Nuestro deseo es que cada uno de los mensajes, así como cada uno de los ministerios y recursos enlazados, pueda ayudar como una herramienta al crecimiento, edificación y fortaleza de cada creyente dentro de la iglesia de Jesucristo en las naciones y ser un práctico instrumento dentro de los planes y propósitos de Dios para la humanidad. Cada mensaje tiene el propósito de dejar una enseñanza basada en la doctrina bíblica, de dar una voz de aliento, de edificar las vidas; además de que pueda ser adaptado por quien desee para enseñanzas en células o grupos de enseñanza evangelísticos, escuela dominical, en evangelismo personal, en consejería o en reuniones y servicios de iglesias.

Fe en Dios en medio de las tribulaciones°


Lucas 22:31-32. Dijo también el Señor: Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo; pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos.

Hermano y hermano, mi invitación en este momento es a que vivas sólo para Dios, que todo tu ser, espíritu, alma y cuerpo sean guardados irreprensibles para la venida de nuestro Señor Jesucristo, que sólo te importe agradarlo, que solo te importe amarlo, que solo te importe escuchar la voz del Espíritu Santo, que sólo te importe amar la Palabra de Dios y colocarla por obra. Que sólo te importe lo que el piense de ti, porque si él te llamó, es porque te ama y tiene planes con tu vida, con tu familia; persevera, toma aliento de vida en él y busca lo que él tiene para ti, no mires lo que los demás opinen, pon tus ojos en Jesucristo, prosigue a la meta de tu supremo llamamiento, por dura que sea la prueba, Dios te sacará en victoria, él ha dispuesto como dice la Escritura de una puerta de salida para tu situación, el abre caminos en el desierto y ríos en el sequedal.

Mateo 22:33-40. Oyendo esto la gente, se admiraba de su doctrina. Entonces los fariseos, oyendo que había hecho callar a los saduceos, se juntaron a una. Y uno de ellos, intérprete de la ley, preguntó por tentarle, diciendo: Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley? Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas.


Nuestro amor y servicio al Señor son probados todo el tiempo, al igual que nuestra fe. Como creyentes en Jesucristo es necesario que todos seamos probados en nuestra fe, es necesario saber si verdaderamente somos hijos de Dios, si de verdad hemos nacido de nuevo, si de verdad confiamos en el Señor y su Palabra; para nosotros es parte de nuestra existencia, algo necesario, porque realmente de esa manera es que realmente podemos ver quiénes somos, es cuando se refleja nuestra verdadera naturaleza, es cuando dejamos ver nuestro corazón delante Dios, es en medio de las pruebas, los ataques, las tentaciones y tribulaciones que demostramos nuestra fe y en quien hemos creído.

Deuteronomio 8:1-5. Cuidaréis de poner por obra todo mandamiento que yo os ordeno hoy, para que viváis, y seáis multiplicados, y entréis y poseáis la tierra que Jehová prometió con juramento a vuestros padres. Y te acordarás de todo el camino por donde te ha traído Jehová tu Dios estos cuarenta años en el desierto, para afligirte, para probarte, para saber lo que había en tu corazón, si habías de guardar o no sus mandamientos. Y te afligió, y te hizo tener hambre, y te sustentó con maná, comida que no conocías tú, ni tus padres la habían conocido, para hacerte saber que no sólo de pan vivirá el hombre, mas de todo lo que sale de la boca de Jehová vivirá el hombre. Tu vestido nunca se envejeció sobre ti, ni el pie se te ha hinchado en estos cuarenta años. Reconoce asimismo en tu corazón, que como castiga el hombre a su hijo, así Jehová tu Dios te castiga.

Estamos es este mundo, pero hemos sido rescatados de nuestra vieja y vana manera de vivir, que es conforme a los lineamientos del mundo y sus malos deseos, para anunciar a la humanidad las virtudes de nuestro Salvador Jesucristo; todo lo que nos sucede es para nuestro bien y nuestro provecho con propósitos de vida eterna para aquellos que nos rodean en el lugar donde el Señor nos ha puesto.

Hechos 14:22. La Nueva Biblia de los Hispanos. Fortaleciendo los ánimos (las almas) de los discípulos, exhortándolos a que perseveraran en la fe, y diciendo: "Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios."

Dios es el único que conoce nuestra condición espiritual (nuestra posición delante de Dios en Cristo) y nuestra situación actual (aquellas circunstancias que estamos enfrentando en el momento), es por eso que quienes hemos creído en el y en su Palabra, debemos colocar toda nuestra confianza en el Señor, debemos colocar nuestra fe en nuestro Creador y Salvador. Nuestra visión de la realidad está limitada por nuestros sentidos físicos, sin embargo nuestro Dios nos puede revelar los caminos que debemos seguir y los asuntos por venir, (aquellas situaciones que no entendemos) ya que él tiene la visión de todas las cosas que ha creado.

Jeremías 33:2-3. Así dice el SEÑOR que hizo la tierra, el SEÑOR que la formó para establecerla; el SEÑOR es su nombre: “Clama a mí, y yo te responderé y te revelaré cosas grandes e inaccesibles, que tú no conoces”.

Cuando eres una persona con un corazón humilde y sincero que se acerca al trono de la gracia, hallarás oportuno socorro. No depende de lo que somos, de lo que tenemos, de nuestras fuerzas, no depende de otras personas, no depende de nuestros conocimientos y capacidades, no depende de lo que nos falta, no depende de nuestras raíces ancestrales, no depende del lugar en dónde nos congregamos, “dependemos de la gracia y el amor que es en Jesucristo Señor nuestro, dependemos de la vida y la ayuda de nuestro Señor el Espíritu Santo.

Salmos 46. Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida, y se traspasen los montes al corazón del mar; aunque bramen y se turben sus aguas, y tiemblen los montes a causa de su braveza. Del río sus corrientes alegran la ciudad de Dios, el santuario de las moradas del Altísimo.

Dios está en medio de ella; no será conmovida. Dios la ayudará al clarear la mañana. Bramaron las naciones, titubearon los reinos; dio él su voz, se derritió la tierra. Jehová de los ejércitos está con nosotros; nuestro refugio es el Dios de Jacob. Venid, ved las obras de Jehová, que ha puesto asolamientos en la tierra. Que hace cesar las guerras hasta los fines de la tierra. Que quiebra el arco, corta la lanza, y quema los carros en el fuego.

Estad quietos, y conoced que yo soy Dios; seré exaltado entre las naciones; enaltecido seré en la tierra. Jehová de los ejércitos está con nosotros; nuestro refugio es el Dios de Jacob.

Por más oscura que sea la noche, por más oscuro que sea el valle de sombra de muerte que estemos atravesando, la presencia de Dios y su mano poderosa nos sostendrán y nos libertará porque está escrito que las puertas del infierno no prevalecerán contra la iglesia de Jesucristo.

2 Crónicas 16:9a. La Biblia de las Américas. Porque los ojos del SEÑOR recorren toda la tierra para fortalecer a aquellos cuyo corazón es completamente suyo.

El Señor el Espíritu Santo está en nosotros, con nosotros y sobre nosotros para pastorearnos, para guiarnos, para consolarnos, para enseñarnos y para hacernos más y más como él, como verdaderos hijos de Dios. Rendirnos a él, alabarle en medio de nuestros tiempos, adorarle por lo que él es; ese es nuestro deleite, en Dios y su Palabra esperaremos. Él sabe que hacer por nosotros y con nosotros.

Jeremías 29:11-14. Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis. Entonces me invocaréis, y vendréis y oraréis a mí, y yo os oiré; y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón. Y seré hallado por vosotros, dice Jehová, y haré volver vuestra cautividad, y os reuniré de todas las naciones y de todos los lugares adonde os arrojé, dice Jehová; y os haré volver al lugar de donde os hice llevar.

Hay etapas en nuestras vidas en que no podemos controlar y enfrentar humanamente situaciones que se nos presentan, hay momentos y circunstancias que no entendemos, las cosas no salen como nos llegamos a imaginar en algún momento de nuestras vidas; es por eso que debemos arrojarnos en las manos de Dios y su voluntad.

Que nuestro corazón se derrame delante del trono de misericordia, que dispongamos todo nuestro ser para buscarle, para amarle, para alabarle y adorarle, pues él sabe que es lo que más conviene. Perseveremos y soportemos en todo momento hasta que seamos llamados a rendir cuentas en su presencia.

Daniel 1:1-8. En el año tercero del reinado de Joacim rey de Judá, vino Nabucodonosor rey de Babilonia a Jerusalén, y la sitió. Y el Señor entregó en sus manos a Joacim rey de Judá, y parte de los utensilios de la casa de Dios; y los trajo a tierra de Sinar, a la casa de su dios, y colocó los utensilios en la casa del tesoro de su dios.

Y dijo el rey a Aspenaz, jefe de sus eunucos, que trajese de los hijos de Israel, del linaje real de los príncipes, muchachos en quienes no hubiese tacha alguna, de buen parecer, enseñados en toda sabiduría, sabios en ciencia y de buen entendimiento, e idóneos para estar en el palacio del rey; y que les enseñase las letras y la lengua de los caldeos. Y les señaló el rey ración para cada día, de la provisión de la comida del rey, y del vino que él bebía; y que los criase tres años, para que al fin de ellos se presentasen delante del rey. Entre éstos estaban Daniel, Ananías, Misael y Azarías, de los hijos de Judá. A éstos el jefe de los eunucos puso nombres: puso a Daniel, Beltsasar; a Ananías, Sadrac; a Misael, Mesac; y a Azarías, Abed-nego.

Y Daniel propuso en su corazón no contaminarse con la porción de la comida del rey, ni con el vino que él bebía; pidió, por tanto, al jefe de los eunucos que no se le obligase a contaminarse.

Vemos lo que nos enseña la Biblia a través de la vida del profeta Daniel y de cómo la providencia del Señor actúa a favor de una persona que deposita toda su confianza en Dios. También podemos ver la manera en que Dios obra a través de esas personas que se rinden a su señorío, de cómo operan los propósitos eternas para salvación y vida eterna.

Daniel fue de noble cuna, si es que no era de la familia real de Judá. En su juventud fue llevado al cautiverio en Babilonia, en el cuarto año del reinado de Joaquín, 606 a. C. Allá le enseñaron la ciencia de los caldeos, y tuvo altos cargos en el imperio babilónico y en el persa. Fue perseguido por su religión, pero fue milagrosamente librado, y vivió hasta edad avanzada, y debe de haber tenido alrededor de noventa y cuatro años en la época de la última de sus visiones.

El libro de Daniel es en parte histórico, porque narra varias circunstancias acaecidas a él y a los judíos en Babilonia, pero es principalmente profético detallando visiones y profecías que anuncian muchos sucesos importantes referidos a los cuatro grandes imperios del mundo, a la venida y la muerte del Mesías, a la restauración de los judíos y a la conversión de los gentiles. Aunque hay considerables dificultades para explicar el significado profético de algunos pasajes de este libro, siempre hallamos aliento para la fe y la esperanza, ejemplos dignos de imitar y algo para dirigir nuestros pensamientos a Cristo Jesús en la cruz y en su trono glorioso.

Daniel era aún firme en su religión. Siguió aferrado al espíritu de un israelita sin importar el nombre que le dieron. Estos jóvenes sintieron escrúpulos acerca de la comida, no fuera a ser pecaminosa. Cuando el pueblo de Dios está en Babilonia, debe tener especial cuidado de no participar en sus pecados. Es digno de elogio que la juventud no codicie ni busque los deleites de los sentidos. Los que desean destacarse en sabiduría y piedad, deben aprender a someter el cuerpo.

Daniel evitó corromperse con el pecado; nosotros debemos temer más eso que cualquier otro problema externo. Más fácil es mantener la tentación a distancia que resistir cuando está cerca. No podemos aprovechar mejor lo que nos beneficia, que usarlo para alejarnos de pecar. Daniel era un hombre de gran valor. No permitió que sus circunstancias lo amedrentaran. Tenían fuertes convicciones, y las vivió. Nos sirve como gran ejemplo, pues el Reino de Dios es de los valientes. Para seguir a Jesús, tenemos que poseer gran valor.

¡Dios mostró su poder! No solamente sostuvo a Daniel y a sus amigos, sino que hizo que sobrepasaran a los demás jóvenes en salud y en inteligencia. Les dotó de gran sabiduría. Aún los magos y hechiceros se quedaban atrás ante la astucia divinamente otorgada a estos jóvenes. Esta historia es inspiradora, pero ¿qué nos enseñará a nosotros? La vida de Daniel nos demuestra cómo tener confianza en medio del caos. Es difícil imaginar una situación más caótica que la que enfrentó Daniel, y sin embargo, pudo mantenerse ecuánime y triunfar.

Podemos hacer lo mismo, en primer lugar, podemos tener confianza en medio del caos de este mundo porque nuestro Dios es soberano. Este es uno de los grandes mensajes de la vida de Daniel. A pesar de las apariencias, Dios está en control. Esto se ve de varias maneras en el capítulo que hemos leído. Para empezar, vemos en el verso 2 que la conquista de Judá no fue ningún accidente, sino que Dios lo permitió. Fue parte del plan de Dios. Daniel no nos demuestra, entonces, una especie de optimismo ingenuo que ignora las circunstancias.

Daniel como judío devoto, entendía que el castigo de su pueblo venía de mano de Dios, y se propuso vivir piadosamente. Entendió que Dios tenía un propósito en lo que estaba sucediendo, y prefirió vivir según el propósito de Dios.

Nosotros podemos vivir con la misma confianza hoy en día, tomando la Biblia es nuestro manual de vida. Aquí podemos entender cuál es el plan de Dios, y no permitir que los giros y las vueltas de este mundo nos amedrenten. Podemos tener confianza en medio del caos de este mundo si entendemos que nuestro Dios es soberano. Vemos la soberanía de Dios en su fidelidad a Daniel. Cuando Daniel le fue fiel a Dios, Dios también fue fiel en proteger la salud de los jóvenes. Si nosotros le somos fieles a Dios, podemos estar seguros de que Él lo verá y se complacerá con nosotros.

Dios también mostró su soberanía permitiéndole a Daniel ver la caída del imperio que lo había llevado preso. Cuando leemos en el verso 21 que Daniel se quedó en Babilonia hasta el primer año del rey Ciro, entendemos que Daniel llegó a ver la caída de Babilonia - pues Ciro es el rey persa que derrocó al reino babilónico.

Si confiamos en nuestro Dios soberano, habrá una diferencia en nuestra forma de vivir. Nuestra confianza en medio del caos nos llevará a vivir sabiamente en medio de un mundo caótico. Fíjense en las cualidades que mostraron Daniel y sus compañeros. Mostraron, primeramente, gran valor. ¿Fue este valor simplemente alguna cualidad nativa de ellos? No, nació más bien de la confianza que tenían en el Señor. Daniel se propuso no contaminarse con la comida del Rey porque sabía que a Dios le agradaría, no por algún instinto de rebelión.

Cuando sabemos que Dios está en control, podemos enfrentar el futuro con seguridad. No tenemos que temer. La confianza produce valor. Notamos que Daniel y sus amigos también mostraron gran sabiduría. Nuestro Señor Jesús nos dijo que, como seguidores suyos, debíamos de ser inocentes como palomas y astutos como serpientes.

Daniel muestra esta combinación de inteligencia e integridad. En lugar de tomar alguna acción descabellada como lo hizo Pedro en el jardín del Getsemaní, Daniel fue sabio. Por el otro lado, no comprometió su integridad. Algunas personas, cuando se encuentran en una situación difícil, buscan la forma de salir haciendo trampa. Se justifican, diciendo que es necesario, que hay que ser prácticos, que hay que vivir con la situación actual. Todo eso de seguir las leyes de Dios es bonito, dicen, pero no funciona en la vida real.

Daniel y sus compañeros nos muestran que sí se puede vivir en medio de un ambiente corrupto y pagano, y a la vez mantener nuestra integridad como creyentes. Hermanos, el enemigo pondrá en sus caminos múltiples oportunidades para avanzar con una pequeña mentira, con un poco de deshonestidad, con sólo una pequeña trampa. Recordemos a Daniel, y confiemos en Dios. Dios es capaz de bendecir proteger y prosperar al que en El confía. La integridad es fácil de perder, pero difícil de recobrar. No entregues tu integridad. Confía más bien en Dios.

Si conocemos a Dios y estamos fundamentados en su Palabra, viviendo en integridad, nadie nos detendrá. Vivamos en confianza en medio del caos. Bendiciones.

Mi vida está en las manos de Dios°

Salmo 31:15 (VRV60). En tu mano están mis tiempos; líbrame de la mano de mis enemigos y de mis perseguidores.

Todos los que confían en el Señor y lo buscan de corazón reciben su amor y misericordia a cada momento. Dios quiere ser el centro tu vida, el principal motivo de confianza y adoración. Por eso hoy tendrás un día de gozo en el corazón, de felicidad y plenitud interior, porque el gozo del Señor es nuestra fortaleza. La mano de Dios ha tomado la tuya, como un padre toma la mano de su hijo y se ha propuesto llevarte al propósito de lo que Él ha planeado para ti en Cristo Jesús.

Jeremías 29:11-14. (VBLS). Mis planes para ustedes solamente yo los sé, y no son para su mal, sino para su bien. Voy a darles un futuro lleno de bienestar. Cuando ustedes me pidan algo en oración, yo los escucharé. Cuando ustedes me busquen, me encontrarán, siempre y cuando me busquen de todo corazón. Estaré con ustedes y pondré fin a su condición de esclavos. Los reuniré de todas las naciones por donde los haya dispersado, y los haré volver a Jerusalén. Les juro que así lo haré.

En el Salmo 16:5 (TLA) dice: “Tú eres mi Dios, eres todo lo que tengo; tú llenas mi vida y me das seguridad”. No hay nada mejor que podamos hacer con nuestras vidas que poner todo lo que somos y todo lo que tenemos bajo la protección de Dios en el nombre de Jesucristo. Él desea gobernarnos por completo, conoce lo que es mejor para nosotros, tiene el poder de protegernos de forma sobrenatural. Quiere ser parte de cada detalle de nuestra vida.

Necesitamos abrirles las puertas de par en par a la presencia de Dios en nuestras vidas y en nuestros hogares. No pongamos la confianza en personas o situaciones políticas o sociales, la bendición de una ciudad o nación viene porque Dios se agrada de ella. Cuando una persona o una nación toman un rumbo en contra de la voluntad de Dios se abren las puertas a Satanás y provoca una serie de males que traen dolor y sufrimiento. Por eso hoy decide confesar de corazón que Dios es todo para ti y vivir de esa manera.

Igualmente, jóvenes, estad sujetos a los ancianos; y todos, sumisos unos a otros, revestíos de humildad; porque: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes. Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo; echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros. 1 Pedro 5.5-7 (VRV60).

La mano de Dios es la mano protectora, es la mano del Padre que ama a su hijo y lo dirige por sendas correctas. El Señor nos da la sensación de paz y de tranquilidad, cuando caminamos por lugares donde nunca hemos transitado. Cuando habla de sujeción, cuando habla de humillarse bajo la mano de Dios, está diciendo: “confía en su poderosa mano porque Él sabe lo que hace, Él cuida de ti”.

Uno de los resultados de estar tomado de la mano de Dios es que no tengamos ansiedad y la ansiedad es el fruto de lo desconocido. Cuando uno tiene planes, metas, sueños, cuando uno quiere que algo suceda y no conoce lo que viene comienza una ansiedad. La ansiedad es el resultado de lo que desconocemos. También podemos decir que hay una ansiedad espiritual, una ansiedad producto de lo que no sabemos, de lo que esperamos y parece que se retarda, que no llega.

Todos nosotros muchas veces pasamos por circunstancias, donde necesitamos confiar en esa mano protectora que nos dice: “No temas, yo te llevo, yo te tomo por mi mano derecha y no te dejaré hasta que llegue y haga contigo aquello que me he propuesto hacer”.

La mano de Dios necesita tu sujeción. Necesita de que estés dispuesto a no soltarte, a tomarte de la mano de Él, aunque parezca que Él no está haciendo nada. Dios nunca jamás actuará en una forma contraria a la que dice su Palabra de que va a actuar. Dios nunca contradecirá lo que está escrito, y Él no quiere que te pierdas en tus propios errores, de que te extravíes en tus malas decisiones.

Su mano ha tomado la tuya y se ha unido a la tuya y se ha propuesto llevarte al destino, al propósito de lo que Él ha planeado para ti en Cristo Jesús. Él te dice que no temas, que no estés ansioso, te dice que esperes porque Él es tu Padre amoroso, que aunque te hayan dejado padre, madre, tíos, abuelos, esposo o esposa, aunque estés en la calle, Él dice: “Yo soy tu Padre que te ayuda, yo soy tu Padre que te sostiene, soy tu Padre que te guía a todo paso”.

Números 11:23. (VRV60). “Entonces Jehová respondió a Moisés: ¿Acaso se ha acortado la mano de Jehová? Ahora verás si se cumple mi palabra, o no”.

Háblele a su motivo de ansiedad, a su problema, a su gigante, a su fantasma, a su temor, a sus dudas y dígale: ¿Acaso se ha cortado la mano de Dios?

El Señor dice prepárate como dice el Salmo 23, estarás comiendo en frente de tus enemigos. Tus enemigos no te podrán tocar. Dios no dice que te sacará los enemigos, Dios no dice que no tendrás problemas, sino que dice que te sentarás a comer, que estarás bajo la provisión, que estarás bajo el cuidado, en medio de los enemigos y ellos no te podrán tocar: “Extenderás mesa delante de mí, en presencia de mis angustiadores. Unges mi cabeza con aceite, mi copa está rebosando”.

Esdras 8:22. (VRV60). “...La mano de nuestro Dios es para bien sobre todos los que le buscan; mas su poder y su furor contra todos los que le abandonan”. Cuando Dios te dice que su mano es confiable, realmente es confiable. La mano de Dios te llevará a todo lo bueno. La mano de Dios está contigo y Él quiere tu bien.

Jeremías 1:9. (VRV60). “Y extendió Jehová su mano y tocó mi boca, y me dijo Jehová: He aquí he puesto mis palabra en tu boca”.

La mano de Dios viene cuando Él cambia tu actitud y tu lenguaje. El Señor dice que cuando confías en su mano, Él cambia tu lenguaje. Ya no es tiempo de críticas, ya no es tiempo de hablar cosas que desaniman, no es tiempo de queja, de hablar de otros, sino que es tiempo de hablar bendición.

Romanos 12:1-2. (VDHH2002). Por tanto, hermanos míos, os ruego por la misericordia de Dios que os presentéis a vosotros mismos como ofrenda viva, consagrada y agradable a Dios. Este es el verdadero culto que debéis ofrecer. No viváis conforme a los criterios del tiempo presente; por el contrario, cambiad vuestra manera de pensar, para que así cambie vuestra manera de vivir y lleguéis a conocer la voluntad de Dios, es decir, lo que es bueno, lo que le es grato, lo que es perfecto.

Su mano va a cambiar tu forma de hablar, tu forma de proclamar las cosas. Si proclamabas desgracia, proclamabas temor, ahora su mano hará que hables palabras de fe. No proclames temor, no proclames ansiedad, proclama que el brazo de Jehová no se ha acortado y que Dios no se ha olvidado de ti, ni de tu casa.

Ezequiel 3:14. (VRV60). “Me levantó, pues, el Espíritu, y me tomó; y fui en amargura, en la indignación de mi espíritu, pero la mano de Jehová era fuerte sobre mí”.

El Señor le había encomendado a Ezequiel cierto ministerio, el cual sabía Dios que le iba a ser difícil, humanamente imposible. Sin embargo la Biblia dice que aunque Ezequiel estaba indignado, aunque no se sentía fuerte, aunque estaba en amargura de espíritu, la mano de Dios era fuerte sobre él.

Dios nos pide cosas que humanamente usted dice: “no estoy preparado para olvidar mi pasado, para perdonar a aquella persona que me estafó, que arruinó mi vida, no estoy preparado para enfrentar el mañana, no estoy preparado para enfrentar los problemas”, pero Él te dice: “La mano de Jehová será fuerte sobre ti”. En aquello que Dios ha puesto en tu mano, no temas porque Él está contigo para tomarte de la mano y llevarte a la meta. Hay fortaleza en Dios, hay victoria en Él.

Juan 10:28. (VRV60). “Y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano”. Él tiene tu nombre escrito en la palma de su mano. Él dice que ningún demonio, ninguna tribulación podrá arrebatarte de su mano. Nadie podrá arrebatarte de su mano.

La mano de Dios te promueve: “él te exaltará” (1 Pedro 5:6). Tarde o temprano usted alcanzará aquello por lo cual el Señor lo ha llamado. El Señor dice que te exaltará aunque eres débil, aunque no tienes fuerzas, pero estás tomado de la mano de Dios por lo tanto Él te va a promover. Ahora, en el reino de Dios para ser promovido primeramente muchas veces ocurre que uno da unos pasos hacia atrás.

Así sucedió con la vida de José cuando Dios le dio una visión de un liderazgo delante de sus padres y de sus hermanos y los hermanos lo tomaron por loco, por orgulloso, y lo vendieron, lo encerraron en un pozo y su vida fue poco a poco perdiendo el brillo de lo que parecía que una vez iba a ser el propósito de Dios. Sin embargo cuando parece que uno va para atrás, cuando uno está promovido por Dios no importa el tiempo que ha pasado, ni que parece que estás retrocediendo porque allí es donde Él se encargará de levantarte.

Daniel también fue probado en su fe, cuando se prohibió la adoración a todo otro Dios que no fuera Nabucodonosor. Daniel oraba tres veces por día y a causa de eso terminó en el foso de los leones. Pero el Señor lo sacó de allí, lo levantó y humilló a los que lo habían engañado, porque Dios promueve, Dios levanta y Dios avergüenza a aquellos que estaban esperando que las cosas te vayan bien, viendo que Él pone mesa en presencia de tus enemigos. Aunque parece que vas para atrás, es porque vas a ir para adelante.

Aunque parezca que el sueño, la visión se está demorando y parece que vas para atrás, pero el Señor te dice: “yo te voy a exaltar en presencia de tus angustiadores”.

La mano de Dios te protege, la mano de Dios da propósitos: Dios tiene un propósito para tu vida, Dios te creó para algo (Salmo 91).

Jeremías 29:11. (RVR60). “Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis”.

Dios dice: “mis pensamientos hacia ti son pensamientos de paz, y no de mal”. El enemigo quiso su mal, pero Jesús lo venció, lo ató. Si el enemigo le quiere hacer mal, le tiene que pedir permiso a su dueño, y su dueño es Jesucristo, el Hijo del Dios Viviente. Jesús pagó por usted y usted ha sido sellado con la sangre de Cristo. Dios nos lleva de su mano, para que conozcamos su perfecto plan.

Jeremías 1:5 (RVR60) dice: “antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones”.

Tú eres un regalo, eres un don, no eres un problema, no eres un quiste, no eres alguien en el mundo que lastima, que hiere. No eres un problema, sino que eres una bendición para este mundo, estás lavado, santificado y enviado para que sea bendición. Dios lo ha puesto en este mundo para bendecir a los demás.

1 Samuel 22:1-2 (RVR60). “Yéndose luego David de allí, huyó a la cueva de Adulam; y cuando sus hermanos y toda la casa de su padre lo supieron, vinieron allí a él. Y se juntaron con él todos los afligidos, y todo el que estaba endeudado, y todos los que se hallaban en amargura de espíritu, y fue hecho jefe de ellos; y tuvo consigo como cuatrocientos hombres”.

Todos estos hombres en algún momento pensaron, que la vida no se le iba a modificar jamás. Vivían en una realidad constante, unos afligidos, otros endeudados, otros rechazados, amargados, hasta que un día pasaron por una cueva donde estaba David huyendo por sus propios problemas y se encontraron con el ungido de Dios. Dice la Escritura que esa actitud de gente increíblemente dañada, herida, terminó cambiando, siendo transformada en gente valiente.

2 Samuel 23:8 en adelante nos habla de que esos hombres afligidos, endeudados, amargados, débiles, terminaron siendo valientes, porque se juntaron con el ungido de Dios. Y el propósito para ellos era tan grande que terminaron siendo valientes renombrados. Dios tiene grandes cosas para usted, porque desde el día en que se encontró con Jesús usted cambió de ser una persona amargada, endeudada, afligida, temerosa a ser un valiente, a ser un guerrero conquistador de Dios.

Tómese de la mano de Jesucristo y usted terminará siendo un valiente de Dios, una persona transformada para grandes cosas

Salmos 31. Tú eres quien me protege. Versión lenguaje actual. Himno de David.

Dios de Israel, tú eres un Dios justo; no me dejes pasar vergüenza. ¡Sálvame, pues confío en ti! Préstame atención, ven pronto a socorrerme. Protégeme como una enorme roca, rodéame como una alta muralla. ¡Tú eres la roca que me protege! ¡Tú eres la muralla que me salva! Guíame y dirígeme, pues así lo prometiste. No me dejes caer en la trampa que me han puesto mis enemigos; ¡tú eres mi protector! Tú eres un Dios fiel.

¡Sálvame! ¡Mi vida está en tus manos! Odio a los que adoran ídolos, pues éstos no sirven para nada; ¡pero yo en ti confío! Tu bondad me llena de alegría, pues me viste sufrir y me cuidaste, me libraste de mis enemigos, y me diste libertad. Dios mío, tenme compasión, pues estoy muy angustiado, siento dolor en todo el cuerpo y mis ojos ya no aguantan más. Toda mi vida he sufrido, toda mi vida he llorado; mi maldad me debilita, mis huesos no me sostienen.

Amigos y enemigos me ven como poca cosa; al verme en la calle se espantan y huyen de mí. Me tienen olvidado, como si ya me hubiera muerto; ¡parezco un vaso hecho pedazos! Mucha gente habla mal de mí, y hasta mí llegan sus chismes de que parezco un fantasma. Todos se han puesto en mi contra, y hasta quieren matarme. ¡Pero tú eres mi Dios! ¡En ti he puesto mi confianza! Mi vida está en tus manos; ¡sálvame de mis enemigos!, ¡sálvame de los que me persiguen! Yo estoy a tu servicio: ¡muéstrame tu buena voluntad! ¡Por tu gran amor, sálvame! Dios mío, mira que te estoy llamando; no me dejes pasar vergüenza. ¡Que pasen vergüenza los malvados! ¡Échalos a la tumba! ¡Calla a esos mentirosos, que me desprecian y me humillan! Tú eres muy bondadoso con la gente que te honra; a la vista de todo el mundo derramas tu bondad sobre los que en ti confían. Tu presencia los pone a salvo de los planes malvados; tú los proteges de la maldad como protege la gallina a sus pollitos.

¡Bendito seas, Dios mío! Cuando yo estuve en problemas me mostraste tu gran amor. Estaba yo tan confundido que hasta llegué a pensar que no querías ni verme. Pero a gritos pedí tu ayuda, y tú escuchaste mis ruegos. Ustedes, los que aman a Dios, ¡demuéstrenle su amor! Nuestro Dios protege a los que merecen su confianza, pero a los orgullosos les da su merecido. Todos ustedes, los que confían en Dios, ¡anímense y sean valientes!

Al decir, "en tu mano están mis tiempos", David estaba expresando simplemente su creencia de que todas las circunstancias de la vida están bajo dominio de Dios. Saber que Dios nos ama y tiene cuidado de nosotros nos permite mantenernos firme en nuestra fe a pesar de las circunstancias. Nos guarda de pecar tontamente al tomar los asuntos en nuestras propias manos o resentirnos por los tiempos de Dios.

La fe y la oración deben ir juntas, porque la oración de fe es la oración que prevalece. David entregó su alma a Dios en forma especial. Y con sus palabras, versículo 5, nuestro Señor Jesús dio su último aliento en la cruz, e hizo de su alma una ofrenda voluntaria por el pecado, entregando su vida como rescate. 

Pero aquí David es un hombre confundido y con problemas. Su mejor parte es su gran cuidado por su alma, por su espíritu. Muchos piensan que si están confundidos por sus asuntos mundanos y se multiplican sus preocupaciones, pueden ser excusados si descuidan su alma; pero somos los más interesados por cuidar de nuestra alma para que el hombre interior no sufra daño, aunque el hombre exterior se deshaga. La redención del alma es tan preciosa, que hubiera cesado para siempre, si Cristo no la hubiera emprendido.

Es probable que David compusiese este salmo cuando era perseguido por Saúl, ya sea en lo de Queilá, o en el desierto de Maón cuando Saúl iba por una ladera del monte, y David y los suyos iban por la otra (1 Samuel 23:13,26). Es una mezcla de plegarias, alabanzas y profesiones de confianza en Dios.

David expresa su gozosa confianza en Dios y, con esta confianza, ruega ser librado del apuro presente (v.1-8). Se queja de la deplorable condición en que se halla, pero sigue orando para que Dios se manifieste a favor de él y en contra de sus perseguidores (v.9-18). Concluye el salmo con alabanzas y expresiones de triunfo, dando gloria a Dios y animándose a sí mismo, y también a otros, a poner su confianza en Dios (v.19-24).

Habiendo confiado en la misericordia de Dios, uno se alegra y regocija en eso. Dios mira nuestra alma cuando estamos atribulados, para ver si se humilla por el pecado y mejora por la aflicción. Todo creyente enfrentará peligros y liberaciones, hasta que sea librado de la muerte, su postrer enemigo. Vemos que la fe y la oración deben ir de la mano. David, en su apuro, ora fervientemente a Dios para que le socorra y alivie; que, como Justo Juez, le libre de sus perseguidores, no sólo por misericordia, sino también por justicia. También ora que le libre cuanto antes, no sea que, si se demora demasiado su liberación, desfallezca su fe: «...líbrame pronto; sé tú mi roca fuerte y ciudadela para salvarme.» Dios es una ciudadela inexpugnable para los que ponen su confianza en El. Y añade (v.3): «...Por tu nombre me guiarás y me encaminarás.» Quienes están decididos a seguir la dirección de Dios, bien pueden orar con fe de que de cierto la han de conseguir.

En su oración, glorifica a Dios al repetir su profesión de total confianza en El y de absoluta dependencia de El: «En ti, oh Señor, he confiado, no en mí ni en ninguna otra criatura; no sea yo confundido jamás, no quede yo decepcionado por faltarme la ayuda que me has prometido» (v. 1). «Sé tú mi roca» (v.2); «Tú eres mi roca» (v.3). En virtud de la misma lógica de la fe, David dice a Dios (v.5): «En tus manos encomiendo mi espíritu», sabiendo que su vida y todos sus asuntos en este mundo estaban así en buenas manos. El hecho de que el Señor Jesucristo repitiese esa misma frase (Lucas 23:46) demuestra que tenía en su mente este salmo cuando se hallaba expirando en la cruz.

Desecha David toda complicidad con los idólatras, pues a ellos se refiere en el v.6: «Aborrezco a los que esperan en vanidades ilusorias (lit. ídolos de inutilidad).  Declara enfáticamente que Dios es su única esperanza (v.6): «Mas yo  en Señor he esperado» y, por eso, se goza y se alegra en su misericordia (v.7).

Se anima a conservar esta esperanza, basado en las experiencias que del favor de Dios ha tenido recientemente (v.7-8): «...Porque has visto mi aflicción, sabio, condescendiente y compasivo para darte cuenta del aprieto en que se hallaba tu siervo, has conocido mi alma en angustias, esto es, en estrechura, con tierno interés por mí. No me has dejado encerrado.

En los versículos anteriores, David había apelado a la justicia de Dios; aquí apela a su misericordia, pues su propia miseria es terrible, lo cual hace de su caso un objeto apropiado de la misericordia divina. Su queja del aprieto en que se encuentra (v. 9): «Ten misericordia de mí, oh Señor, porque estoy en angustia. Sus aflicciones le habían convertido en «varón de dolores».

Su confianza en Dios en medio de su aflicción. Todo aparecía oscuro y deprimente en derredor de él: «Mas yo en ti confío, oh Señor» (v.14), dice él. Eso es bastante para impedir que se hunda. Sus enemigos le habían despojado de la reputación que tenía entre los hombres, pero no le habían podido arrebatar su confianza en Dios. « Yo digo: Tú eres mi Dios, pues yo te he escogido por Dios mío, y tú me has prometido ser mi Dios.» «En tu mano están mis tiempos, mi destino y las circunstancias todas de mi vida» (v. 15). Si se une esto con lo de «tú eres mi Dios» (v. l4b), tenemos una fuente perfecta de consuelo. Si Dios tiene en sus manos nuestro destino, puede ayudarnos; y si es nuestro Dios, querrá ayudarnos; y entonces, ¿qué podrá desanimarnos?

Sus peticiones a Dios, con esa fe y esa confianza que muestra. Nuestras oportunidades y nuestras circunstancias están en las manos de Dios y, por consiguiente, El sabe cómo escoger lo mejor y más oportuno y conveniente para nuestra liberación; debemos, pues, estar dispuestos a esperar el tiempo que Dios tenga señalado. Cuando David tuvo a Saúl a merced de su mano en la cueva, los que estaban con David le dijeron: «He aquí el día de que te dijo Señor: He aquí que entrego a tu enemigo en tu mano, etc.» (1 Samuel 24:4). « ¡No!, vino a decir David, no ha llegado el día de mi liberación mientras ésta no pueda ser llevada a cabo sin pecado, y yo voy a esperar hasta ese día, pues ése será el tiempo de Dios, que es el mejor tiempo. »

Ahora pide David en especial que Dios tape la boca a los que reprochan y calumnian al pueblo de Dios (v. 18): «Enmudezcan los labios mentirosos, que profieren insolencias contra el justo, con soberbia y menosprecio»
David reconoce la bondad de Dios hacia su pueblo en general, Dios es bueno para todos (Salmo 145:9), pero es especialmente bueno para su pueblo Israel. Aquí son descritos como objeto especial de su bondad los que le temen y los que esperan en El, los que reverencian su majestad y dependen de su gracia.

David agradece a Dios la bondad que ha tenido para con él en, una preservación especial demanda una gratitud también especial. En el interior de David había temores (decía yo en mi inquietud), pero Dios le resultó mejor y más fiel que sus temores. Aunque flaqueaba la fe de David, no flaqueó la promesa de Dios: Pero tú oías la voz de mis ruegos. Menciona esta debilidad de su fe, para mejor poner de relieve la admirable fidelidad de Dios, haciendo así que resaltase como admirable la misericordia de Dios para con él.

Con ocasión de esto, exhorta y anima a todos los creyentes (v.23-24): Amad a Señor, todos vosotros sus santos. Aunque se supone que los fieles han de amar a su Dios, se les ha de exhortar a que le amen más y mejor, y a que den pruebas sinceras de tal amor. Con ese amor, y espoleados por la promesa de Dios de que les ha de guardar y recompensar, les anima a ser fuertes y valientes en el servicio del Señor (v.24): Esforzaos todos vosotros los que esperáis en Señor, y tome aliento vuestro corazón. 

Cualquiera que sean las dificultades que hayamos de enfrentar en nuestra vida, tomemos aliento en nuestro corazón, sabiendo que el Dios en quien esperamos, en quien confiamos, nos fortalecerá en Jesucristo y mediante esa confianza perseveremos en los caminos de Dios para llegar a nuestro destino eterno: el Padre Celestial, con la ayuda del Espíritu Santo. Bendiciones.

Prepárate para venir al encuentro de tu Dios°


Amos 4:12b. Prepárate para venir al encuentro de tu Dios.

Todos en algún momento nos preparamos para alguna ocasión o evento en especial, pero es necesario que podamos entender que más necesario es prepararnos para el día en que Dios, nuestro Creador, nos llame a rendir cuentas a cada uno de nosotros.

Animo, se fuerte y no desmayes en buscar agradar a Dios en todos tus caminos y en todos tus pensamientos, persevera, sin importar lo que se te presente en tu caminar por esta tierra, sin importar lo que los demás piensen de ti; lo mejor está por venir, no descuides tu salvación, ni tu relación con Dios tu Creador; el Señor también tiene el poder de sostenerte y ayudarte en el tiempo de la prueba y de la dificultad, sólo Dios es lo que importa, porque él tiene planes de bienestar para nosotros los que nos atrevamos a creer en su Presencia y su Palabra Eterna, Dios no ha cambiado, él es el mismo ayer, hoy y por todos los siglos.

Hebreos 9:27. Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio.

¿Te estás preparando para algo en especial, una meta, una etapa que cambiará tu vida en lo sentimental, en lo emocional, en lo intelectual, en lo laboral, en lo espiritual? ¿Vas a formar un hogar, vas a ser padre o madre, vas a hacer una carrera profesional, quieres entrar a alguna competencia deportiva, quieres conseguir dinero? ¿Te estás preparando para el día que partas de esta tierra, cuando mueras crees saber el destino de tu alma? ¿Es el cielo o el infierno tu morada final? ¿Qué estás haciendo para cuando Dios te llame a juicio? ¿Te estás preparando para ese día?

Zacarías 4:6. Entonces respondió y me habló diciendo: Esta es palabra de Jehová a Zorobabel, que dice: No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos.

Realmente no podemos prepararnos para Dios por nosotros mismos, es necesario reconocer en nuestras vidas que sin la presencia y la ayuda del Señor el Espíritu Santo nada podemos conseguir, solo vidas cargadas de religión y buenas intenciones, que al fin y al cabo no tienen repercusión en lo eterno. Es con la ayuda divina del Espíritu Santo y la vida divina que nos imparte en nuestros corazones, en nuestra alma y en nuestro espíritu que podemos ser dignos de poder estar en su presencia por la eternidad, si lo que realmente queremos es amar a Dios sobre todas las cosas.

Juan 14:15-16. Si me amáis, guardad mis mandamientos. Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.

En libro de Amos dice que la gente estaba tan metida en pecado que Dios decidió traer juicio. Tanto era el pecado del pueblo de Dios que ya no querían escuchar a los profetas.

Israel se enfrentaría al juicio de Dios a manos de los asirios, es decir, un juicio final que sería terrible. Este pasaje hace recordar que un día todo el pueblo de Dios será juzgado por sus obras. Es una cosa increíble cuando vemos que alrededor del planeta, la gente preparándose para todo menos para lo más importante. Desde que nacemos nuestros padres quieren prepararnos para algo en el futuro. Una cosa increíble es que la gente se prepara para un trabajo, las vacaciones, el retiro, y se olvidan de lo más importante.

En los días del profeta Amós Dios juzgó a Israel de varias maneras. Dios detuvo la lluvia. Él los juzgó por el hambre. Envió pestilencias. Destrozó sus campos y jardines con viento solano y moho. Él los juzgó por la espada. Y destruyó algunos de ellos como lo hizo con Sodoma y Gomorra. Pero ellos no se arrepintieron ante Dios. Continuaron rebelándose contra Él. Por fin Dios dijo que no enviaría más profetas como Sus mensajeros. En vez de enviar profetas, Dios dijo que Él Mismo vendría a juzgarlos.

La manera de Dios de tratar con hombres rebeldes y con las naciones es, al principio, persuadirlos tiernamente, con palabras suaves y amables. Repite esto muchas veces. Pero después de un tiempo Dios comienza a amenazarlos. Él les dice: “¿Por qué moriréis? ¿Por qué traerán la ruina sobre sí mismos?” Si estas palabras no tienen ningún efecto en ellos comienza a enviar juicios más duros. Ellos serán algo suave al principio. Pero poco a poco los juicios se harán cada vez más difícil de soportar. Al final, Dios les juzga a ellos con los golpes de un Amo cruel. Dios comienza a enviar profetas para advertirles – y termina luchando contra ellos con toda Su majestad y poder.

Amos 4. Oíd esta palabra, vacas de Basán, que estáis en el monte de Samaria, que oprimís a los pobres y quebrantáis a los menesterosos, que decís a vuestros señores: Traed, y beberemos. Jehová el Señor juró por su santidad: He aquí, vienen sobre vosotras días en que os llevarán con ganchos, y a vuestros descendientes con anzuelos de pescador; y saldréis por las brechas una tras otra, y seréis echadas del palacio, dice Jehová. Id a Bet-el, y prevaricad; aumentad en Gilgal la rebelión, y traed de mañana vuestros sacrificios, y vuestros diezmos cada tres días. Y ofreced sacrificio de alabanza con pan leudado, y proclamad, publicad ofrendas voluntarias, pues que así lo queréis, hijos de Israel, dice Jehová el Señor.

Os hice estar a diente limpio en todas vuestras ciudades, y hubo falta de pan en todos vuestros pueblos; mas no os volvisteis a mí, dice Jehová. También os detuve la lluvia tres meses antes de la siega; e hice llover sobre una ciudad, y sobre otra ciudad no hice llover; sobre una parte llovió, y la parte sobre la cual no llovió, se secó. Y venían dos o tres ciudades a una ciudad para beber agua, y no se saciaban; con todo, no os volvisteis a mí, dice Jehová. Os herí con viento solano y con oruga; la langosta devoró vuestros muchos huertos y vuestras viñas, y vuestros higuerales y vuestros olivares; pero nunca os volvisteis a mí, dice Jehová.

Envié contra vosotros mortandad tal como en Egipto; maté a espada a vuestros jóvenes, con cautiverio de vuestros caballos, e hice subir el hedor de vuestros campamentos hasta vuestras narices; mas no os volvisteis a mí, dice Jehová. Os trastorné como cuando Dios trastornó a Sodoma y a Gomorra, y fuisteis como tizón escapado del fuego; mas no os volvisteis a mí, dice Jehová.

Por tanto, de esta manera te haré a ti, oh Israel; y porque te he de hacer esto, prepárate para venir al encuentro de tu Dios, oh Israel. Porque he aquí, el que forma los montes, y crea el viento, y anuncia al hombre su pensamiento; el que hace de las tinieblas mañana, y pasa sobre las alturas de la tierra; Jehová Dios de los ejércitos es su nombre.

En estos tiempos la cosa empeora, las personas no quieren buscar agradar a Dios, no quieren escuchar las verdades del evangelio. Prefieren escuchar telenovelas, chistes sucios, chismes de la vecina. Otros no vienen a Cristo por miedo al que dirá el familiar. O porque simplemente quieren seguir gozando los placeres del mundo.

Muchas personas hoy en día se preparan para enfrentar la vida de acuerdo a sus medios, otros lo hacen en una universidad, otros buscan fama, fortuna, reconocimiento, algunos llegan hasta el punto de vender los valores morales, la ética y la honestidad con el fin de lograr sus metas y objetivos pero sin tener en cuenta a Dios, nuestro creador. Veamos lo que el Señor tiene que decirnos al respecto.

Isaías 30:8-13. Ve, pues, ahora, y escribe esta visión en una tabla delante de ellos, y regístrala en un libro, para que quede hasta el día postrero, eternamente y para siempre. Porque este pueblo es rebelde, hijos mentirosos, hijos que no quisieron oír la ley de Jehová; que dicen a los videntes: No veáis; y a los profetas: No nos profeticéis lo recto, decidnos cosas halagüeñas, profetizad mentiras; dejad el camino, apartaos de la senda, quitad de nuestra presencia al Santo de Israel.

Por tanto, el Santo de Israel dice así: Porque desechasteis esta palabra, y confiasteis en violencia y en iniquidad, y en ello os habéis apoyado; por tanto, os será este pecado como grieta que amenaza ruina, extendiéndose en una pared elevada, cuya caída viene súbita y repentinamente.

En nuestro diario caminar se nos presentan muchos retos, luchas, obstáculos, tentaciones, situaciones que tenemos que enfrentar y aprender de ellas a hacer lo bueno, pero debemos entender que nuestra gran meta, nuestro propósito verdadero como seres humanos es volver nuestro corazón al Creador y Salvador de nuestras almas, rendir nuestro corazón y nuestra voluntad a la Palabra de Dios; nuestra conciencia nos muestra lo que debemos pensar y hacer, es el Espíritu Santo quien nos guía a través de la Palabra de Dios y tiene el gran deseo de pastorearnos. Debemos hacer lo posible por entender los tiempos en que vivimos y hacer realmente lo que conviene frente a cada situación; vivir para Dios es lo más excelente que podemos obtener en nuestra existencia, no hay nada que se compare a esa situación.

Sin embargo, son muchas las personas que no quieren saber del verdadero Dios y desprecian la Palabra de Dios, sólo les interesa vivir de acuerdo a los criterios que imperan en el mundo y a sus deseos carnales y pecaminosos.

1 Juan 2. Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo. Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.

Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos. El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él; pero el que guarda su palabra, en éste verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado; por esto sabemos que estamos en él. El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo. Hermanos, no os escribo mandamiento nuevo, sino el mandamiento antiguo que habéis tenido desde el principio; este mandamiento antiguo es la palabra que habéis oído desde el principio.

Sin embargo, os escribo un mandamiento nuevo, que es verdadero en él y en vosotros, porque las tinieblas van pasando, y la luz verdadera ya alumbra. El que dice que está en la luz, y aborrece a su hermano, está todavía en tinieblas. El que ama a su hermano, permanece en la luz, y en él no hay tropiezo. Pero el que aborrece a su hermano está en tinieblas, y anda en tinieblas, y no sabe a dónde va, porque las tinieblas le han cegado los ojos.

Os escribo a vosotros, hijitos, porque vuestros pecados os han sido perdonados por su nombre. Os escribo a vosotros, padres, porque conocéis al que es desde el principio. Os escribo a vosotros, jóvenes, porque habéis vencido al maligno. Os escribo a vosotros, hijitos, porque habéis conocido al Padre. Os he escrito a vosotros, padres, porque habéis conocido al que es desde el principio. Os he escrito a vosotros, jóvenes, porque sois fuertes, y la palabra de Dios permanece en vosotros, y habéis vencido al maligno.

No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre. Hijitos, ya es el último tiempo; y según vosotros oísteis que el anticristo viene, así ahora han surgido muchos anticristos; por esto conocemos que es el último tiempo.

Debemos aprender de lo que está escrito en la Biblia sobre el pueblo de Israel y no tardar en arrepentirnos y mejorar nuestra forma de pensar y vivir antes de que sea demasiado tarde.

Mateo 16:26. Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?

2 Timoteo 3. También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita.

Porque de éstos son los que se meten en las casas y llevan cautivas a las mujercillas cargadas de pecados, arrastradas por diversas concupiscencias. Estas siempre están aprendiendo, y nunca pueden llegar al conocimiento de la verdad. Y de la manera que Janes y Jambres resistieron a Moisés, así también éstos resisten a la verdad; hombres corruptos de entendimiento, réprobos en cuanto a la fe. Mas no irán más adelante; porque su insensatez será manifiesta a todos, como también lo fue la de aquéllos.

Pero tú has seguido mi doctrina, conducta, propósito, fe, longanimidad, amor, paciencia, persecuciones, padecimientos, como los que me sobrevinieron en Antioquía, en Iconio, en Listra; persecuciones que he sufrido, y de todas me ha librado el Señor. Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución; mas los malos hombres y los engañadores irán de mal en peor, engañando y siendo engañados.

Pero persiste tú en lo que has aprendido y te persuadiste, sabiendo de quién has aprendido; y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús.

Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.

¿Será que tenemos con un corazón dispuesto como lo tuvo Josué y confesar y vivir de acuerdo a lo siguiente? 

Josué 24:14-18. Ahora, pues, temed a Jehová, y servidle con integridad y en verdad; y quitad de entre vosotros los dioses a los cuales sirvieron vuestros padres al otro lado del río, y en Egipto; y servid a Jehová. Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová. Entonces el pueblo respondió y dijo: Nunca tal acontezca, que dejemos a Jehová para servir a otros dioses; porque Jehová nuestro Dios es el que nos sacó a nosotros y a nuestros padres de la tierra de Egipto, de la casa de servidumbre; el que ha hecho estas grandes señales, y nos ha guardado por todo el camino por donde hemos andado, y en todos los pueblos por entre los cuales pasamos. Y Jehová arrojó de delante de nosotros a todos los pueblos, y al amorreo que habitaba en la tierra; nosotros, pues, también serviremos a Jehová, porque él es nuestro Dios.

¿Cuál será tu decisión a partir de este momento? ¿Quieres prepararte para encontrarte con Dios? ¿En dónde quieres pasar la eternidad? ¿Es Jesucristo tu Señor y Salvador?

Lucas 12:5. Pero os enseñaré a quién debéis temer: Temed a aquel que después de haber quitado la vida, tiene poder de echar en el infierno; sí, os digo, a éste temed.

Juan 3:36. El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él. 

1 Juan 5:12.  El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida. 

Juan 14:15.  Si me amáis, guardad mis mandamientos.  

Miqueas 6:8-9.  Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios. La voz de Jehová clama a la ciudad; es sabio temer a tu nombre. Prestad atención al castigo, y a quien lo establece. 

Bendiciones.