Nuestro deseo es que cada uno de los mensajes, así como cada uno de los ministerios y recursos enlazados, pueda ayudar como una herramienta al crecimiento, edificación y fortaleza de cada creyente dentro de la iglesia de Jesucristo en las naciones y ser un práctico instrumento dentro de los planes y propósitos de Dios para la humanidad. Cada mensaje tiene el propósito de dejar una enseñanza basada en la doctrina bíblica, de dar una voz de aliento, de edificar las vidas; además de que pueda ser adaptado por quien desee para enseñanzas en células o grupos de enseñanza evangelísticos, escuela dominical, en evangelismo personal, en consejería o en reuniones y servicios de iglesias.

Fortaleciéndonos en Dios°



1 Samuel 30:6. Y David se angustió mucho, porque el pueblo hablaba de apedrearlo, pues todo el pueblo estaba en amargura de alma, cada uno por sus hijos y por sus hijas; mas David se fortaleció en Jehová su Dios.

Que sea el mismo Señor fortaleciéndote en medio de tus circunstancias cualquiera que sea tu situación hermana y hermano, que sea la Palabra de Dios y el Espíritu Santo levantándote. Que la Palabras de Dios fluya, corra y sea glorificada en tu vida, que de tu interior salte para vida eterna; salvación, redención, sanidad, santificación, restauración, amor, misericordia de parte del Señor para ti y los seres que amas y que están a tu alrededor.

Veamos lo que sucedió en la vida del Rey David: El llega a Siclag, Neguev y Siclag habían sido invadidos por los Amalecitas, habían asolado estas ciudades, les habían prendido fuego, se habían llevado cautivas a todas las mujeres. (1 Samuel 30 1:3), para empeorar las cosas sus dos mujeres también eran cautivas y toda el pueblo lloraba hasta que le faltaban las fuerzas, todo el pueblo estaba en tristeza y preocupado (1 Samuel 30:4-5) y para terminar de preocupar a David y quebrar su corazón el Pueblo lo quiere apedrear. (1 Samuel 30:6) Entonces David en su humanidad se angustia mucho, todo el pueblo está en amargura del alma y quiere apedrearlo "...Y David se angustió mucho, porque el pueblo hablaba de apedrearlo, pues todo el pueblo estaba en amargura de alma, cada uno por sus hijos y por sus hijas; mas David se fortaleció en Jehová su Dios..."

¿Tienes una situación como esta en estos momentos? Quizás te encuentres ahora mismo en algo parecido en tu vida, donde las circunstancias y situaciones están en contra tuya o te encuentras en una cautividad espiritual o mental y nadie, puede o no quiere hacer nada.

Pero debemos tener presente que el Dios Todopoderoso es Padre  de misericordias y que son nuevas cada mañana, que es Él, el que da nuevas soluciones y puertas abiertas que nadie puede cerrar. Así que a FORTALECERNOS EN DIOS NUESTRO DIOS Y EN SU PALABRA ETERNA POR MEDIO DEL SEÑOR EL ESPÍRITU SANTO.

1 Samuel 30:1-8. Cuando David y sus hombres vinieron a Siclag al tercer día, los de Amalec habían invadido el Neguev y a Siclag, y habían asolado a Siclag y le habían prendido fuego. Y se habían llevado cautivas a las mujeres y a todos los que estaban allí, desde el menor hasta el mayor; pero a nadie habían dado muerte, sino se los habían llevado al seguir su camino. Vino, pues, David con los suyos a la ciudad, y he aquí que estaba quemada, y sus mujeres y sus hijos e hijas habían sido llevados cautivos. Entonces David y la gente que con él estaba alzaron su voz y lloraron, hasta que les faltaron las fuerzas para llorar. Las dos mujeres de David, Ahinoam jezreelita y Abigail la que fue mujer de Nabal el de Carmel, también eran cautivas. Y David se angustió mucho, porque el pueblo hablaba de apedrearlo, pues todo el pueblo estaba en amargura de alma, cada uno por sus hijos y por sus hijas; mas David se fortaleció en Jehová su Dios. Y dijo David al sacerdote Abiatar hijo de Ahimelec: Yo te ruego que me acerques el efod. Y Abiatar acercó el efod a David. Y David consultó a Jehová, diciendo: ¿Perseguiré a estos merodeadores? ¿Los podré alcanzar? Y él le dijo: Síguelos, porque ciertamente los alcanzarás, y de cierto librarás a los cautivos”.

Nosotros haremos guerra a la manera de Dios, derramaremos nuestro corazón  y nuestra alma delante del Señor en el lugar secreto, nosotros lloraremos delante de nuestro Dios, consultaremos a nuestros Dios y el responderá. Y podremos vivir algo como esto: "...1 Samuel 30:8. Y David consultó a Jehová, diciendo: ¿Perseguiré a estos merodeadores? ¿Los podré alcanzar? Y él le dijo: Síguelos, porque ciertamente los alcanzarás, y de cierto librarás a los cautivos...."

En medio de las peores situaciones, aunque nadie tenga esperanza, aunque todos estén tristes, aunque te quieran "apedrear" queriendo hacerte responsable de una mala situación, aunque todo sea destrucción y dolor FORTALÉCETE EN DIOS él te hablará como lo hizo con David y te llevara a libertad a los cautivos y vencer en la batalla, así como Dios fue con David y liberto a los cautivos (1 Samuel 30:18-19) 

Dios hará lo mismo con nosotros si nos fortalecemos en él, porque él es el mismo ayer hoy y por los siglos. (Hebreos 13:8) Así que como estuvo con David para vencer a los amalecitas estará contigo y como liberto al pueblo de ellos lo hará contigo, solo FORTALÉCETE EN EL y consúltalo a él a través de su Palabra con la ayuda y dirección del Espíritu Santo.

Es tiempo aceptable para buscar a Dios y sumergirnos en su Palabra para vivificarnos con la ayuda y unción del Espíritu Santo cualquiera que sea nuestra situación; que sea el mismo Señor haciendo la obra y bendiciendo nuestras vidas conforme a su voluntad y propósitos: 

Isaías 55:7-11. Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar. Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos. Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra, y pan al que come, así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié.

Sólo los hijos de Dios quienes hemos aceptado a nuestro Señor Jesucristo como Señor y Salvador tenemos el privilegio de fortalecernos en El, mientras transitamos esta tierra como peregrinos y extranjeros mientras esperamos que seamos llevados a su presencia y así morar por siempre con nuestro creador.

Filipenses 4:10-13. En gran manera me gocé en el Señor de que ya al fin habéis revivido vuestro cuidado de mí; de lo cual también estabais solícitos, pero os faltaba la oportunidad. No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.

En el caminar del cristiano encontramos muchas situaciones que tenemos que enfrentar como las pruebas, las tribulaciones, la enfermedad, la escasez, la abundancia de todas las cosas, la persecución, las tentaciones, lo propios pecados, los tropiezos, las caídas. 

Hebreos 10:23. Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió. Pero fiel es Dios que ha prometido estar con nosotros siempre hasta el día de Jesucristo. 1 Corintios 1:8. El cual también os confirmará hasta el fin, para que seáis irreprensibles en el día de nuestro Señor Jesucristo. Filipenses 1:6. Estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo. 2 Pedro 3:18. Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén.

Que sea el mismo Señor fortaleciéndote en medio de tus circunstancias cualquiera que sea tu situación hermana y hermano, que sea la Palabra de Dios y el Espíritu Santo levantándote. Que la Palabras de Dios fluya, corra y sea glorificada en tu vida, que de tu interior salte para vida eterna; salvación, redención, sanidad, santificación, restauración, amor, misericordia de parte del Señor para ti y los seres que amas y que están a tu alrededor.

Ahora es el momento de dejar que la Palabra de Dios y el Espíritu Santo obren en nuestras vidas.

2 Corintios 12:9-10. Me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. 10Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.

Isaías 43:1-7. Ahora, así dice Jehová, Creador tuyo, oh Jacob, y Formador tuyo, oh Israel: No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú. Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti. Porque yo Jehová, Dios tuyo, el Santo de Israel, soy tu Salvador; a Egipto he dado por tu rescate, a Etiopía y a Seba por ti. Porque a mis ojos fuiste de gran estima, fuiste honorable, y yo te amé; daré, pues, hombres por ti, y naciones por tu vida. No temas, porque yo estoy contigo; del oriente traeré tu generación, y del occidente te recogeré. Diré al norte: Da acá; y al sur: No detengas; trae de lejos mis hijos, y mis hijas de los confines de la tierra, todos los llamados de mi nombre; para gloria mía los he creado, los formé y los hice.

Proverbios 10:16. El camino de Jehová es fortaleza al perfecto; Pero es destrucción a los que hacen maldad.

1 Juan 1:2-2:6. Este es el mensaje que hemos oído de él, y os anunciamos: Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él. Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad; pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado. Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a él mentiroso, y su palabra no está en nosotros. Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo. Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo. Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos. El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él; pero el que guarda su palabra, en éste verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado; por esto sabemos que estamos en él. El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo.

Juan 15:9-12. Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado. Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden. Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho. En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos. Como el Padre me ha amado, así también yo os he amado; permaneced en mi amor. Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor. Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido. Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado.

Zacarías 10:12. Y yo los fortaleceré en Jehová, y caminarán en su nombre, dice Jehová.

Lucas 22:43. Y se le apareció un ángel del cielo para fortalecerle.

Hechos 9:31. Entonces las iglesias tenían paz por toda Judea, Galilea y Samaria; y eran edificadas, andando en el temor del Señor, y se acrecentaban fortalecidas por el Espíritu Santo.

Efesios 3:16. Para que os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu.

Efesios 6:10. Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza.

Filipenses 4:13. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.

1 Timoteo 1:12. Doy gracias al que me fortaleció, a Cristo Jesús nuestro Señor, porque me tuvo por fiel, poniéndome en el ministerio.

1 Pedro 5:9-11.  Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo; echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros. Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo. Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca. A él sea la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén.

Éxodo 15:2. Jehová es mi fortaleza y mi cántico, y ha sido mi salvación. Este es mi Dios, y lo alabaré; Dios de mi padre, y lo enalteceré.

Salmo 18.1-3. Te amo, oh Jehová, fortaleza mía. Jehová, roca mía y castillo mío, y mi libertador; Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré; mi escudo, y la fuerza de mi salvación, mi alto refugio. Invocaré a Jehová, quien es digno de ser alabado, y seré salvo de mis enemigos.

Salmo 22.19-21. Mas tú, Jehová, no te alejes; fortaleza mía, apresúrate a socorrerme. Libra de la espada mi alma, del poder del perro mi vida. Sálvame de la boca del león, y líbrame de los cuernos de los búfalos.

Salmo 27.1. Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme?

Salmo 28.7-9. Jehová es mi fortaleza y mi escudo; en él confió mi corazón, y fui ayudado, por lo que se gozó mi corazón, y con mi cántico le alabaré. Jehová es la fortaleza de su pueblo, y el refugio salvador de su ungido. Salva a tu pueblo, y bendice a tu heredad; y pastoréales y susténtales para siempre.

Salmo 31:2-5. Inclina a mí tu oído, líbrame pronto; sé tú mi roca fuerte, y fortaleza para salvarme. Porque tú eres mi roca y mi castillo; por tu nombre me guiarás y me encaminarás. Sácame de la red que han escondido para mí, pues tú eres mi refugio. En tu mano encomiendo mi espíritu; tú me has redimido, oh Jehová, Dios de verdad.

Salmo 37:39. Pero la salvación de los justos es de Jehová, y él es su fortaleza en el tiempo de la angustia.

Salmo 46:1. Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida, se traspasen los montes al corazón del mar; aunque bramen y se turben sus aguas, y tiemblen los montes a causa de su braveza.

Salmo 118.14. Mi fortaleza y mi cántico es JAH, y él me ha sido por salvación. Voz de júbilo y de salvación hay en las tiendas de los justos; la diestra de Jehová hace proezas. La diestra de Jehová es sublime; la diestra de Jehová hace valentías. No moriré, sino que viviré, y contaré las obras de JAH.

Salmo 144:2. Misericordia mía y mi castillo, fortaleza mía y mi libertador, escudo mío, en quien he confiado; el que sujeta a mi pueblo debajo de mí.

Isaías 12:2. He aquí Dios es salvación mía; me aseguraré y no temeré; porque mi fortaleza y mi canción es JAH Jehová, quien ha sido salvación para mí.

Habacuc 3:17-19. Aunque la higuera no florezca, ni en las vides haya frutos, aunque falte el producto del olivo, y los labrados no den mantenimiento, y las ovejas sean quitadas de la majada, y no haya vacas en los corrales; con todo, yo me alegraré en Jehová, y me gozaré en el Dios de mi salvación. Jehová el Señor es mi fortaleza, el cual hace mis pies como de ciervas, y en mis alturas me hace andar.

Zacarías 2:1-13. Alcé después mis ojos y miré, y he aquí un varón que tenía en su mano un cordel de medir. Y le dije: ¿A dónde vas? Y él me respondió: A medir a Jerusalén, para ver cuánta es su anchura, y cuánta su longitud. Y he aquí, salía aquel ángel que hablaba conmigo, y otro ángel le salió al encuentro, y le dijo: Corre, habla a este joven, diciendo: Sin muros será habitada Jerusalén, a causa de la multitud de hombres y de ganado en medio de ella. Yo seré para ella, dice Jehová, muro de fuego en derredor, y para gloria estaré en medio de ella. Eh, eh, huid de la tierra del norte, dice Jehová, pues por los cuatro vientos de los cielos os esparcí, dice Jehová. Oh Sion, la que moras con la hija de Babilonia, escápate. Porque así ha dicho Jehová de los ejércitos: Tras la gloria me enviará él a las naciones que os despojaron; porque el que os toca, toca a la niña de su ojo. Porque he aquí yo alzo mi mano sobre ellos, y serán despojo a sus siervos, y sabréis que Jehová de los ejércitos me envió. Canta y alégrate, hija de Sion; porque he aquí vengo, y moraré en medio de ti, ha dicho Jehová. Y se unirán muchas naciones a Jehová en aquel día, y me serán por pueblo, y moraré en medio de ti; y entonces conocerás que Jehová de los ejércitos me ha enviado a ti. Y Jehová poseerá a Judá su heredad en la tierra santa, y escogerá aún a Jerusalén. Calle toda carne delante de Jehová; porque él se ha levantado de su santa morada.

Apocalipsis 21:1-8. Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más. Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido. Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron. Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas. Y me dijo: Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida. El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo. Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda. 


Bendiciones.

Controversia de Jehová con su pueblo°



Cuando pecamos ponemos en peligro nuestra relación con Dios y nuestro destino eterno con Cristo en la presencia de Dios Padre, porque faltamos a nuestro compromiso con El de amar sus mandamientos.

Oseas 4:6. RVR60. Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento. Por cuanto desechaste el conocimiento, yo te echaré del sacerdocio; y porque olvidaste la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos.

Si bien todos habremos de responder ante Dios por nuestros pecados, los que busquen el perdón de Dios serán salvos del castigo eterno.

Comenzando con Oseas y concluyendo con Malaquías, hay una serie de doce libros, a los cuales se les llama "los profetas menores", mientras que a Isaías, Jeremías, Ezequiel y Daniel, se les llama "los profetas mayores". Los profetas menores fueron así llamados considerando el tamaño de los libros, y no su contenido. Sin embargo, incluso ese criterio de división de los profetas no es completamente exacto, ya que Oseas es más extenso que el libro del profeta Daniel. En realidad, los así llamados "profetas menores" no son menores en ninguno de sus aspectos. Cada uno de ellos transmite un mensaje de gran importancia por sí mismo.

Los Profetas Menores fueron extremadamente nacionalistas, aunque no eran aislacionistas. Ellos trataron el hecho de que el pueblo de Dios había quebrantado la ley de Dios, es decir, los Diez Mandamientos. Este tema necesariamente colocó el énfasis sobre las obras, sobre las buenas obras. Por tal motivo, algunos teólogos críticos y promotores de un evangelio social han utilizado mucho a los Profetas Menores. Los Profetas menores advirtieron contra las alianzas impías con otras naciones. Eran extremadamente patrióticos y denunciaron la corrupción política y moral. Advirtieron a Israel contra su aislamiento con respecto a Dios.

El nombre de este profeta significa salvación o liberación y fue escogido por Dios para dar testimonio vivo de su mensaje ante su pueblo casándose con una mujer que le sería infiel. Su sensibilidad hacia el amante corazón de Dios y hacia la condición pecaminosa de su pueblo lo preparó para este difícil ministerio. El problema era como llevar el mensaje del amor de Diosa un pueblo que no quería escuchar y que estaba acostumbrado a desobedecer las leyes de Dios.

El libro de Oseas trata de un pueblo que necesitaba oír del amor de Dios; un Dios que quería contarles cuán grande era su amor y cuál era el único camino a través del cual podía ofrecérselo. El pueblo pensó que podía comprar el amor (Efraín... alquiló amantes, 8.9), que el amor era la búsqueda del placer (Iré tras mis amantes, que me dan..., 2.5), y que amar cosas sin valor podía reportar algo positivo (Y se hicieron abominables como aquello que amaron, 9.10). Dios quería que Israel conociera su amor, el cual se ofrecía a los despreciados y desheredados (Cuando Israel era muchacho, yo lo amé, 11.1), que guiaba al pueblo con gentil disciplina (con cuerdas de amor, 11.4), y perseveraba pese al atolondramiento y a la resistencia de la gente (¿Cómo podré abandonarte?, 11.8).

Dios siempre amó a Israel como un padre ama a su hijo obstinado y por eso no lo libraría de las consecuencias de su conducta. Los israelitas eran pecadores y se castigarían como un hijo descarriado que sus padres llevaban ante los ancianos

(Deuteronomio 21:18-21. La Biblia de las Américas (LBLA). Si un hombre tiene un hijo terco y rebelde que no obedece a su padre ni a su madre, y cuando lo castigan, ni aun así les hace caso, el padre y la madre lo tomarán y lo llevarán fuera a los ancianos de su ciudad, a la puerta de su ciudad natal, y dirán a los ancianos de la ciudad: “Este hijo nuestro es terco y rebelde, no nos obedece, es glotón y borracho.” Entonces todos los hombres de la ciudad lo apedrearán hasta que muera; así quitarás el mal de en medio de ti, y todo Israel oirá esto y temerá).

Dios ofreció en repetidas ocasiones restaurarlo si se volvían a Él, Dios quería guiar su pueblo con amor y disciplina. Oseas 11:4. RVR60. Con cuerdas humanas los atraje, con cuerdas de amor; y fui para ellos como los que alzan el yugo de sobre su cerviz, y puse delante de ellos la comida.

Los estudios bíblicos y predicas cristianas nos enseñan que la disciplina de Dios a veces implica orientación y a veces alimentación. Algunas veces la cuerda está tensa, otras veces está floja. Siempre es amorosa, y su objetivo es siempre el bienestar de los que ama. Oseas implora: “Vuelve, sí, oh Israel, a Jehová tu Dios, porque has tropezado en tu error”. Insta al pueblo a que suplique a Jehová: “Dígnate perdonar el error; y acepta lo que es bueno, y ciertamente ofreceremos en cambio los toros jóvenes de nuestros labios” (Oseas 14:1, 2).

El pecador arrepentido tiene que volverse a Jehová, aceptar sus caminos y ofrecerle sacrificios de alabanza. ¿Por qué razón? Porque “los caminos de Jehová son rectos, y los justos son los que andarán en ellos” (Oseas 14:9). Muchas personas ciertamente buscarán a Jehová y su bondad en la parte final de los días. (Oseas 3:5.)

El peor pecado del mundo es pecar contra el amor. Juan 3:16. La Biblia de las Américas (LBLA). El amor de Dios. Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en El, no se pierda, mas tenga vida eterna. Este es peor que todos los demás pecados y éste fue el mensaje del profeta Oseas. Gomer no fue solo culpable de romper el voto matrimonial, lo cual era ya muy grave, ella pecó contra aquel que la amaba. Ese es el pecado en su peor expresión. El pecado contra el Dios y el Salvador que le ama a usted es peor que el animismo y el carácter animalesco del mundo pagano. El pecado del paganismo no es nada comparado con el pecado de aquellos que pecan contra el amor de Dios. Es más profundo y más oscuro que la inmoralidad del bajo mundo, del submundo, y del demonismo de dicho mundo.

Oseas sabía lo que era el pecado, y sabía lo que era el amor. El pecado contra el amor agravaba el pecado. Israel conoció el amor de Dios, como ninguna otra nación lo había conocido. Supo lo que significó la liberación, la redención, la protección, el perdón, la revelación, y el amor de Dios. Sin embargo, Israel se volvió a sus ídolos mudos, entregándose a ellos. Este fue el pecado en su peor versión. Sin embargo, Dios no los abandonaría: El perfecto amor triunfaría por la eternidad.

Oseas 4. La Biblia de las Américas (LBLA). Controversia de Dios con Israel. Escuchad la palabra del Señor, hijos de Israel, porque el Señor tiene querella contra los habitantes de la tierra, pues no hay fidelidad, ni misericordia, ni conocimiento de Dios en la tierra. Sólo hay perjurio, mentira, asesinato, robo y adulterio. Emplean la violencia, y homicidios tras homicidios se suceden. Por eso la tierra está de luto, y languidece todo morador en ella junto con las bestias del campo y las aves del cielo; aun los peces del mar desaparecen.

Pero que nadie contienda ni nadie reprenda; porque tu pueblo es como los que contienden con el sacerdote. Tropezarás de día, y tropezará también el profeta contigo de noche, y destruiré a tu madre.

Mi pueblo es destruido por falta de conocimiento. Por cuanto tú has rechazado el conocimiento, yo también te rechazaré para que no seas[e] mi sacerdote; como has olvidado la ley de tu Dios, yo también me olvidaré de tus hijos. Cuanto más se multiplicaron, más pecaron contra mí; cambiaré, pues, su gloria en afrenta. Del pecado de mi pueblo se alimentan,
y hacia su iniquidad dirigen sus deseos.

Como el pueblo, así será el sacerdote; los castigaré por su proceder, y les pagaré según sus obras. Comerán, pero no se saciarán; se prostituirán, pero no se multiplicarán, porque han dejado de hacer caso al Señor.

La prostitución, el vino y el mosto quitan el juicio. Mi pueblo consulta a su ídolo de madera, y su vara les informa; porque un espíritu de prostitución los ha descarriado, y se han prostituido, apartándose de su Dios. Ofrecen sacrificios sobre las cumbres de los montes y queman incienso sobre las colinas, debajo de las encinas, los álamos y los terebintos, porque su sombra es agradable.

Por tanto, vuestras hijas se prostituyen, y vuestras nueras cometen adulterio. No castigaré a vuestras hijas cuando se prostituyan ni a vuestras nueras cuando cometan adulterio, porque los hombres mismos se retiran con rameras y ofrecen sacrificios con las rameras del culto pagano; así se pierde el pueblo sin entendimiento.

Aunque tú, Israel, te prostituyas, que no se haga culpable Judá; tampoco vayáis a Gilgal, ni subáis a Bet-avén, ni juréis: ¡Vive el Señor! Puesto que Israel es terco como novilla indómita, ¿los pastoreará ahora el Señor como a un cordero en campo espacioso? Efraín se ha unido a los ídolos; déjalo. Acabada su bebida, se entregaron a la prostitución; sus príncipes  aman mucho la ignominia. El viento los envuelve en sus alas, y se avergonzarán de sus sacrificios.

En este capítulo, Dios acusa de desobediencia a Israel. Los líderes religiosos no habían hecho que el pueblo regresara a Dios, y el ritual de la prostitución había reemplazado a la verdadera adoración. La nación estaba declinando espiritual y moralmente, y quebrantaba las leyes que Dios les había dado. El pueblo encontraba muy fácil condenar a la esposa de Oseas, pero les costaba trabajo ver que ellos eran infieles a Dios. Dios explica los motivos del sufrimiento de Israel. El quebrantamiento de la Ley había traído consigo los dos castigos de incremento de violencia y de crisis ecológica.

No siempre hay una relación directa de causa y efecto entre nuestras acciones y los problemas que enfrentamos. Sin embargo, cuando nos vemos rodeados de dificultades, debemos preguntar con seriedad: "¿He cometido algún pecado o he hecho algo irresponsable que pueda haber ocasionado mi sufrimiento?" Si descubrimos que tenemos una falta, incluso en forma parcial, podemos cambiar nuestro comportamiento ante Dios.

Oseas presentó sus cargos contra los líderes religiosos. ¿Quiénes eran estos líderes religiosos? Cuando Jeroboam I se rebeló en contra de Roboam y estableció un reino rival en el norte, también estableció su propio sistema religioso (1 Reyes 12:25-33). En violación a las leyes de Dios, hizo dos becerros de oro y le dijo al pueblo que los adorara. Además también designó sacerdotes que no eran descendientes de Aarón.

Al principio los residentes del reino del norte continuaron adorando a Dios, aun cuando lo hacían en forma equivocada; pero muy poco tiempo después también comenzaron a adorar a los dioses cananeos. Muy pronto cambiaron a Dios por Baal, y dejaron de adorar a Dios completamente. No en balde los falsos sacerdotes de Jeroboam fueron incapaces de preservar la verdadera adoración de Dios.

Dios acusó a los líderes religiosos de no dejar que el pueblo lo conociera. Se esperaba que fueran líderes espirituales, pero se volvieron líderes de las malas acciones. El pueblo pudo haber dicho: "No debe ser malo si los sacerdotes lo hacen". El liderazgo espiritual es una responsabilidad muy grande. Ya sea que usted enseñe en la Escuela Dominical, trabaje en la oficina de la iglesia, o guíe un estudio bíblico, no tome a la ligera sus responsabilidades. Sea un líder que guíe siempre hacia Dios.

Los sacerdotes se regocijaban con los pecados del pueblo. Cada vez que alguien llevaba una ofrenda por el pecado, los sacerdotes recibían una porción. Mientras más pecara el pueblo, más recibían los sacerdotes. Ya que no se lo podían comer todo, vendían alguna parte y otra la daban a sus parientes. Los sacerdotes sacaban provecho de que el pueblo continuara pecando; les daba poder y posición en la comunidad. Así que en vez de tratar de sacar al pueblo de su pecado, lo alentaban para mejorar sus ganancias.

Veamos ahora la aplicación personal para nuestras vidas.

Si las personas que nos rodean no ven el amor de Dios en nosotros, no lo hallarán en ninguna parte. Como Oseas, todos los creyentes son llamados a demostrar, a través de sus actitudes y acciones, el amor de Dios en Cristo a un mundo que busca a ciegas las señales de un amor auténtico.

No podemos separar nuestro testimonio y ministerio del resto de nuestras vidas. El más poderoso sermón de Oseas surgía de su relación con su esposa. La fuente del poder de su predicación provenía de su casa y su familia.

Dios es el único ejemplo perfecto de amor. Cuando Dios contrae matrimonio con su pueblo, hace votos de fidelidad, ofrece una relación ordenada, un trato justo, amor verdadero, ternura, seguridad y continúa revelándose a sí mismo. Nuestro amor debe beber de este manantial; y entonces atraer a otros, ofreciéndoles, no la mejor versión del amor humano, sino el puro y fragante amor de Dios en Cristo.

Los autores del Nuevo Testamento se apoyaron en Oseas para hablar de la vida y el ministerio de Jesús. Mateo ve en 11.1 una profecía que se cumplió cuando el Jesús niño fue literalmente conducido y sacado de Egipto, a semejanza de la prolongada estancia y el éxodo del pueblo de Israel desde allí (Mateo 2.15). El autor de Hebreos encuentra en Jesús a aquel que pone a los creyentes en condiciones de ofrecer sacrificios de alabanza aceptables, a través de los cuales nos hacemos acreedores del misericordioso perdón de Dios.

Para Pedro, Jesús provee los medios que hacen posible a aquellos que no pertenecían a la familia de Dios ser admitidos en ella. Para Pablo, Jesús cumple la promesa de Oseas de que uno rompería el poder de la muerte y el sepulcro, y traería resurrección y victoria. La doctrina de Pablo sobre Cristo como el esposo y la Iglesia como la esposa tiene que ver con los votos y la ceremonia matrimonial por medio de la cual Dios establece una relación permanente con Israel (Efesios 5.25–32).

El perdón puede salvar y transformar un matrimonio, ORDEN FAMILIAR. Por medio de la trágica historia de Oseas y Gomer Dios nos revela tanto la profundidad como el poder de su amor por Israel; y del vínculo marital. Dios describe su dolor y la humillación que sufre debido a la infidelidad de Israel. En obediencia a Dios, Oseas padece el mismo dolor y humillación por la infidelidad de su esposa. Pero Dios muestra cómo puede salvarse el matrimonio: mediante el sufrimiento y el perdón.

Esta es una de las más profundas revelaciones acerca del matrimonio que podamos encontrar en lugar alguno de la Escritura. El matrimonio exitoso no es asunto de gente perfecta, que vive perfectamente, mediante principios perfectos. El matrimonio es más bien un estado en que gente muy imperfecta se hiere y humilla a menudo, pero encuentran la gracia para perdonarse el uno al otro, y permitir así que el poder redentor de Dios transforme su matrimonio.

El hogar es la Roca que sirve de fundamento a la sociedad y ha desempeñado ese papel en todos los pueblos. Dios le dio el hogar a la humanidad. Se lo dio al mismo comienzo de la historia. Es la unidad más importante en la estructura social. Es para la sociedad lo que el átomo es para este universo físico. Se nos ha dicho que el pequeño átomo es el elemento esencial, el componente básico del Universo. Bueno, el hogar hoy es ese elemento esencial, ese componente básico de la sociedad. El carácter y color de un edificio está determinado por el de los ladrillos individuales con que ha sido construido. Ninguna nación hoy es más fuerte que lo que lo sean los hogares que la componen, porque el hogar determina el color y la tez de la sociedad. El hogar es la cadena que mantiene unida una nación, una cadena en la que cada eslabón individual es importante.

El hogar es donde vivimos, nos movemos y vivimos nuestra existencia. Es en el hogar donde somos realmente nosotros mismos. Cuando salimos de él nos vestimos física y psicológicamente. A veces nos preparamos como una especie de fachada cuando atravesamos la puerta de calle y salimos a la calle. Pero es dentro de las paredes del hogar donde nos quitamos nuestra máscara, y nos mostramos como somos en realidad.

Debido a la posición estratégica del hogar, Dios ha colocado alrededor de él ciertas defensas para protegerlo. Lo ha rodeado con ciertos baluartes debido a su importancia. Uno de estos es el matrimonio. Dios ha dedicado más atención a la institución del matrimonio que la que ha dedicado a cualquiera otra institución que haya en este mundo. La sociedad nunca hizo el matrimonio. La sociedad encontró el matrimonio. Fue Dios quien hizo el matrimonio y Él fue quien lo entregó a la humanidad; y el matrimonio descansa, se apoya sobre su Palabra directa. "...por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre".

Dios celebró la primera ceremonia matrimonial. Él entregó la primera novia. Él bendijo a la primera pareja. El matrimonio es más que un contrato legal, más que un arreglo económico, más que una unión de dos seres que se aman mutuamente. ¡Es un acto de Dios! Se apoya sobre la autoridad de Su mandamiento. Muchos jóvenes que se aman hoy creen que todo lo que se necesita para casarse es tener un certificado del juzgado y un predicador o una determinada ceremonia. Amigo oyente, para que su matrimonio sea un éxito, usted tiene que tener a Dios. Si Dios no interviene en la preparación de ese matrimonio, éste se estrellará contra las rocas, estará encaminado al fracaso.

Dios ha dado una energía, una motivación a la raza humana para reproducirse dentro del marco del matrimonio, y eso es lo que hace el hogar. Él dijo que "...los dos serán una sola carne". Antes de que el hombre saliera del jardín de Edén, Dios le dio esta institución. Además de las pieles que Adán y Eva llevaban puestas, lo único que tenían era un certificado de matrimonio entregado por Dios. Eso era todo. Esa fue la única institución que salió del jardín del Edén.

El matrimonio es una relación sagrada; es una unión santa. El Nuevo Testamento resume la mente de Dios en este tema cuando dijo, en la epístola a los Hebreos, capítulo 13, versículo 4: Honroso sea en todos el matrimonio... Por tanto el matrimonio no puede romperse sólo por algún sencillo acto legal. No puede romperse por una simple explosión de mal genio. No puede deshacerse por voluntad propia. Personalmente, creemos que hay sólo dos actos que pueden disolver un matrimonio, es decir, un verdadero matrimonio.

También Jesús, por lo menos en dos de los sermones que dirigió a los fariseos, se apoya en el texto de Oseas. Cuando se le cuestiona por pasar su tiempo en casa de publicanos y pecadores, Jesús cita a Oseas para mostrar que Dios desea no solamente palabras huecas u homenajes formales, sino ver verdadero interés y preocupación por los demás. Y, cuando los fariseos acusaron a los discípulos de Jesús de violar el día de reposo, Jesús los defendió recordándoles de nuevo que al corazón de Dios le interesaban más las necesidades humanas que los ritos formales (Mateo 12.7).

El libro de Oseas enseña dos relevantes lecciones sobre el Espíritu Santo: Es importante depender de la presencia del Espíritu; y cuando Él está ausente se experimenta un gran vacío en la vida. En dos ocasiones Oseas usa la frase el espíritu de fornicación; y habla de las consecuencias de estar llenos de un espíritu malvado. Como Pablo en Efesios, Oseas relaciona un espíritu de esa naturaleza con el vino, cuyos efluvios esclavizan a los seres humanos. Este espíritu de fornicación también conduce a la gente por caminos falsos y hacia un falso culto, en contraste con el Espíritu Santo que nos guía por caminos de verdad y adoración verdadera (Efesios 5.17–21).

Juan recoge las palabras de Jesús sobre el ministerio del Espíritu Santo, el cual daría testimonio de Cristo; por otro lado, el espíritu de fornicación aparta a la gente del conocimiento de Dios (Juan 15.26). El amor de Oseas por su díscola esposa nos recuerda que la principal prueba del Espíritu es el amor (Gálatas 5.22). «Porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado» (Romanos 5.5).


Es una reflexión que hace Dios manifestando su anhelo para Israel. El lugar es el lugar santo, pero no es un santuario de Israel. Dios vuelve a su lugar, el domicilio inaccesible del Señor, hasta que su pueblo vuelva a él. “Buscar el rostro de Dios” para Israel solo era asistir al culto en un santuario, pero para Dios significa mucho más. Es una entrega total de la voluntad personal a la del Señor, buscar con diligencia intensifica todo con la idea de buscar en otro el amparo que es imposible proveer uno mismo. Es decidir practicar amor leal y verdad, por causa de la relación personal con Dios (el conocimiento del Señor). Esto es lo que espera Dios de cada uno de nosotros. Bendiciones.