga nuestros planes, sueños o proyectos por muy nobles o muy buenos que sean. 

Visión es descubrir los sueños de Dios para nuestra vida, para nuestra familia, para nuestra comunidad o nación y trabajar para su cumplimiento. ¿Dónde comienza la obra de Dios? Del lado de Dios: el punto de partida se encuentra en el momento en que recibimos una revelación de la necesidad de la salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo.



Marcos 16:14-18. RVR1960. Finalmente se apareció a los once mismos, estando ellos sentados a la mesa, y les reprochó su incredulidad y dureza de corazón, porque no habían creído a los que le habían visto resucitado. Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado. Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán.

El comienzo de una obra verdadera de Dios con nosotros no es cuando nos consagramos a él, sino cuando vemos lo que él quiere para nuestras vidas dentro de los planes de salvación para la humanidad. La consagración debe provenir de la visión espiritual que nos ha sido revelada. Allí es donde comienza la obra de Dios. 

Nuestra obra puede comenzar en cualquier momento; la obra de Dios a través de nosotros sólo puede surgir de una visión divinamente inspirada. Amós 3:7. LBLA.  Ciertamente el Señor Dios no hace nada sin revelar su secreto a sus siervos los profetas. Nosotros debemos ver en Cristo la meta de Dios. Sin esa visión, nuestro servicio para Dios seguirá el impulso de nuestras propias ideas, pero no estará de acuerdo con el plan de Dios.

Juan 3:14-21. RVR1960. Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios. Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios.

Dios nos liberta del pecado, de la maldad y de la muerte espiritual a través de nuestro Señor Jesucristo y su obra redentora en la cruz del calvario, para darnos vida eterna y ser parte del reino de los cielos en esta tierra y por la eternidad. Es de manera voluntaria que nos rendimos ante el señorío de Dios y su voluntad. Todo lo que ha sido revelado en la Biblia y todos los acontecimientos ocurridos hasta este momento en toda la tierra tienen como un único propósito que es la salvación de las almas.

1 Pedro 1:3-12. RVR1960. Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos, para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros, que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero. 

En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo, a quien amáis sin haberle visto, en quien creyendo, aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorioso; obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salvación de vuestras almas. 

Los profetas que profetizaron de la gracia destinada a vosotros, inquirieron y diligentemente indagaron acerca de esta salvación, escudriñando qué persona y qué tiempo indicaba el Espíritu de Cristo que estaba en ellos, el cual anunciaba de antemano los sufrimientos de Cristo, y las glorias que vendrían tras ellos. A éstos se les reveló que no para sí mismos, sino para nosotros, administraban las cosas que ahora os son anunciadas por los que os han predicado el evangelio por el Espíritu Santo enviado del cielo; cosas en las cuales anhelan mirar los ángeles.

Levantémonos, salgamos de nuestro lugar, alcemos el vuelo como las águilas hacia los lugares espirituales en Cristo que Dios tiene preparados desde antes de la fundación del mundo para quienes hemos creído en él y en su Hijo Jesucristo. Estas palabras son buenas nuevas de salvación para aquellos que están atrapados o esclavizados por el pecado y el diablo. Sin embargo, algunos se resisten a la orden de marchar y prefieren el ambiente que los rodea, antes que uno nuevo y desconocido ofrecido por Dios. No es sencillo cambiar la seguridad y la comodidad de lo conocido por un futuro incierto. Pero, ¿qué sucedería si Dios diera la orden de mudarnos? ¿Seguiríamos su guía en obediencia de corazón?

El libro del Éxodo describe una serie de llamados que Dios hace y las respuestas de su pueblo. Han pasado cuatrocientos años desde que José se trasladó con su familia a Egipto. Estos descendientes de Abraham han crecido a más de dos millones de individuos. Para el nuevo Faraón de Egipto, estos hebreos eran extranjeros y su número era alarmante. Faraón decidió hacerlos esclavos para que no pudieran desequilibrar su poder. Como después se vio, este fue su mayor error, ya que Dios vino a rescatar a su pueblo. A través de una serie de sucesos extraños, un niño hebreo llamado Moisés llega a ser príncipe en el palacio de Faraón y luego un paria en una tierra desierta. Dios visitó a Moisés en las llamas misteriosas de una zarza ardiente y, después de un poco de discusión, Moisés aceptó regresar a Egipto para sacar de la esclavitud al pueblo de Dios.

En el libro del Éxodo 25:40 hay una expresa advertencia para Moisés. “Mira y hazlos conforme al modelo que te ha sido mostrado en el monte”. Nada fue dejado a su propia imaginación, o a la de los obreros o del pueblo; la voluntad de Dios debía observarse y cumplirse en cada detalle. 

La instrucción de Cristo a nosotros sus discípulos en el evangelio de Mateo 28:18. Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén., tiene el mismo sentido: Guarden todas las cosas que os he mandado. —Recordemos que somos los templos del Espíritu Santo, que tenemos la ley de Dios en nuestros corazones, que tenemos que llevar una vida de comunión con Dios, celebrar sus ordenanzas y ser luz del mundo, si, verdaderamente somos seguidores de Cristo. 

Jeremías 29:11-14. DHH1996. Yo sé los planes que tengo para ustedes, planes para su bienestar y no para su mal, a fin de darles un futuro lleno de esperanza. Yo, el Señor, lo afirmo. Entonces ustedes me invocarán, y vendrán a mí en oración y yo los escucharé. Me buscarán y me encontrarán, porque me buscarán de todo corazón. Sí, yo dejaré que ustedes me encuentren, y haré que cambie su suerte: los sacaré de todas las naciones y de todos los lugares por donde los dispersé, y los reuniré y haré que vuelvan a este lugar de donde los desterré. Yo, el Señor, lo afirmo.

La Biblia ocasionalmente usa la figura de la oveja, otras veces la del pez, también el león, el buey, el ciervo y el águila para representar al cristiano. Todos estos con un denominador común, sus características parecidas al cristiano. Estudiemos algunas características del águila para aprender cómo desarrollar al igual que el águila, el potencial y la visión que nos ha sido dado de parte de Dios. Tomemos también como referencia la vida Moisés, quien fue caudillo de la nación de Israel, mediador del pacto de la Ley, profeta, juez, comandante, historiador y escritor. Para lograr todo esto este hombre pasó por muchas situaciones y circunstancias hasta que su carácter fue moldeado para ser un instrumento de los planes y propósitos divinos de salvación para Israel y de la humanidad en las manos de Dios.

Uno de los mayores ejemplos de la revelación divina y de la visión espiritual para una persona y un pueblo la encontramos en la vida de Moisés e Israel. Es bueno recordar que cada uno de nosotros tiene un propósito dentro de los planes divinos de salvación para la humanidad y que Dios espera que nos esforcemos por hallarlo y dar fruto en abundancia. Es por eso que también nos ha dado talentos, dones espirituales y dones ministeriales, pero necesitamos de la sabiduría divina y la inteligencia espiritual para ser efectivos.

El águila es símbolo de fuerza poder y majestad, así debe ser la vida cristiana. Los hijos de Dios estamos llamados a vivir como las águilas. Dios nos capacita con su Espíritu Santo para vivir con sabiduría y poder. Es en nuestra dependencia a Dios y su buena y perfecta voluntad revelada en la Palabra de Dios por su Espíritu Santo con la que logramos alcanzar las alturas espirituales para las que hemos sido creados.

¿No has sabido, no has oído que el Dios eterno es Jehová, el cual creó los confines de la tierra? No desfallece, ni se fatiga con cansancio, y su entendimiento no hay quien lo alcance. El da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas. Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen; pero los que esperan en Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán. Isaías 40:28-31. RVR1960.

En estos momentos de nuestras vidas y en estos tiempos finales de cumplimiento profético para la humanidad es necesario anhelar y pedir a Dios que nos de la visión espiritual que él tiene para cada uno de nosotros y así poder entender su voluntad para nuestras vidas y nuestras familias.

Salmo 40:1-13. BAD (La Biblia al día). Puse en el Señor toda mi esperanza; él se inclinó hacia mí y escuchó mi clamor. Me sacó de la fosa de la muerte, del lodo y del pantano; puso mis pies sobre una roca, y me plantó en terreno firme. Puso en mis labios un cántico nuevo, un himno de alabanza a nuestro Dios. Al ver esto, muchos tuvieron miedo y pusieron su confianza en el Señor. Dichoso el que pone su confianza en el Señor y no recurre a los idólatras ni a los que adoran dioses falsos. Muchas son, Señor mi Dios, las maravillas que tú has hecho. No es posible enumerar tus bondades en favor nuestro. Si quisiera anunciarlas y proclamarlas, serían más de lo que puedo contar. A ti no te complacen sacrificios ni ofrendas, pero me has hecho obediente; tú no has pedido holocaustos ni sacrificios por el pecado.

Por eso dije: «Aquí me tienes—como el libro dice de mí—. Me agrada, Dios mío, hacer tu voluntad; tu ley la llevo dentro de mí.» En medio de la gran asamblea he dado a conocer tu justicia. Tú bien sabes, Señor, que no he sellado mis labios. No escondo tu justicia en mi corazón, sino que proclamo tu fidelidad y tu salvación. No oculto en la gran asamblea tu gran amor y tu verdad. No me niegues, Señor, tu misericordia; que siempre me protejan tu amor y tu verdad. Muchos males me han rodeado; tantos son que no puedo contarlos. Me han alcanzado mis iniquidades, y ya ni puedo ver. Son más que los cabellos de mi cabeza, y mi corazón desfallece. Por favor, Señor, ¡ven a librarme! ¡Ven pronto, Señor, en mi auxilio!

Necesitamos buscar la presencia del Señor y el lugar secreto del que nos habla nuestro Señor Jesucristo; necesitamos su guía, necesitamos más que nunca ser pastoreados por su Espíritu Santo, necesitamos ser fortalecidos a través de su Hijo Jesucristo, necesitamos la vida que nos imparte su Palabra eterna, necesitamos la presencia de Dios en todo nuestro ser y en todos nuestros caminos.

Mateo 6:5-15. RVR1960.  Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público. 

Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos. No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis. Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén. Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.

Veamos algunos aspectos de la vida del águila para tener como referencia en lo que Dios quiere de nosotros y para nosotros. Las águilas comen alimento fresco, no cosas muertas: como cristianos debemos alimentarnos de la comida fresca de la Palabra de Dios. A veces estamos intoxicados espiritualmente porque comemos comida muerta de la religión y tradición, o mensajes cargados de humanismo que mueven solamente nuestras emociones que también están enfocados en la prosperidad material y el liderazgo de estrategias humanas.

Las águilas construyen relaciones fuertes para toda su vida: un águila tiene un solo compañero para toda su vida, hace un solo nido y vive en él. Dios no quiere que vayamos de aquí para allá como unos nómadas de iglesia en iglesia, a menos que sea imposible que nos quedemos por diversas circunstancias. Dios quiere que formemos relaciones significativas dentro de la familia de la fe y que nos comprometamos con él a servir en la iglesia local, en el lugar que él tiene preparado para cada uno de nosotros y nuestras familias.

Las águilas Son una fuente de inspiración. Debemos ser personas de influencia por nuestra conducta cristiana, si los otros hacen lo malo, tú debes mostrar un estilo de vida que refleje los valores del reino de Dios. Las águilas tienen una gran visión. Nosotros podemos ver oportunidad, potencial y grandes cosas en el futuro, o sólo ver potencial limitado. Dios desea que tengamos gran visión, que veamos la vida desde su perspectiva y voluntad.

Hebreos 12:1-7. DHH2002. Por eso, nosotros, teniendo a nuestro alrededor tantas personas que han demostrado su fe, dejemos a un lado todo lo que nos estorba y el pecado que nos enreda, y corramos con fortaleza la carrera que tenemos por delante. Fijemos nuestra mirada en Jesús, pues de él procede nuestra fe y él es quien la perfecciona. Jesús sufrió en la cruz, despreciando la vergüenza de semejante muerte, porque sabía que después del sufrimiento tendría gozo y alegría; y está sentado a la derecha del trono de Dios. Por lo tanto, meditad en el ejemplo de Jesús, que sufrió tanta contradicción por parte de los pecadores; por eso, no os canséis ni os desaniméis. Pues aún no habéis tenido que llegar hasta la muerte en vuestra lucha contra el pecado, y habéis olvidado ya lo que Dios os aconseja como a hijos suyos. Dice en la Escritura: “No desprecies, hijo mío, la corrección del Señor ni te desanimes cuando te reprenda. Porque el Señor corrige a quien él ama y castiga a aquel a quien recibe como hijo.” Soportad la corrección, y así Dios os tratará como a hijos. ¿Acaso hay algún hijo a quien su padre no corrija?

Las águilas enfrentan tormentas sin miedo, es uno de los pocos animales que no temen a la tormenta, vuela sin temor porque conserva su visión y se remonta sobre la tormenta. Si conservamos una perspectiva correcta en la tormenta, lo que significa no concentrarnos en la prueba sino en Jesucristo, y pedimos la ayuda del Señor, las presiones y desafíos de la vida serán oportunidades de crecimiento y madurez. Traerán más gloria a Jesucristo, y más bendiciones para nosotros, si las vemos en forma adecuada. 2 Corintios 4:16-18. RVR1960. Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día. Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria; no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.

Encaremos las tormentas de la vida con visión no con emoción, ante ella tenemos tres opciones: escondernos de ella, dejarnos destruir por ella o levantarnos por encima de ella y cuando hacemos esto último, alzamos vuelo cada vez más alto. Si somos sabios como el águila, No jugaremos con el diablo. Huyamos de las situaciones que nos pueden colocar en peligro espiritual así como nos dio ejemplo José, no nos expongamos deliberadamente en lugares o situaciones donde podemos ser tentados. Santiago 4:7. RVR1960. Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros. 2 Timoteo 2:22. RVR1960.  Huye también de las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón limpio invocan al Señor. 1 Tesalonicenses 5.21-22. RVR1960.Examinadlo todo; retened lo bueno. Absteneos de toda especie de mal.

Las águilas constantemente se renuevan, limpian sus plumas y sacan todo lo que está deteriorado y dañado; Dios desea que constantemente nos renovemos espiritualmente. ¿Pero cómo ser renovados constantemente para poder ver los planes que Dios tiene para cada una de nuestras vidas?

Mantengamos una diaria relación con el Señor, comprometámonos a permanecer en el Señor renovando nuestra mente constantemente.Romanos 12:1-2. DHH2002. Por tanto, hermanos míos, os ruego por la misericordia de Dios que os presentéis a vosotros mismos como ofrenda viva, consagrada y agradable a Dios. Este es el verdadero culto que debéis ofrecer. No viváis conforme a los criterios del tiempo presente; por el contrario, cambiad vuestra manera de pensar, para que así cambie vuestra manera de vivir y lleguéis a conocer la voluntad de Dios, es decir, lo que es bueno, lo que le es grato, lo que es perfecto.

Dejemos todas aquellas actitudes y comportamientos que al Señor no le agradan y que Él nos muestra a través de la revelación de su Palabra por su Espíritu Santo muestra que nos pueden hacer daño y hacerle daño a otras personas. Salmo 103:1-5. RVR1960. Bendice, alma mía, a Jehová,  y bendiga mi ser su santo nombre. Bendice, alma mía, a Jehová, y no olvides ninguno de sus beneficios. Él es quien perdona todas tus iniquidades, el que sana todas tus dolencias; el que rescata del hoyo tu vida, el que sacia de bien tu boca de modo que te rejuvenezcas como el águila.

El águila, tiene ocho veces más células visuales por centímetro cúbico que el ojo humano. Eso se traduce en aptitudes asombrosas. Por ejemplo volando a una altura de 183 metros, un águila puede ver un objeto del tamaño de una moneda de diez centavos moverse entre la hierba de quince centímetros de alto; el águila puede ver saltar en un lago a un pez de siete centímetros y medio a ocho kilómetros de distancia.

Las personas que son como las águilas pueden ver lo que la mayoría se pierden. Los creyentes águilas no miran los problemas, ven las soluciones. No temen arriesgarse en actualizar su visión. La mayoría de visionarios fracasan muchas veces enfrentan mucha oposición y mucha resistencia, son malinterpretados, los critican con mucha frecuencia; pero no ceden y proceden conforme a su visión. Su visión es mayor que los obstáculos, que los fracasos y en vez de rendirse creen siempre en darse una nueva oportunidad.

Cuando no podamos conquistar la montaña, es cuando debemos rodearla y si no podemos rodearla, hagamos un túnel y atravesémosla.

Los creyentes en Jesucristo y en su evangelio debemos enfocar nuestra visión para ver aquello que es necesario y eterno y no desviarnos de la Palabra de Dios, de la oración, del ayuno, de la comunión con los hermanos, de la consagración, de la voluntad de Dios. Nuestro deber es enfocarnos en agradar al Padre Celestial, al Señor Jesucristo y al Señor el Espíritu Santo en todos nuestros caminos. 

1 Corintios 2:14. RVR1960. Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente. El creyente con la visión espiritual revelada por el Padre Celestial a través de su Palabra eterna  por el Espíritu Santo, ve y entiende que hay almas que necesitan a Cristo. Y su vida sirve de puente para alcanzarlas para el reino de los cielos. El creyente sube primero a las alturas, para desde allí tener una visión celestial de lo que quiere alcanzar. Cuanto más se asciende en la vida espiritual, mayor será la visión de Dios en nuestra vida y ministerio.

Dios dirigió a Moisés y a la nación de Israel, y quiere guiarnos a nosotros también. ¿Acaso lo está preparando a usted y a mí, como a Moisés, para una tarea específica? Él estará con nosotros; obedezcámoslo y sigámoslo. ¿Está librándolo de algún enemigo o de alguna tentación? Confíe en Él y haga lo que dice. ¿Ha escuchado sus claras instrucciones de parte de Dios para su vida? Lea, estudie y obedezca la Palabra de Dios. ¿Está llamándolo a una verdadera adoración? Descubra la presencia de Dios en su vida, en su hogar y en la iglesia. Bendiciones.

No desmayes°


Todos hemos sido llamados para servir y trabajar para la obra del Señor. Levántate y se valiente porque Dios es todo suficiente para nuestras vidas, pero debemos enfocarnos en conocerlo, en obedecerle conforme a lo que nos ha sido revelado en la Biblia, debemos buscar su presencia y su dirección en todo momento, debemos tener la actitud de agradarle por encima de todas las cosas. Que el tiempo que nos permita el Señor estar en esta tierra alcancemos los planes divinos para nuestras vidas. Necesitamos que nos sea dado el entendimiento espiritual y la revelación divina para seguir adelante en medio de estos tiempos. Veamos lo que nos enseña el Señor a través de la vida y el llamamiento de Josué.


Nadie puede negar que la vida cristiana tiene momentos en los cuales pareciera que todo se nos viene abajo. En momento determinado todos hemos experimentado como las circunstancias de la vida opacan muchas veces el gozo que Dios quiere que permanezca en nuestra vida. Muchos que un día declararon fidelidad a Dios han ido cayendo en esta batalla, muchos de nuestros amigos mas queridos los cuales un día estuvieron junto a nosotros alabando a nuestro Creador ya no esta mas, ¿Por qué? Porque desmayaron en esta carrera.

Por el contrario aquellos que tratamos la manera de seguir adelante soñamos con un día estar frente a Jesús cara a cara, es por eso que no desmayamos pese a nuestro errores y nuestros defectos, sino que tratamos cada día de mejorar para ser un olor fragante delante de Dios.

Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas. Josué 1:9.

2 Corintios 4:11-18. Porque nosotros que vivimos, siempre estamos entregados a muerte por causa de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal. De manera que la muerte actúa en nosotros, y en vosotros la vida. Pero teniendo el mismo espíritu de fe, conforme a lo que está escrito: creí, por lo cual hablé, nosotros también creemos, por lo cual también hablamos,  sabiendo que el que resucitó al Señor Jesús, a nosotros también nos resucitará con Jesús, y nos presentará juntamente con vosotros.

Porque todas estas cosas padecemos por amor a vosotros, para que abundando la gracia por medio de muchos, la acción de gracias sobreabunde para gloria de Dios. Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día. Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria; no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.

Al comenzar el libro de Josué, los israelitas se encuentran acampados a la orilla oriental del Jordán, a la misma entrada de la tierra prometida y ya habían completado el período de duelo por Moisés, que acababa de morir. Treinta y nueve años antes, los israelitas tuvieron una oportunidad de entrar a la tierra prometida, pero no confiaron en que Dios les daría la victoria. Por lo tanto, Dios no les permitió entrar a la tierra, sino que los hizo vagar por el desierto hasta que muriera aquella generación desobediente.

Durante su peregrinación en el desierto, los israelitas obedecieron las leyes de Dios. Además enseñaron a la nueva generación a obedecer las leyes de Dios, a fin de que pudieran entrar en la tierra prometida (Canaán). A medida que los hijos crecían, con frecuencia les recordaban que la fe y la obediencia a Dios traían victoria, mientras que la incredulidad y la desobediencia producían tragedia.

El Señor ya había elegido a Josué como sucesor de Moisés. Ahora le ordena que se ponga al frente del pueblo y lo introduzca en la Tierra prometida, llevando así a buen término la obra que había comenzado con el éxodo de Egipto. Josué va a hacer que la ley de Dios sea su gobierno. Se le manda meditar en ella día y noche para que pueda comprenderla. Cualesquiera sean los asuntos del mundo que tengamos en mente, no debemos desechar la única cosa necesaria, que es obedecer a Dios y sus mandamientos.

Todas las órdenes de Josué al pueblo, y sus juicios, deben estar conforme a la ley de Dios. Él mismo debe someterse a los mandamientos; la dignidad o el dominio de ningún hombre lo colocan por encima de la ley de Dios.

Cuando tenemos claro el plan y el propósito de Dios para nuestras vidas es entonces cuando debemos obedecer y rendirnos en plena confianza y fe en que el Señor está con nosotros. Ahora entendamos lo que le dijo a Josué: Yo te he mandado, llamado y comisionado para hacerlo y ten la seguridad que te sostendré en, y sacaré de, eso. Cuando estamos en la senda del deber, tenemos razón para ser fuertes y muy osados. Nuestro Señor Jesús, como aquí Josué, fue sostenido en sus sufrimientos por considerar la voluntad de Dios y el mandamiento de su Padre. El Señor…estará contigo. La presencia perdurable del Señor es la base que levanta el ánimo de Josué. Dios peleará las batallas de Israel por ellos.

Muchas veces a lo largo de nuestras vidas, cuando estamos más cerca de la bendición que Dios tiene para nosotros, somos víctimas del desánimo y olvidamos que Dios prometió no desampararnos nunca. A propósito, las únicas personas que se desaniman son aquellas que luchan por algo grande. Dios ha prometido estar contigo todos los días de tu vida.

Esforzarse significa continuar hacia delante, es un paso más, la milla extra que debemos caminar antes de la victoria final. Filipenses 3:13-14. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado, pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.

Ser valiente no significa  ausencia de temor, todos los hombres hemos sentido miedo en algún momento. El valor es la capacidad para continuar a pesar de los temores. La mejor manera de ser valiente es enfrentar lo que tememos. Es mejor hacer las cosas con miedo que no hacerlas porque tememos. Dios no nos ha dado el espíritu de cobardía, sino de poder, amor, y dominio propio.

Salmos 46:2. Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones, por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida, y se traspasen los montes al corazón del mar; aunque bramen y se turben sus aguas, y tiemblen los montes a causa de su braveza.

No desmayes. Desmayar significa perder las fuerzas. Es muy fácil desmayar cuando hacemos las cosas con nuestro brazo de carne. La mejor manera de evitar desmayar es hacer las cosas a la manera de Dios y en el tiempo de Dios.

Isaías 40:29-31. El da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas. Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen; pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas: levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán y no se fatigarán.

Esfuérzate, se valiente y no desmayes. No le permitas al desánimo cortar los grandes planes que Dios tiene con tu vida. El Señor ha prometido estar contigo para librarte. Los grandes propósitos conllevan a grandes batallas, las grandes batallas terminan en grandes victorias, y las grandes victorias cimientan  nuestra fe a mayor profundidad. Cuando el desánimo toca a tu puerta simplemente no respondas, no le abras, y no le des entrada. Déjalo afuera de tu corazón. ¿Cuántos quieren rendirse, porque la carrera es muy dura? ¿Cuántos de ustedes creen que es mejor rendirse antes de comenzar y terminar? ¿Cuántos buscan un pretexto, una excusa, porque no tienen fe?

1 Crónicas 28:20. Anímate y esfuérzate, y manos a la obra; no temas, ni desmayes, porque Jehová Dios, mi Dios, estará contigo; él no te dejará ni te desamparará, hasta que acabes toda la obra para el servicio de la casa de Jehová.

Tomemos como referencia de perseverancia a Tomás Alba Edisonquien fue un notable investigador americano. Los que le conocieron lo definen como alguien inquieto e infatigable en todos sus inventos. Se le atribuye hasta mil objetos inventados. Como su principal virtud fue la capacidad para aplicar los conocimientos técnicos al mundo del consumo, esto hizo que todos sus inventos fueran altamente reconocidos y de gran provecho para todo el mundo. Sin duda que uno sus mejores logros fue la creación del bombillo eléctrico.

Muchos de nosotros lo único que hacemos al llegar a la casa es levantar el switch y aparece la luz. ¿Pero sabía usted que ese objeto al cual hoy llamamos bombillo, en todos sus estilos y colores, no salió fácilmente? Tomás Alba Edison hizo más de mil intentos hasta que logró el diseño que pensaba. Este hombre tuvo muchos fracasos antes de sacar la versión final. En no pocas ocasiones habría desmayado en su intento. Sin embargo, su constancia, después de muchos fracasos, hizo posible que hoy no sigamos alumbrándonos con lámparas de gasolina o kerosén.

La iluminación eléctrica transformó radicalmente la imagen de las ciudades modernas y hasta los lugares más remotos. Si él hubiera desmayado en sus inventos, no me imagino cómo sería nuestro mundo sin la hermosa luz fluorescente que disfrutamos.

La vida cristiana está llena de dificultades. No se nos ha dicho lo contrario. Pero el creyente sabe que aun cuando sus fuerzas se agotan, cuenta con la fortaleza divina para sobreponerse a lo que sea más adverso en su vida.

Conozcamos cuál es el secreto y los recursos del cielo para no desmayar.

Tesoro en vasos de barro. ¿Cuál es ese el tesoro y cuáles son los vasos de barro? El tesoro que poseemos en es el glorioso mensaje del nuevo pacto. Leemos: “El conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo”. No hay un tesoro en ninguna otra parte como este. Se trata de la misma presencia de Dios. La gloria antigua, ahora es la gloria que habita en nuestros corazones. Hablamos de la única y maravillosa presencia del Señor en nuestros corazones. Los “vasos de barro” somos nosotros. Esto nos revela que nuestra naturaleza está hecha del polvo de la tierra. Pero sobre todo, nos recuerda nuestra fragilidad y debilidad. Para muchos es inexplicable que la Gloria del Cielo esté envuelta en este cuerpo con sus limitaciones y miseria.

Sin embargo, lo que sabemos es que este es un cuerpo débil. ¿No es extraordinario pensar que Dios tomara nuestro cuerpo para que a través de él fluyera su extraordinario poder? Pablo lo supo, cuando dijo: Porque cuando soy débil, soy fuerte. 2 Corintios 12:10.

Pablo fue un hombre que sufrió en extremo por causa del evangelio.  Pero jamás desmayó. En todas partes le vemos de pie. Esta debe ser la consigna del creyente. Atribulados más no angustiados. Debemos estar preparados porque en cualquier momento seremos visitados por alguna tribulación. Le aseguro que si usted no tiene problemas ahora los va a tener después. Y cuando estamos atribulados quiero decirle que hay un enemigo, llamado “angustia”, que le puede asaltar de repente. Pablo admite haber sido atribulado en todo, pero no había llegado al extremo de angustiarse.

El paso de la tribulación a la angustia es una derrota cristiana. El propósito de la angustia es hacernos creer que no hay solución. Pero en lugar de la angustia debo dejar que la paz sea lo que gobierne mi corazón. Filipenses 4:6-7. Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.

No desmayemos, el cristiano nació para estar de pie. En apuros, más no desesperados. “Apuros” es la palabra que tiene que ver con una situación sin salida, hasta llegar a la desesperación. Y la desesperación es otra mala consejera. No ha sido el primero quien, frente a una encrucijada, ha tomado la fatídica decisión de acabar con su vida. El ejército del faraón había cercado al indefenso Israel frente al mar rojo.  Pero quedó demostrado que cuando todo camino se cierra, Dios puede abrirlo, aun en medio del mar.

No desmayemos. No dejemos que la desesperación nos traicione y se convierta en pecado. El desespero revela quien gobierna la vida.Perseguidos, más no desamparados. ¿Cómo se da la persecución hoy? Siempre habrá alguien que esté hablando mal de usted. Jesús nunca ofendió a nadie, sin embargo, el mundo lo persiguió y lo odio. A los cristianos también nos odian. Los demonios te conocen y te van a perseguir; te van a calumniar. Te dirán religioso, fanático. El mundo no acepta que otros no sean igual que a ellos. Sin embargo, la promesa es que no estamos desamparados. Dios peleará por nosotros. El avergonzará a los que nos persigan. Lo que nos hacen a nosotros se lo hacen a Dios. No desmaye. Siga adelante. 

Derribados, más no destruidos. Todos nosotros, en alguna época de nuestras vidas, hemos sido derribados. Pero la promesa es que Dios no dejara caído al justo. Proverbios 24:16. Porque siete veces cae el justo, y vuelve a levantarse; mas los impíos caerán en el mal. A Jeremías se le dijo que fuera a la casa del alfarero. Allí el vio cómo la vasija que estaba haciendo se le cayó, pero con toda su paciencia la volvió a hacer de nuevo. Cuando a Dios se le cae una vida, él la levanta. Una caída no es para destruirte.El creyente siempre estará de pie. No nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder y dominio propio.

Nada es más eficaz que una fe fuerte contra el desaliento. Pero esta no es una fe cualquiera. Pablo nos habla de una fe que cree y que habla. La fe que cree es aquella que se fundamenta en los hechos portentosos de la palabra. Esa es la fe que nos recuerda que el universo fue hecho por la palabra Hebreos 11:3. Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía. Es la misma fe que nos hace creer que el poder con el que Dios resucitó a Cristo de los muertos, es el que nos resucitará también a nosotros.

Por lo tanto, si he creído en estos dos hechos poderosos, mi fe me levantará frente a eso que en algún momento me desanima y me quiere llevar hasta desmayar en lo que hasta ahora he creído. Además, esta es una fe que habla. La fe no es muda, debe darse a conocer. Hermanos, cuando estamos a punto de desmayar, dejemos que nuestra fe cuente lo que Dios ha hecho en la vida. Contemos a otros que nuestro Dios ha sido fiel a pesar de nuestra infidelidad. Contemos a otros que las misericordias de Dios han sido nuevas cada mañana. Contemos a otros que Dios no nos ha dejado, y que en los momentos más difíciles, es cuando más hemos visto su presencia. Tengamos el mismo “espíritu de fe”. Pidámosle al Señor que nos aumente la fe, porque por fe andamos.

Para Pablo la tribulación no era interminable, sino “leve” y “momentánea”. Esta manera de ver la vida cristiana, no solo levanta nuestro ánimo, sino que nos revela por qué la esperanza forma parte de las tres “joyas imperecederas” del cristiano; las otras dos son la fe y el amor. Y es que la promesa de este texto se constituye en una razón poderosa para que no desmayemos en nuestro diario andar.

El decaimiento de ese hombre, a quien Pablo llama “exterior”, es realmente breve. Pero la eternidad que nos espera, en comparación con lo leve y momentáneo de esta vida, jamás será comparada. Hay un canto basado en la Biblia que dice: “Si sufrimos aquí, reinaremos allá”. ¿Y qué es lo que producen finalmente las tribulaciones? “Un cada vez más excelente y eterno peso de gloria”. Esta frase pareciera estar escrita en líneas de oro. La palabra “excelente” es la calificación máxima que se otorga a algo bien hecho o a alguien que lo ha hecho. Por otro lado, “un peso de gloria” es todo lo contrario al peso que nos lleva a la derrota y al fracaso. El propósito de cada tribulación es ir mostrándonos cuan excelsa y sublime es la gloria venidera. Este es un gran secreto para no desmayar.  

Este es un texto revelador. ¿Cómo voy a dejar de ver lo que se ve y cómo ver lo invisible? “No mirando nosotros las cosas que se ven…”. ¿A qué se refiere esto? Bueno lo primero que vamos a decir es que la fe tiene lentes especiales que nos capacitan para ver más allá de lo que es la visión humana. La visión de un creyente no puede ser la misma que la de un hombre natural. Pablo ha pedido que a sus hermanos le sean alumbrados los ojos de su entendimiento

Efesios 2:18. Porque por medio de él los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre. La explicación para que tengamos una visión sobrenatural es porque “las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas”. Las cosas materiales que se ven no deben ser el objeto de nuestra contemplación. Pronto pasan y se acaban. Nuestra prioridad debe ser la búsqueda de las cosas que no se ven, las eternas. ¡Cuidado con ganar al mundo y perder el alma! Acostumbrémonos a ver lo invisible. Ese es el mundo que nos espera. Bendiciones.