Nuestro deseo es que cada uno de los mensajes, así como cada uno de los ministerios y recursos enlazados, pueda ayudar como una herramienta al crecimiento, edificación y fortaleza de cada creyente dentro de la iglesia de Jesucristo en las naciones y ser un práctico instrumento dentro de los planes y propósitos de Dios para la humanidad. Cada mensaje tiene el propósito de dejar una enseñanza basada en la doctrina bíblica, de dar una voz de aliento, de edificar las vidas; además de que pueda ser adaptado por quien desee para enseñanzas en células o grupos de enseñanza evangelísticos, escuela dominical, en evangelismo personal, en consejería o en reuniones y servicios de iglesias.

Jesucristo nuestro libertador: liberados para liberar°


Juan 8:36  BAD. Así que si el Hijo os libera, seréis verdaderamente libres.

Fuimos diseñados y creados desde antes de la fundación del mundo para vivir y andar en la libertad que nos da nuestro Señor Jesucristo. Dios confió al hombre una de sus creaciones para que la gobernara, le entrego la tierra, con su reino animal, vegetal y mineral. Génesis 1:28. RV1960. Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra. Le entrego el huerto del Edén para que lo cuidara. Génesis 2:15 RV1960. Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase.


Pero hemos nacido en un mundo que fue entregado al diablo por la desobediencia a Dios de Adán y Eva en los comienzos de la humanidad; un mundo corrupto y lleno de tinieblas que está esclavizado por el diablo y sus demonios y que actúa en cada ser humano por la concupiscencia y el pecado arraigado en los corazones. Fue así como el hombre desde que peco en el Edén quedo bajo la paternidad espiritual de Satanás, Juan 8:44 RV1960. Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. El ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira.

Las consecuencias del pecado han sido muerte espiritual, prisiones y cadenas de maldad, ceguera espiritual, enfermedad, confusión, dolor, angustia, depresión, hambre y otras cosas semejantes a estas. De ahí que el Padre Celestial, aún desde antes de la fundación del mundo dispuso junto con su Unigénito Hijo Jesucristo y el Señor el Espíritu Santo, el plan de redención y libertad para la humanidad.

Juan 3:16. Traducción en lenguaje actual (TLA). Dios amó tanto a la gente de este mundo, que me entregó a mí, que soy su único Hijo, para que todo el que crea en mí no muera, sino que tenga vida eterna.

Romanos 5:8. Traducción en lenguaje actual (TLA). Pero Dios nos demostró su gran amor al enviar a Jesucristo a morir por nosotros, a pesar de que nosotros todavía éramos pecadores.

Jeremías 31:3. Nueva Traducción Viviente (NTV). Hace tiempo el Señor le dijo a Israel: Yo te he amado, pueblo mío, con un amor eterno. Con amor inagotable te acerqué a mí.   

1 Juan 4:19. Nueva Biblia al Día (NBD). Nosotros amamos a Dios porque él nos amó primero.

La libertad es parte esencial y constitutiva de la persona, un derecho inalienable de la naturaleza humana creada, apto para promover el crecimiento del hombre hacia su propio cumplimiento. En sentido teológico, libertad es la condición humana querida por el Creador para que Dios mismo pueda ser conocido por el hombre libre, es decir, por un sujeto auténtico y capaz de diálogo y de establecer relaciones con Dios y con los que le rodean.

Sin embargo cuando el hombre peco se convirtió en un ser derrotado. Perdió la honra y el dominio que Dios le otorgo sobre la creación. Perdió su huerto del Edén. Perdió el control sobre el mundo perfecto que Dios le entrego. Desde entonces Satanás tiene control de este mundo usando al hombre sin Dios como instrumento para ejercer maldad. 

1 Juan 5:19 RV1960. Sabemos que somos de Dios, y el mundo entero está bajo el maligno.

Vemos que la libertad es lo opuesto a la servidumbre o esclavitud ya sea física, moral o espiritual. El concepto bíblico de la libertad tiene como trasfondo la idea de la prisión o la esclavitud. Los gobernantes encarcelaban a aquellos que consideraban que obraban mal; una nación conquistada podía ser esclavizada por su conquistador; del mismo modo un prisionero de guerra podía serlo por quien lo capturaba; o también un individuo, como en el caso de José, podía ser vendido como esclavo.

Hebreos 2:14-18. Palabra de Dios para Todos (PDT). Los hijos de una familia son gente de carne y hueso, por eso Jesús se hizo de carne y hueso igual que ellos. Sólo así pudo morir y con su muerte derrotar al diablo, quien tenía el poder de la muerte. Jesús se hizo hombre para liberar a los hombres, quienes habían estado esclavizados toda la vida por temor a la muerte. Sabemos que Jesús vino a rescatar a los descendientes de Abraham, no a los ángeles. Por lo tanto, era necesario que Jesús fuera igual a sus hermanos en todo sentido. Se hizo como nosotros para poder ser sumo sacerdote fiel y compasivo en su servicio a Dios. De esta manera Jesús pudo ofrecer un sacrificio que quita los pecados de la gente. Jesús mismo sufrió y fue tentado, por eso puede ayudar a aquellos que son tentados.

Cuando la Biblia habla de la libertad siempre está implícita la idea de la esclavitud o prisión previas. Libertad significa el feliz estado de haber sido liberado de la servidumbre para una vida de gozo y satisfacción qué anteriormente no era posible. La idea de libertad aparece en las Escrituras en su aplicación secular común (Salmos 105:20. Nueva Traducción Viviente (NTV). Entonces el faraón mandó a buscarlo y lo puso en libertad; el gobernante de la nación le abrió la puerta de la cárcel); pero también recibe un importante aporte teológico que surgió de la comprensión, por parte de Israel, de que esa libertad que disfrutaba al haberse librado del yugo extranjero era un don que le había dado Dios. 

En el Nuevo Testamento la libertad se convierte en un importante concepto teológico para describir la salvación. El término se usa cuando se libran a esclavos o cautivos de servidumbre física o encarcelamiento, o al otorgar ciertos privilegios a alguno que está encarcelado. La libertad de la ley ceremonial  debe ser apreciada y protegida.

La esencia de la libertad cristiana no se basa en la libertad externa sino en el rescate de la esclavitud del pecado y de la corrupción interna a la cual lleva a la muerte eterna. Romanos 6:20-22. Dios Habla Hoy (DHH). Cuando ustedes todavía eran esclavos del pecado, no estaban al servicio de la justicia; pero ¿qué provecho sacaron entonces? Ahora ustedes se avergüenzan de esas cosas, pues sólo llevan a la muerte. Pero ahora, libres de la esclavitud del pecado, han entrado al servicio de Dios. Esto sí les es provechoso, pues el resultado es la vida santa y, finalmente, la vida eterna.

En el Antiguo Testamento, libertad es el programa que Dios quiere llevar a cabo sacando a Israel de la esclavitud de Egipto. En el éxodo Dios rescata la libertad de Israel y le da con ella la dignidad de pueblo, la identidad de compañero de alianza, en el respeto a la cual encontrará su bienestar y su futuro libre. A medida que crece la atención a esta relación de alianza entre Dios y su pueblo, se descubre que la verdadera libertad está en prestar oídos, en conocer, meditar y en poner en práctica la palabra de Dios

Deuteronomio 11:26. Dios Habla Hoy (DHH). En este día les doy a elegir entre bendición y maldición.

Jeremías 21:8. Nueva Biblia al Día (NBD). Y a este pueblo adviértele que así dice el Señor: Pongo delante de ustedes el camino de la vida y el camino de la muerte.

Estar privados del conocimiento de la libertad en Cristo es lo que equivale a ser esclavos del diablo. El Nuevo Testamento muestra el más alto grado de libertad en Jesucristo, que anuncia y establece el señorío soberanamente libre de Dios sobre el cosmos y sobre la historia, mostrándose superior a tradiciones y leyes. Pero su venida y el objetivo de la misma demuestran que el hombre está privado de la verdadera libertad. La predicación del evangelio del perdón de los pecados y de la vida eterna en el Reino de Dios hace de Cristo el anunciador de la verdadera libertad del hombre, la libertad trascendente y definitiva que viene de Dios.

Jesucristo nuestro libertador: La voluntad del Padre Celestial. Así como los israelitas necesitaban que Dios los liberara de la esclavitud de Egipto, así Cristo es nuestro Libertador de la esclavitud del pecado. La muerte expiatoria del pecado del hombre que sufre Cristo libremente y su resurrección a la vida gloriosa son el modo último, escogido por Dios, para rescatar al hombre del pecado y de la muerte que lo mantienen atado. No es la ostentación de poder, sino el camino de la humildad y de la obediencia a la palabra de Dios lo que produce la libertad del hombre.

La libertad conseguida no sólo rompe las ataduras precedentes, sino que hace a los hijos de Dios capaces y activos colaboradores de la obra de Dios. Esta libertad conquistada por Cristo es ciertamente superior a cualquier otro tipo de libertad, tanto política como social y económica. Así pues, teológicamente hablando, la libertad es la condición en que Dios ha creado al hombre en Jesucristo.

Romanos 11:26. Nueva Traducción Viviente (NTV). Y entonces todo Israel será salvo. Como dicen las Escrituras: El que rescata vendrá de Jerusalén y apartará a Israel de la maldad.

2 Corintios 3:17 NVI. Ahora bien, el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad.

Romanos 6:14 NVI. Así el pecado no tendrá dominio sobre ustedes, porque ya no están bajo la ley sino bajo la gracia.

La libertad cristiana. Un pueblo liberado, protegido, con propósito y vida eterna: la presencia del Espíritu Santo y su obra santificadora, regeneradora del Señor.

El ministerio público de nuestro Señor  Jesucristo fue de liberación. Él mismo lo inició proclamándose como el cumplimiento de Isaías 61:1-3. La Biblia de las Américas (LBLA). Buenas nuevas de salvación. El Espíritu del Señor Dios está sobre mí, porque me ha ungido el Señor para traer buenas nuevas a los afligidos; me ha enviado para vendar a los quebrantados de corazón, para proclamar libertad a los cautivos y liberación a los prisioneros; para proclamar el año favorable del Señor, y el día de venganza de nuestro Dios; para consolar a todos los que lloran, para conceder que a los que lloran en Sion se les dé diadema en vez de ceniza, aceite de alegría en vez de luto, manto de alabanza en vez de espíritu abatido; para que sean llamados robles de justicia, plantío del Señor, para que El sea glorificado.

Y como aparece en Lucas 4:16-2. La Biblia de las Américas (LBLA). Jesús en Nazaret. Llegó a Nazaret, donde se había criado, y según su costumbre, entró en la sinagoga el día de reposo, y se levantó a leer. Le dieron el libro del profeta Isaías, y abriendo el libro, halló el lugar donde estaba escrito: El Espíritu del Señor esta sobre mi, porque me ha ungido para anunciar el evangelio a los pobres. Me ha enviado para proclamar libertad a los cautivos, y la recuperación de la vista a los ciegos; para poner en libertad a los oprimidos; para proclamar el año favorable del Señor. Cerrando el libro, lo devolvió al asistente y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en El. Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura que habéis oído.

Había venido, dijo, a derrotar al “príncipe de este mundo”, al “hombre fuerte”, y a liberar a sus prisioneros; las sanidades y las liberaciones formaban parte de esta obra celestial. Cristo apeló a estos hechos como prueba positiva de la llegada del reino de Dios a los hombres.

Esta libertad, en todos sus aspectos, es un don de Cristo, quien por su muerte redimió a su pueblo de la esclavitud. Los que son liberados del gobierno del diablo se convierten en hijos de Dios y reciben el Espíritu Santo como Espíritu de adopción, que les asegura que realmente son hijos y herederos de Dios. La libertad espiritual es el resultado de la obra de regeneración del Espíritu, porque su presencia y obra interior produce libertad, dando una consciencia de libertad por medio de una relación personal con Dios.

Romanos 8. La Biblia de las Américas (LBLA). No hay condenación para los que creen.

Por consiguiente, no hay ahora condenación para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne sino conforme al Espíritu. Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús te ha libertado de la ley del pecado y de la muerte. Pues lo que la ley no pudo hacer, ya que era débil por causa de la carne, Dios lo hizo: enviando a su propio Hijo en semejanza de carne de pecado y como ofrenda por el pecado, condenó al pecado en la carne, para que el requisito de la ley se cumpliera en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. Porque los que viven conforme a la carne, ponen la mente en las cosas de la carne, pero los que viven conforme al Espíritu, en las cosas del Espíritu. Porque la mente puesta en la carne es muerte, pero la mente puesta en el Espíritu es vida y paz; ya que la mente puesta en la carne es enemiga de Dios, porque no se sujeta a la ley de Dios, pues ni siquiera puede hacerlo, y los que están en la carne no pueden agradar a Dios.

Viviendo según el Espíritu

Sin embargo, vosotros no estáis en la carne sino en el Espíritu, si en verdad el Espíritu de Dios habita en vosotros. Pero si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, el tal no es de El. Y si Cristo está en vosotros, aunque el cuerpo esté muerto a causa del pecado, sin embargo, el espíritu está vivo a causa de la justicia. Pero si el Espíritu de aquel que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros, el mismo que resucitó a Cristo Jesús de entre los muertos, también dará vida a vuestros cuerpos mortales por medio de su Espíritu que habita en vosotros.

Así que, hermanos, somos deudores, no a la carne, para vivir conforme a la carne, porque si vivís conforme a la carne, habréis de morir; pero si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis. Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, los tales son hijos de Dios. Pues no habéis recibido un espíritu de esclavitud para volver otra vez al temor, sino que habéis recibido un espíritu de adopción como hijos, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios, y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si en verdad padecemos con El a fin de que también seamos glorificados con El.

La gloria futura

Pues considero que los sufrimientos de este tiempo presente no son dignos de ser comparados con la gloria que nos ha de ser revelada. Porque el anhelo profundo de la creación es aguardar ansiosamente la revelación de los hijos de Dios. Porque la creación fue sometida a vanidad, no de su propia voluntad, sino por causa de aquel que la sometió, en la esperanza de que la creación misma será también liberada de la esclavitud de la corrupción a la libertad de la gloria de los hijos de Dios. Pues sabemos que la creación entera a una gime y sufre dolores de parto hasta ahora. Y no sólo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, aun nosotros mismos gemimos en nuestro interior, aguardando ansiosamente la adopción como hijos, la redención de nuestro cuerpo. Porque en esperanza hemos sido salvos, pero la esperanza que se ve no es esperanza, pues, ¿por qué esperar lo que uno ve? Pero si esperamos lo que no vemos, con paciencia lo aguardamos.

Victoriosos en Cristo

Y de la misma manera, también el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; porque no sabemos orar como debiéramos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles; y aquel que escudriña los corazones sabe cuál es el sentir del Espíritu, porque El intercede por los santos conforme a la voluntad de Dios. Y sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien, esto es, para los que son llamados conforme a su propósito. Porque a los que de antemano conoció, también los predestinó a ser hechos conforme a la imagen de su Hijo, para que El sea el primogénito entre muchos hermanos; y a los que predestinó, a ésos también llamó; y a los que llamó, a ésos también justificó; y a los que justificó, a ésos también glorificó.

Entonces, ¿qué diremos a esto? Si Dios está por nosotros, ¿quién estará contra nosotros? El que no eximió ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos concederá también con El todas las cosas? ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. ¿Quién es el que condena? Cristo Jesús es el que murió, sí, más aún, el que resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros. ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? Tal como está escrito: Por causa tuya somos puestos a muerte todo el día; somos considerados como ovejas para el matadero.

Pero en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Porque estoy convencido de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni lo presente, ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios que es en Cristo Jesús Señor nuestro.

Libertados para cumplir los planes y propósitos de Dios: comisionados para liberar.

Mateo 9:35-36 RV1960. Recorría Jesús todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo. Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor.

En su intensa labor ministerial, Jesús percibió la enorme necesidad que todas las personas presentaban y la falta de siervos dispuestos a llevarles las buenas nuevas de salvación. Por lo tanto, pidió a sus discípulos que oraran por obreros. Esto significa que en el liderazgo cristiano se necesitan personas dispuestas a sobrellevar las cargas de otros, ya que de allí se funda la verdadera compasión: hacer que la bendición de aceptar a Jesús en el corazón alcance a otros.

Reflexionemos si estamos conscientes de que estamos llamados a servir a Dios como ministros cristianos en estos últimos tiempos. Si es un sí, entonces trabajemos en nuestro interior para permitirle al Señor que forme en nosotros el carácter de Cristo, que nos llene de su Espíritu Santo, que nos llene de su perfecto amor y que nos dé un corazón sensible a su voz y enseñable a su Palabra, un corazón conforme al suyo.

El liderazgo cristiano proviene de la influencia y la identificación que se tiene con Cristo. Él es la fuente, la motivación que nos impele a imitarlo en lo que él hacía. El liderazgo cristiano bíblico y eficaz es seguir a un líder en función de la misión a cumplir. Un líder también es el que se acerca a las normas que más se identifican con el grupo en función de cumplir los planes y propósitos de Dios para la iglesia, las almas y la humanidad.

El liderazgo cristiano consiste en la habilidad de ganar consenso y compromiso  para los objetivos  comunes, los que se alcanzan mediante contribución y la satisfacción de toda la iglesia, más allá de los requisitos de la organización.  La Biblia nos muestra líderes en potencia en el Antiguo y Nuevo Testamento, en donde la palabra Líder no aparece y en cambio si las funciones de aquellos que tienen autoridad en el pueblo de Dios (ministros), como Reyes, Jueces, Profetas, Sacerdotes, Pastores, Maestros Etc.

La nuestra es una relación de amor con nuestro Padre celestial. Está basada en su amor incondicional hacia nosotros según lo expresó a través de su Hijo. Es una relación en la cual somos llamados a amarnos unos a otros: a nuestro prójimo, a nuestros enemigos. Guiar y ministrar como Jesús es siempre tratar de hacerlo motivado por el amor cuando aprovechamos nuestra influencia sobre los pensamientos, el comportamiento y el desarrollo de los demás.


Isaías 61:4-11. Nueva Traducción Viviente (NTV). Reconstruirán las ruinas antiguas, reparando ciudades destruidas hace mucho tiempo. Las resucitarán, aunque hayan estado desiertas por muchas generaciones. Los extranjeros serán sus siervos; alimentarán a los rebaños de ustedes, ararán sus campos     y cuidarán de sus viñedos. Ustedes serán llamados sacerdotes del Señor, ministros de nuestro Dios.

Se alimentarán de los tesoros de las naciones y se jactarán de sus riquezas. Disfrutarán de una doble honra en lugar de vergüenza y deshonra. Poseerán una doble porción de prosperidad en su tierra, y una alegría eterna será suya. «Pues yo, el Señor, amo la justicia; odio el robo y la fechoría. Recompensaré fielmente a mi pueblo por su sufrimiento y haré un pacto eterno con él. Sus descendientes serán reconocidos y honrados entre las naciones.


Todo el mundo se dará cuenta de que es un pueblo al que el Señor ha bendecido». ¡Me llené de alegría en el Señor mi Dios! Pues él me vistió con ropas de salvación y me envolvió en un manto de justicia. Soy como un novio vestido para su boda o una novia con sus joyas. El Señor Soberano mostrará su justicia a las naciones del mundo. ¡Todos lo alabarán! Su justicia será como un huerto a comienzos de la primavera, cuando brotan las plantas por todas partes.

Lo que Dios espera de cada uno de nosotros, de quienes hemos aceptado el señorío de Jesucristo, es que aceptemos el llamado de ir y ministrar la Palabra de Dios y que sea conocido y manifestado el reino de los cielos en medio de nosotros a través de nuestro estilo de vida, en el lugar en dónde seamos comisionados, haciendo uso de los dones que nos han sido dados para administrar.

Bendiciones.

La verdadera navidad es Jesucristo°


Isaías 9:6-7. Traducción en lenguaje actual (TLA). Nos ha nacido un niño, Dios nos ha dado un hijo: a ese niño se le ha dado el poder de gobernar; y se le darán estos nombres: Consejero admirable, Dios invencible, Padre eterno, Príncipe de paz. Él se sentará en el trono de David, y reinará sobre todo el mundo y por siempre habrá paz. Su reino será invencible, y para siempre reinarán la justicia y el derecho. Esto lo hará el Dios todopoderoso por el gran amor que nos tiene.

Esta es verdaderamente una de las profecías más asombrosas jamás dadas. Sin duda, en referencia al nacimiento prometido a María, de Emanuel – “Por tanto, el Señor mismo os dará señal: Isaías 7:14. Nueva Traducción Viviente (NTV). Muy bien, el Señor mismo les dará la señal. ¡Miren! ¡La virgen concebirá un niño! Dará a luz un hijo y lo llamarán Emanuel (que significa “Dios está con nosotros”).


Emanuel es el nombre terrenal elegido por Dios para su Hijo y retrata el carácter del Niño, que significa “Dios con nosotros” o “Dios está entre nosotros.” Ahora, Isaías describe los nombres divinos que sólo pueden ser verdaderos de Dios – Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz. Se presenta la persona del Mesías como el de un hombre, porque él era un descendiente de David, pero Él era Dios también.

Porque un niño nos es nacido: El propósito de la venida de Cristo fue para “nosotros” en beneficio de todos aquellos que lo aceptan como su Señor y Salvador. Isaías vio la oscuridad y la tristeza de la nación, y vio también el Hijo que nacería para eliminar esa oscuridad, e iluminar al mundo.

Hijo nos es dado: Desde la eternidad Dios planeó para “dar” a su Hijo como propiciación por nuestros pecados. Jesús es el Hijo de Dios y Él existió eternamente como el Hijo. El Mesías es muchas veces representado como habiendo sido dado o enviado, o como el regalo de Dios, como se señala en los siguientes textos bíblicos:

Hechos 4:12. Traducción en lenguaje actual (TLA). Sólo Jesús tiene poder para salvar. Sólo él fue enviado por Dios, y en este mundo sólo él tiene poder para salvarnos.

Juan 3:16. Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy (NBLH). El Amor de Dios. “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a Su Hijo unigénito (único), para que todo aquél que cree en El, no se pierda, sino que tenga vida eterna.

Efesios 1:22. Nueva Traducción Viviente (NTV). Dios ha puesto todo bajo la autoridad de Cristo, a quien hizo cabeza de todas las cosas para beneficio de la iglesia.

Juan 17:4. Nueva Traducción Viviente (NTV). Yo te di la gloria aquí en la tierra, al terminar la obra que me encargaste.

El Mesías era preeminentemente el regalo de Dios para nosotros. El hombre no tenía ningún derecho sobre Él, y Dios dio voluntariamente Su Hijo como sacrificio por los pecados del mundo.

Él muestra y nos dice qué pensar y cómo vivir, y Él nunca se equivoca, porque en él se encuentran. Colosenses 2:3. Traducción en lenguaje actual (TLA). Todas las riquezas de la sabiduría y del conocimiento se encuentran presentes en Cristo. El testimonio, incluso de sus enemigos, fue que “¡jamás hombre alguno ha hablado como este hombre!” Juan 7:46. Nueva Traducción Viviente (NTV). —¡Jamás hemos oído a nadie hablar como él! —contestaron los guardias.

Y se llamará su nombre… Dios fuerte: La pregunta que pueda surgir es cómo el Hijo también podría ser “El Padre eterno.” En realidad, esta frase también podría ser traducido como “Padre de la eternidad”, que nos recuerda que el Hijo eterno fue el Creador del tiempo, así como del espacio y la materia y de hecho, de todas las cosas.

Juan 1:1-3. Nueva Traducción Viviente (NTV). Cristo, la Palabra eterna. En el principio la Palabra ya existía. La Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios. El que es la Palabra existía en el principio con Dios. Dios creó todas las cosas por medio de él, y nada fue creado sin él.

Colosenses 1:15-16. Nueva Traducción Viviente (NTV). Cristo es supremo. Cristo es la imagen visible del Dios invisible. Él ya existía antes de que las cosas fueran creadas y es supremo sobre toda la creación porque, por medio de él, Dios creó todo lo que existe en los lugares celestiales y en la tierra. Hizo las cosas que podemos ver y las que no podemos ver, tales como tronos, reinos, gobernantes y autoridades del mundo invisible. Todo fue creado por medio de él y para él.

En el insondable, y sin embargo glorioso misterio de la Trinidad, el Señor Jesús señaló también que “Yo y el Padre uno somos” (Juan 10:30). Él es Dios Todopoderoso “porque en Él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad.” (Colosenses 2:9)

Y se llamará su nombre… Padre eterno: Destacando su deidad absoluta y eterna, así como su omnipotencia y la unidad del Padre y del Hijo en la Divina Trinidad.

Y se llamará su nombre… Príncipe de Paz: Lo que indica que Él es el primer líder que traerá verdadera paz al mundo. Él es el gran Pacificador (Mateo 5:9), “haciendo la paz mediante la sangre de Su cruz”. (Colosenses 1:20)

Jesús trae la paz de la mente a sus seguidores porque el Señor Jesús “guardará en completa paz a aquel cuyo pensamiento en Él persevera; porque en Él ha confiado” (Isaías 26:3). Y cuando Él regresa, Él traerá la paz al mundo como “Príncipe de Paz”, porque la paz va a caracterizar su reinado sobre la tierra.

Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto. (Isaías 9:7)

Durante  este  tiempo de año,  déjenos  reflejar  que  Dios  mismo  es  el  gran  signo  a  Israel  y a todo el mundo. La actitud de hombres y mujeres a  Dios,  en  Cristo,  es que  revelan  el  estado  de  sus  corazones y sellan su eterno destino, si a la vida eterna o para siempre separado de Dios. Confiamos que usted tomará una decisión para Jesucristo y vida eterna.

En esta época de tanto consumismo, fiestas y distracciones, apartemos un momento para enfocarnos en la verdadera razón de tanto festejo: "Pongamos toda nuestra atención en Jesús, pues de él viene nuestra confianza, y es él quien hace que confiemos cada vez más y mejor. Jesús soportó la vergüenza de morir clavado en una cruz porque sabía que, después de tanto sufrimiento, sería muy feliz. Y ahora se ha sentado a la derecha del trono de Dios." Hebreos 12:2 (Traducción Lenguaje Actual)

La buena noticia nos enseña que Dios acepta a los que creen en Jesús. Como dice la Biblia: "Aquellos a quienes Dios ha aceptado y confían en él, vivirán para siempre". Romanos 1:17 (TLA) "Pero aunque no lo podamos ver, confiamos en él." 2 Corintios 5:7 (TLA) "Porque a Dios no le gusta que no confiemos en él. Para ser amigos de Dios hay que creer que él existe, y que sabe premiar a los que buscan su amistad." Hebreos 11:6 (TLA) Jesús te conoce, Él sabe cómo te sientes el día de hoy, recuerda que Él dijo: "Mis seguidores me conocen, y yo también los conozco a ellos. Son como las ovejas, que reconocen la voz de su pastor, y él las conoce a ellas. Mis seguidores me obedecen, y yo les doy vida eterna; nadie me los quitará. Juan 10:27-28 (TLA)

"Pero el que beba del agua que yo doy nunca más tendrá sed. Porque esa agua es como un manantial del que brota vida eterna." Juan 4:14 "Les aseguro que el que cree en mí tendrá vida eterna." Juan 6:47 (TLA) "También sabemos que el Hijo de Dios ha venido y nos ha dado entendimiento para que conozcamos al Dios verdadero. Y estamos con el Verdadero, con su Hijo Jesucristo. Éste es el Dios verdadero y la vida eterna." 1 Juan 5:20 (NVI)

Por esto, y por muchas cosas más, tenemos varias razones para cantar como lo hicieron los ángeles en Belén aquella gloriosa noche: «Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz a los que gozan de su buena voluntad.» Lucas 2.14 (NVI).

Les quiero narrar una historia con semejanza de lo que Dios hizo por nosotros a través de nuestro Señor Jesucristo.

Érase una vez un hombre que no creía en Dios. No tenía reparos en decir lo que pensaba de la religión y de las festividades religiosas, como la Navidad.  Su mujer, en cambio, era creyente y criaba a sus hijos en la fe en Dios y en Jesucristo, a pesar de los comentarios desdeñosos de su marido. Una Nochebuena en que estaba nevando, la esposa se disponía a llevar a los hijos al oficio navideño de la parroquia de la localidad agrícola donde vivían. Le pidió al marido que los acompañara, pero él se negó. -¡Qué tonterías! -arguyó-. ¿Por qué Dios se iba a rebajar a descender a la Tierra adoptando la forma de hombre? ¡Qué ridiculez! Los niños y la esposa se marcharon y él se quedó en casa. Un rato después, los vientos empezaron a soplar con mayor intensidad y se desató una ventisca. Observando por la ventana, todo lo que aquel hombre veía era una cegadora tormenta de nieve. Y decidió relajarse sentado ante la chimenea.

Al cabo de un rato, oyó un gran golpe; algo había golpeado la ventana. Luego, oyó un segundo golpe fuerte. Miró hacia afuera, pero no logró ver a más de unos pocos metros de distancia. Cuando empezó a amainar la nevada, se aventuró a salir para averiguar qué había golpeado la ventana. En un campo cercano descubrió una bandada de gansos salvajes. Por lo visto iban camino al sur para pasar allí el invierno, y se vieron sorprendidos por la tormenta de nieve y no pudieron seguir. Perdidos, terminaron en aquella finca sin alimento ni abrigo. Daban aletazos y volaban bajo en círculos por el campo, cegados por la borrasca, sin seguir un rumbo fijo. El agricultor dedujo que un par de aquellas aves habían chocado con su ventana. Sintió lástima de los gansos y quiso ayudarlos. -Sería ideal que se quedaran en el granero -pensó-. Ahí estarán al abrigo y a salvo durante la noche mientras pasa la tormenta. 

Dirigiéndose al establo, abrió las puertas de par en par. Luego, observó y aguardó, con la esperanza de que las aves advirtieran que estaba abierto y entraran. Los gansos, no obstante, se limitaron a revolotear dando vueltas. No parecía que se hubieran dado cuenta siquiera de la existencia del granero y de lo que podría significar en sus circunstancias. El hombre intentó llamar la atención de las aves, pero solo consiguió asustarlas y que se alejaran más.

Entró a la casa y salió con algo de pan. Lo fue partiendo en pedazos y dejando un rastro hasta el establo. Sin embargo, los gansos no entendieron. El hombre empezó a sentir frustración. Corrió tras ellos tratando de ahuyentarlos en dirección al granero. Lo único que consiguió fue asustarlos más y que se dispersaran en todas direcciones menos hacia el granero. Por mucho que lo intentara, no conseguía que entraran al granero, donde estarían abrigados y seguros. -¿Por qué no me seguirán? -exclamó- ¿Es que no se dan cuenta de que ese es el único sitio donde podrán sobrevivir a la nevada? Reflexionando por unos instantes, cayó en la cuenta de que las aves no seguirían a un ser humano. -Si yo fuera uno de ellos, entonces sí que podría salvarlos -dijo pensando en voz alta.

Seguidamente, se le ocurrió una idea. Entró al establo, agarró un ganso doméstico de su propiedad y lo llevó en brazos, paseándolo entre sus congéneres salvajes. A continuación, lo soltó. Su ganso voló entre los demás y se fue directamente al interior del establo. Una por una, las otras aves lo siguieron hasta que todas estuvieron a salvo. El campesino se quedó en silencio por un momento, mientras las palabras que había pronunciado hacía unos instantes aún le resonaban en la cabeza: -Si yo fuera uno de ellos, ¡entonces sí que podría salvarlos! Reflexionó luego en lo que le había dicho a su mujer aquel día: -¿Por qué iba Dios a querer ser como nosotros?

De pronto, todo empezó a cobrar sentido. Entendió que eso era precisamente lo que había hecho Dios. Diríase que nosotros éramos como aquellos gansos: estábamos ciegos, perdidos y a punto de perecer. Dios hizo que Su Hijo se volviera como nosotros a fin de indicarnos el camino y, por consiguiente, salvarnos. El agricultor llegó a la conclusión de que ese había sido ni más ni menos el objeto de la Natividad.

Cuando amainaron los vientos y cesó la cegadora nevada, su alma quedó en quietud y meditó en tan maravillosa idea. De pronto comprendió el sentido de la Navidad y por qué había venido Cristo a la Tierra. Junto con aquella tormenta pasajera, se disiparon años de incredulidad. Hincándose de rodillas en la nieve, elevó su primera plegaria: "¡Gracias, Señor, por venir en forma humana a sacarme de la tormenta!"

Ya que hemos recibido la revelación acerca de la salvación que viene de parte de Dios para nosotros, es importante también entender que es necesario que todo aquel que crea que Jesucristo es Dios y Señor de toda la creación y además le reciba dentro de su corazón va a ser una nueva criatura por el Espíritu Santo como nos lo enseña la Biblia.

En Dios tenemos esperanza, salvación, vida eterna, perdón de pecados, compasión, misericordia, restauración, sanidad de nuestra alma, sanidad de nuestras emociones, sanidad de nuestro cuerpo, provisión, dones y un ministerio entre otras muchas bendiciones para quienes hemos creído a su Palabra y que somos enseñados por su Espíritu Santo para llegar a nuestro destino eterno que estar por siempre ante la presencia de Dios Padre.

2 Corintios 5:17. (PDT). Si alguien está unido a Cristo, hay una nueva creación. Lo viejo ha desaparecido y todo queda renovado.

¿Qué significa ser nueva criatura en Cristo?, en el momento en el que creemos en Cristo, hay una transformación espiritual, ¡todo cambia! Es cuestión de fe no de vista. El paso más grande de fe que podemos tomar en nuestras vidas es creer lo que Dios dice acerca de quién es Jesucristo y aceptarle como nuestro Señor y Salvador. La experiencia con Jesús nos transforma por completo. Hay hombres en la Biblia que fueron transformados al tener un encuentro con Jesús.

Vemos por ejemplo, a Pedro, que luego de su conversión aún su sombra sanaba a los enfermos. Juan, se convirtió en el apóstol del amor. La mujer samaritana, se convirtió en testigo de la verdad luego del encuentro con Jesús en el pozo. Saulo, el cruel perseguidor de los cristianos, se convirtió en Pablo, uno de los misioneros que más aportó a la difusión del Evangelio de Jesucristo. Estos y otros más, no volvieron a ser los mismos luego de su encuentro con Jesús.

La nueva vida en Cristo significa cambiar de actitud frente a la manera actual de pensar y actuar. En Cristo la vida tiene una nueva dimensión y una calidad de vivirla. Esta nueva vida comienza desde el momento en que creemos en Cristo y le aceptamos como nuestro Señor y Salvador, reconociendo nuestras faltas y arrepintiéndonos de corazón.

Este nuevo estado de nuestra vida es un nuevo estilo de vida, donde en nuestro ser no puede haber cabida para Dios y para el diablo a la vez. Decimos juntamente con el apóstol Pablo: “Para mí el vivir es Cristo” “Ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí” (Filipenses 1:21; Gálatas 2:20b). Ahora bien, si Cristo vive en mí, entonces debemos tener el mismo sentir de Él, como lo señala Pablo en su carta a los Filipenses (Filipenses 2:5). Es tener sentimientos de amor, de bondad, humildad y compasión por los demás. Bendiciones.

Volviéndonos a Dios°


2 Timoteo 3. Nueva Traducción Viviente (NTV). 1:1-5. Peligros de los últimos días. Timoteo, es bueno que sepas que, en los últimos días, habrá tiempos muy difíciles. Pues la gente solo tendrá amor por sí misma y por su dinero. Serán fanfarrones y orgullosos, se burlarán de Dios, serán desobedientes a sus padres y malagradecidos. No considerarán nada sagrado. No amarán ni perdonarán; calumniarán a otros y no tendrán control propio. Serán crueles y odiarán lo que es bueno. Traicionarán a sus amigos, serán imprudentes, se llenarán de soberbia y amarán el placer en lugar de amar a Dios. Actuarán como religiosos pero rechazarán el único poder capaz de hacerlos obedientes a Dios. ¡Aléjate de esa clase de individuos! 

El amor y la compasión de Dios prevalecen por la eternidad en medio de su pueblo, a pesar de lo que somos; su fidelidad y sus promesas reveladas en la Biblia son eternas para quienes hemos aceptado a nuestro Señor Jesucristo como Salvador y Rey; prevalecen aún en medio de las circunstancias, prevalecen en medio de cada situación en la que vivimos, prevalecen aún en medio de nuestras decisiones, sean buenas o sean malas.

Lo que espera Dios de nosotros es que volvamos a él con todo nuestro ser, espera que dejemos todo camino de pecado por nuestro propio bien. Cada momento que transcurre en todas las naciones, la maldad y el pecado aumentan de una manera vertiginosa; las personas a lo malo le llaman bueno, y a lo malo le dicen bueno, se han perdido los valores morales y éticos básicos de la sociedad, al punto que el homosexualismo de hombres y mujeres es aceptado y apoyado por leyes en diferentes naciones, asesinatos, incestos, fornicación, adulterio, orgías, pornografía, violaciones, robos, mentiras, en fin toda clase de pecado se ha desbordado, los medios masivos de comunicación promueven todo esto.

Aunque todo esto es necesario que acontezca para que los cumplimientos proféticos sucedan, como lo son el rapto de la iglesia, los siete años de las bodas del Cordero de Dios en el cielo, los siete años de la gran tribulación en la tierra, la segunda venida de nuestro Señor Jesucristo, el comienzo del milenio en la tierra y otros eventos escatológicos, es imperativo que quienes tienen la presencia de Cristo en sus corazones, quienes posean el conocimiento de Dios y mantengan una conciencia de la santidad y la presencia del Espíritu Santo en sus vidas, se manifiesten a todos aquellos que los rodean en cada lugar dónde nos encontremos, que brillemos en medio de las tinieblas en las que viven muchas personas, para que el poder de Salvación fluya como como ríos de aguas vivas, como está revelado y escrito en la Biblia, es momento de mantenernos firmes y perseverar en el llamado de Dios.

Daniel 12:1-3. Traducción en lenguaje actual (TLA). Los días finales. En ese tiempo aparecerá Miguel, que es jefe de los ángeles y defensor de Israel. Serán días de grandes preocupaciones, como no las ha habido desde que Dios creó este mundo. Cuando llegue el momento, Dios pondrá a salvo a todos los de tu pueblo. Ya el nombre de ellos está escrito en el libro de la vida. Ese día volverán a vivir muchos de los que ya han muerto. Unos se levantarán de la tumba para vivir para siempre, pero otros volverán a vivir para sufrir por siempre la vergüenza y el horror. Pero los maestros sabios, que enseñaron a muchos a andar por el buen camino, brillarán para siempre como las estrellas del cielo.      

Veamos a través del libro de Oseas capítulo cuatro un paralelo con el pueblo de Dios para los días que estamos viviendo. Comienza la serie de amenazas y promesas, advirtiendo que son "Palabra de Dios". Los más graves pecados invaden el país. Los responsables son los sacerdotes, que, lejos de instruir al pueblo y apartarlo de los pecados, no tenían inconveniente en que estos aumentaran; ello suponía inmolación de mayor número de víctimas, de las que ellos obtenían provecho (Levítico 6,9-22). Los versos 11-14 revelan el grado de infidelidad religiosa y moral a que habían llegado los israelitas. Las "colinas" y "bosques frondosos"  eran los lugares en que estaban instalados los santuarios cananeos.

Los versos 15-19 contienen una advertencia a Judá para que no imite la conducta de Israel. Bet-Avén es Betel (casa de Dios), que ha venido a llamarse Bet-Avén (casa de vanidad). Se trata de un mote de carácter despectivo.
 
En esa época habían dos tipos de pecado caracterizaban al pueblo: primero carecían de los elementos básicos de una ética social y segundo violaban los principales mandamientos. Y en lo que se refiere al Conocimiento de Dios: Se refiere al íntimo compañerismo con él, más que a un conocimiento de la naturaleza divina. Ellos habían rechazado la relación con Dios y esto ocasionaría su destrucción. Esto lo apreciamos en la Palabra de Dios para estos tiempos antes del fin del mundo.

2 Timoteo 3:6-9. Nueva Traducción Viviente (NTV). Pues son de los que se las ingenian para meterse en las casas de otros y ganarse la confianza de mujeres vulnerables que cargan con la culpa del pecado y están dominadas por todo tipo de deseos. (Dichas mujeres siempre van detrás de nuevas enseñanzas pero jamás logran entender la verdad). Estos «maestros» se oponen a la verdad, tal como Janes y Jambres se opusieron a Moisés. Tienen la mente depravada, y una fe falsa; pero no se saldrán con la suya por mucho tiempo. Algún día, todos se darán cuenta de lo tontos que son, tal como pasó con Janes y Jambres.

Hoy en día son muchos los que piensan que con tener cualquier clase de religión, o que con sólo creer en Dios o asistir a determinada iglesia, o a determinada denominación ya tienen derechos en los cielos y la salvación de sus almas, pero la Palabra de Dios es muy clara respecto de este asunto en cuanto que, sólo quien de verdad entregue su corazón al Señor Jesucristo y viva de esa manera, lo está amando como está escrito y revelado en el evangelio de Juan 14:15 RV60. Si me amáis guardad mis mandamientos. Nuestro deber diario es confrontarnos con la palabra de Dios y hacer correctivos para obedecerla. Hebreos 4:12. La Biblia de las Américas. Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que cualquier espada de dos filos; penetra hasta la división del alma y del espíritu, de las coyunturas y los tuétanos, y es poderosa para discernir los pensamientos y las intenciones del corazón. 

En el primer versículo de este capítulo, el Señor confrontó a Israel con el hecho de que no tenían conocimiento de Él. Leamos este primer versículo de este cuarto capítulo de Oseas:

"Oíd la palabra del Señor, hijos de Israel, porque el Señor contiende con los moradores de la tierra, pues no hay verdad, ni misericordia, ni conocimiento de Dios en la tierra."

Él dijo aquí tres cosas; que no había misericordia, que no había verdad y que no había conocimiento de Dios en aquella tierra. Aquel pueblo tenía el cerebro lavado por su idolatría. Aunque Dios los había instruido para que tuvieran amor y practicaran la misericordia, ya no expresaban su compasión de ninguna manera. El Señor les había dicho en el libro de Levítico capítulo 19, versículo 10, No rebuscarás tu viña ni recogerás el fruto caído de tu viña; para el pobre y para el extranjero lo dejarás. Yo, el Señor, vuestro Dios. En otras palabras, Él les había dicho: "Esta es la forma en que yo cuido a los pobres, y vosotros también tenéis que hacer lo mismo". ¿Por qué? El pueblo había olvidado aquellas antiguas palabras. Es que no había un conocimiento de Dios en el país, y ya no eran misericordiosos, compasivos con los necesitados. Es posible que hubiera mucha religiosidad, pero sin un conocimiento real de Dios.

Y ahora vemos que ellos estaban quebrantando los Diez Mandamientos; en el versículo 2, de este capítulo 4 de Oseas leemos:

"El perjurio y la mentira, el asesinato, el robo y el adulterio prevalecen, y se comete homicidio tras homicidio."

Al cometer cada uno de estos pecados, estaban quebrantando los Diez Mandamientos de la ley de Dios. Usted puede ver por sí mismo lo que dice el capítulo 20 de Éxodo: No hablarás contra tu prójimo falso testimonio. No matarás. No hurtarás. No cometerás adulterio. Y todos estos pecados estaban siendo cometidos incluso entre familiares.

Quisiéramos aclarar ahora un punto importante en relación con este tema. Dios les dio los Diez Mandamientos, que eran sólo una parte de la ley de Moisés, a la nación de Israel, pero en ellos, Dios expresó Su voluntad.

La iglesia hoy no está bajo los Diez Mandamientos como si éstos fueran un camino de salvación, o una manera de vivir la vida cristiana; pero esto no significa que podemos quebrantar los mandamientos; simplemente significa que Él nos ha llamado a un nivel más elevado de vida y nos ha capacitado para vivir por el poder del Espíritu Santo.

Traducción en lenguaje actual (TLA) Oseas 4. ¡Escuchen, israelitas, el mensaje de su Dios! Él les dice: «Yo tengo un pleito contra ustedes, los israelitas. Ustedes no son sinceros, ni aman a su prójimo. Todo el mundo mata y roba, miente y jura en falso, y no es fiel en su matrimonio. Por todos lados hay violencia. ¡Nadie me reconoce como su Dios! Por eso todos en el país lloran y se desaniman, y van desapareciendo los animales de la tierra, del cielo y del mar. Mi acusación es sólo contra los sacerdotes, ¡nadie más es responsable! De día y de noche pecan, y hacen pecar a los profetas; ¡por eso destruiré a su descendencia! Mi pueblo no ha querido reconocerme como su Dios, y por eso se está muriendo. ¡Ni los sacerdotes me reconocen! Por eso no quiero que sigan sirviendo en mi templo. Ya que olvidaron mis mandamientos, yo también me olvidaré de sus hijos. Mientras más sacerdotes había, más gente pecaba contra mí; por eso, en vez de premiarlos, los voy a humillar. 

Con las ofrendas que da mi pueblo para el perdón de sus pecados, ustedes hacen negocio. Por eso hacen todo lo posible para que el pueblo siga pecando. La verdad es que castigaré tanto al pueblo como a los sacerdotes, pues ambos se han alejado de mí. Por eso, aunque coman mucho, siempre se quedarán con hambre; y por más que traten de tener hijos, jamás llegarán a tenerlos. Israel adora a los ídolos ¡Por andar con prostitutas y emborracharse con vino, han perdido la cabeza! Es tan fuerte su deseo sexual que prefieren andar con mujerzuelas; por eso se han apartado de mí. 

¡Es increíble! Mi pueblo le pide consejos a un pedazo de madera; ¡quiere que un simple palo le ayude a adivinar el futuro! Suben a lo alto de las colinas, y bajo la sombra de los árboles presentan ofrendas a sus dioses; ¡sus hijas y sus nueras se portan como unas mujerzuelas! Pero yo no voy a castigarlas por tener sexo con tantos hombres, pues ustedes mismos tienen sexo con mujeres que adoran a otros dioses. ¡Un pueblo que pierde la cabeza, acaba por destruirse! Si ustedes, israelitas, siguen adorando a otros dioses, ¡por lo menos que Judá no siga ese mal ejemplo! ¡Ya no adoren a esos ídolos de Guilgal y Bet-avén! ¡Ya no juren en mi nombre!  

Ustedes son muy rebeldes; ¡son más tercos que una mula! No esperen que yo los trate como si fueran mansos corderos. Si ustedes, israelitas, quieren seguir adorando ídolos, ¡pues sigan haciéndolo! ¡Mientras se emborrachan, van en busca de mujerzuelas! Prefieren la mala vida a vivir como gente decente. Por seguir adorando a esos ídolos, van a quedar en vergüenza y serán destruidos por completo. 

Hay naciones en esta tierra que incluyen poblaciones que tienen un conocimiento de Dios, en general, y otras que profesan otras religiones. Y hay naciones que tienen una tradición cristiana pero eso no implica necesariamente un conocimiento de Dios. Algunas tienen muchos edificios dedicados a iglesias, construidos en todos los estilos. Realmente hay para todos los gustos. Los domingos puede observarse que un pequeño porcentaje de la población asiste a los servicios religiosos, y muy pocas personas son realmente alcanzadas por la Palabra de Dios.

En muchos hoteles, incluso, hay ejemplares de la Biblia en las habitaciones pero no sabemos cuántas personas verdaderamente los leen. Nos tememos que muchos de esos ejemplares ni siquiera habrán sido abiertos. La cuestión es que la Biblia circula libremente en una gran cantidad de países, más que nunca antes en la historia y se vende a precios realmente asequibles. Pero nunca ha habido tantas personas que ignoran el contenido de este libro. Existe una ignorancia generalizada de la Palabra de Dios. 

Aunque eso sí, no faltan observaciones críticas apresuradas sobre pasajes de la Biblia, por parte de personas que ni siquiera han leído el contexto de los pasajes criticados, ni los pasajes paralelos o similares, e ignoran el trasfondo cultural en el que el mensaje Bíblico ha sido transmitido. Incluso la vida de Cristo ha sido objeto de debate por personas que no han leído los Evangelios, los comparan sin haberlos leído y creen ver contradicciones, en vez de leer los relatos completos de los evangelistas y ser conscientes del carácter complementario de los registros históricos de los Evangelios.

El carácter de estos pecados y de otros, y su dominio sobre el hombre y la sociedad, no ha variado con el paso de los siglos, desde la época del Israel del profeta Oseas en el año 700 A.C. Desde aquellos tiempos hasta nuestros días, no se han registrado avances o novedades en cuanto a la práctica del pecado y sus consecuencias. Lo único que se ha elaborado y facilitado es la forma de practicarlos, debido a los adelantos científicos de nuestro tiempo, excepto en la forma sofisticada de practicarlos a causa de los adelantos de nuestra época,

Lo que sí es claro y evidente, es que nadie puede practicar estos pecados y quedar impune, sea un individuo, una familia, o una sociedad entera. La inmoralidad fue practicada en todas sus formas en las ciudades de Sodoma y Gomorra, que fueron juzgadas por Dios y destruidas. Seguramente el juicio de Dios se adelantó a la propia autodestrucción de dichas ciudades, debido a la violencia y abusos que en ellas predominaban. Y ya con una perspectiva histórica, diremos que los diez mandamientos han sido la base de cada civilización que ha sido cristiana, o por lo menos que se ha llamado a sí mismo "Cristiana".

¿Cómo está nuestro corazón delante de Dios? He aquí una porción de la Biblia que nos puede ayudar a dar más luz acerca de cual es el estado de nuestro corazón delante de Dios. Mateo 13:1-9 RV1960. Parábola del sembrador. Aquel día salió Jesús de la casa y se sentó junto al mar. Y se le juntó mucha gente; y entrando él en la barca, se sentó, y toda la gente estaba en la playa. Y les habló muchas cosas por parábolas, diciendo: He aquí, el sembrador salió a sembrar. Y mientras sembraba, parte de la semilla cayó junto al camino; y vinieron las aves y la comieron. Parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra; pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó. Y parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron, y la ahogaron. Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno. El que tiene oídos para oír, oiga. Porque de cierto os digo, que muchos profetas y justos desearon ver lo que veis, y no lo vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron.

Jesús explica la parábola del sembrador Mateo 13:18-23 RV1960. Oíd, pues, vosotros la parábola del sembrador: Cuando alguno oye la palabra del reino y no la entiende, viene el malo, y arrebata lo que fue sembrado en su corazón. Este es el que fue sembrado junto al camino. Y el que fue sembrado en pedregales, éste es el que oye la palabra, y al momento la recibe con gozo; pero no tiene raíz en sí, sino que es de corta duración, pues al venir la aflicción o la persecución por causa de la palabra, luego tropieza. El que fue sembrado entre espinos, éste es el que oye la palabra, pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se hace infructuosa. Mas el que fue sembrado en buena tierra, éste es el que oye y entiende la palabra, y da fruto; y produce a ciento, a sesenta, y a treinta por uno.




Nosotros somos quienes decidimos ser verdaderos creyentes e hijos de Dios a través de nuestro Señor Jesucristo; de nuestra decisión diaria frente a la Palabra de Dios depende nuestro destino eterno. ¿En verdad queremos estar con el Señor nuestro Dios y Creador por toda la eternidad?
Bendiciones.