Nuestro deseo es que cada uno de los mensajes, así como cada uno de los ministerios y recursos enlazados, pueda ayudar como una herramienta al crecimiento, edificación y fortaleza de cada creyente dentro de la iglesia de Jesucristo en las naciones y ser un práctico instrumento dentro de los planes y propósitos de Dios para la humanidad. Cada mensaje tiene el propósito de dejar una enseñanza basada en la doctrina bíblica, de dar una voz de aliento, de edificar las vidas; además de que pueda ser adaptado por quien desee para enseñanzas en células o grupos de enseñanza evangelísticos, escuela dominical, en evangelismo personal, en consejería o en reuniones y servicios de iglesias.

El hombre y la mujer espiritual°





Colosenses 3:1-4. Traducción en lenguaje actual (TLA). Dios les dio nueva vida, pues los resucitó juntamente con Cristo. Por eso, dediquen toda su vida a hacer lo que a Dios le agrada. Piensen en las cosas del cielo, donde Cristo gobierna a la derecha de Dios. No piensen en las cosas de este mundo. Pues ustedes ya han muerto para el mundo, y ahora, por medio de Cristo, Dios les ha dado la vida verdadera. Cuando Cristo venga, también ustedes estarán con él y compartirán su gloriosa presencia.

En la BIBLIA, la Palabra de Dios revelada a la humanidad encontramos los lineamientos de lo que es ser un hombre o una mujer espiritual; podemos encontrar las pautas de lo que debemos hacer para caminar delante de Dios como lo hizo Enoc, caminar en Cristo y de esa manera agradar al Padre y tener el privilegio de tener la presencia de Dios en nuestras vidas, la presencia del Espíritu santo, su llenura. No podemos vivir la vida cristiana en nuestras propias fuerzas, no la podemos vivir en nuestras buenas intenciones, no la podemos vivir con nuestros deseos, es necesario la dependencia al Espíritu y a la Palabra de Dios.

El andar en el Espíritu es el resultado de una vida rendida y dependiente de Dios, es el abandonarse en fe y entendimiento espiritual a la voluntad de Dios revelada de manera personal para cada uno de sus hijos e hijas para dar cumplimiento a los planes y propósitos de Dios. La anterior definición da como resultado un hombre o una mujer espiritual, un hijo o una hija de Dios conforme a la imagen de nuestro Señor Jesucristo.

Salmos 40: 8. Nueva Traducción Viviente (NTV). Me complace hacer tu voluntad, Dios mío, pues tus enseñanzas están escritas en mi corazón.

El Apóstol Pablo nos insta a través de la carta a los Colosenses al hecho de que el Señor Jesucristo debe ser preeminente en nuestras vidas. En el día de hoy se escucha hablar mucho acerca de la " consagración o dedicación". Pues, bien, ¿qué es la consagración o dedicación? En una definición muy breve, diríamos que la consagración o dedicación es la preeminencia de Cristo en nuestras vidas y de lo que debemos hacer en nuestro diario caminar por esta tierra conforme a la Palabra de Dios: su voluntad.

No podemos decir "Yo soy un creyente consagrado o dedicado" y luego vivir como nos parezca, como muchos están tratando de hacer en el día de hoy. Si el Señor Jesucristo es preeminente en nuestra vida, vamos a vivir la vida de Cristo aquí en esta tierra. Colosenses 2:9-10. Nueva Traducción Viviente (NTV).  Pues en Cristo habita toda la plenitud de Dios en un cuerpo humano. De modo que ustedes también están completos mediante la unión con Cristo, quien es la cabeza de todo gobernante y toda autoridad.

Nosotros estamos completos en Jesucristo y preparados para el gran viaje de la vida por esta tierra, como peregrinos y extranjeros para transmitir la luz del evangelio a través de nuestras vidas y nuestros hogares. Dicho de otra manera, Cristo es en realidad la solución para todos los problemas y situaciones de la vida cristiana.

1 Corintios 1:30. Nueva Traducción Viviente (NTV). Dios los ha unido a ustedes con Cristo Jesús. Dios hizo que él fuera la sabiduría misma para nuestro beneficio. Cristo nos hizo justos ante Dios; nos hizo puros y santos y nos liberó del pecado.

1 Corintios 1:30. La Biblia de las Américas (LBLA). Mas por obra suya estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual se hizo para nosotros sabiduría de Dios, y justificación, y santificación, y redención.

La vida cristiana es vivir en esta tierra la vida de Cristo. Vamos a ver que en Cristo se encuentra todo lo que podemos necesitar. Buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la derecha de Dios.

Debemos que buscar aquellas cosas que están en el cielo, aquellas cosas que nos son reveladas por el Espíritu Santo a cada hijo e hija de Dios sobre esta tierra. Y esa palabra "buscar" es una palabra muy interesante. Denota un sentido de urgencia, un deseo y una ambición. Tendría que haber una emoción, una pasión interna que se sienta al buscar las cosas espirituales, un fuego interno de parte de Dios. Ese fuego es colocado por Dios quien es el coloca el querer como el hacer según su buena voluntad ,como podemos apreciar en la vida del profeta Jeremías

Jeremías 20:8-10. NVI (Castilian) (CST). Si digo: «No me acordaré más de él, ni hablaré más en su nombre», entonces su palabra en mi interior se vuelve un fuego ardiente que me cala hasta los huesos. He hecho todo lo posible por contenerla, pero ya no puedo más.

Vemos que aquí se nos habla sobre las cosas de arriba. Estas son las cosas de Cristo. Esas cosas celestiales, no han de buscarse por medio de atajos, buscando cursillos, fórmulas que contienen algunas nociones de la Biblia, o listas de soluciones rápidas para afrontar los problemas de la vida.

Solo experimentaremos la nueva vida en Cristo cuando nos rindamos completamente a su voluntad y a su poderosa presencia; según en la forma e intensidad en que busquemos esas cosas celestiales, donde Cristo está sentado a la derecha de Dios en los lugares celestiales, lograremos entrar en el río de Dios por medio la Palabra de Dios, bajo la guía y la unción del Espíritu Santo.

Tampoco se nos dice que debemos obsesionarnos en buscar y escuchar a un determinado predicador o maestro. Uno nunca debe convertir a ninguna persona en un ídolo, en un único punto de referencia. Si así lo hacemos, entonces tarde o temprano descubriremos que tendríamos un ídolo con pies de barro y como consecuencia concentraremos nuestra atención en una persona que es como nosotros, con imperfecciones y muchas debilidades. Todos cometemos errores pues estamos en esta tierra para ser perfeccionados a la imagen de nuestro Señor Jesucristo, el Hijo de Dios.

El propósito de todo maestro, pastor o predicador es exponer la Palabra de Dios ante todos, para que cada uno de nosotros podamos ver al Cristo viviente, el Señor revelado por la Palabra y Unción del Espíritu Santo y así poder tener con El una relación de compañerismo y comunión en santidad y amor.

Otra versión traduce diciendo. "Concentrad vuestra atención". Pensemos en las cosas que se encuentran en el cielo. Recordemos que Pablo dijo en su carta a los Filipenses, capítulo 4, versículo 8: . . . todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo que es de buen nombre; (y ese es Cristo) si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.

La vida está llena de problemas pequeños, y ellos son muy reales para nosotros. Pero la mayor necesidad para nosotros es establecer una relación con Cristo. Esto debe tener prioridad sobre todo lo demás. Por ello aquí se nos pide que concentremos la mirada en las cosas celestiales. 

Veremos ahora la explicación a esta ordenanza de parte de Dios.

Colosenses 3:3. Nueva Traducción Viviente (NTV). Pues ustedes han muerto a esta vida, y su verdadera vida está escondida con Cristo en Dios.

Vemos que aquí dice porque habéis muerto; ahora, si decimos que hemos muerto, ¿cuándo fue esa muerte para cada uno de nosotros? Pablo escribió a los Gálatas. Gálatas 2:20. Nueva Traducción Viviente (NTV). Mi antiguo yo ha sido crucificado con Cristo. Ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí. Así que vivo en este cuerpo terrenal confiando en el Hijo de Dios, quien me amó y se entregó a sí mismo por mí. Si el Señor Jesucristo está gobernando nuestro corazón, entonces hemos muerto en aquella cruz donde el derramó su sangre para podernos redimir de la muerte y la condenación eterna. Él ocupó nuestro lugar, así que morimos con Él en ese momento pero resucitamos juntamente con él también.

Y también dijo Pablo: vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Ahora, yo fui removido del antiguo Adán por medio del bautismo, es decir, por el bautismo del Espíritu Santo, he sido removido de Adán y colocado en Cristo. Ahora estamos en Cristo.

Y ahora que estamos en Cristo, unidos a Cristo, debemos vivir la vida de Él y permitir que la plenitud de Él se demuestre a través de nosotros en cada momento y en cada situación que vivamos dentro de nuestro entorno.

Colosenses 3:3-4. Traducción en lenguaje actual (TLA). Pues ustedes ya han muerto para el mundo, y ahora, por medio de Cristo, Dios les ha dado la vida verdadera. Cuando Cristo venga, también ustedes estarán con él y compartirán su gloriosa presencia.

Si tenemos alguna vida, esa es la vida de Cristo. Juan escribió, en su primera carta, que su intención era mostrarnos la vida eterna. Ahora, ¿cómo podía mostrarnos la vida eterna? Cristo es la vida eterna y aquellos que le pertenecen, van a ser manifestados con él en gloria.

El vivir de los creyentes es santo. Si realmente hemos resucitado con Cristo, esa realidad será evidente en dos áreas de nuestras vidas: en nuestra santidad personal y en nuestra relación de compañerismo con los que nos rodean.

Parece que los cristianos sienten temor frente a este asunto de la santidad. Un líder cristiano pronunció la siguiente frase: "si los cristianos tuvieran tanto miedo al pecado como le temen a la santidad, sería maravilloso". De alguna manera, no nos agrada el término "santidad". Sin embargo es una buena palabra, y ese fue el tema de Pablo en este párrafo: la santidad personal.

Lo que debemos hacer lo encontramos en el siguiente texto bíblico.

Colosenses 3:5. Nueva Traducción Viviente (NTV). Así que hagan morir las cosas pecaminosas y terrenales que acechan dentro de ustedes. No tengan nada que ver con la inmoralidad sexual, la impureza, las bajas pasiones y los malos deseos. No sean avaros, pues la persona avara es idólatra porque adora las cosas de este mundo.

El primer consejo aquí, es hacer morir todos nuestros malos y pecaminosos deseos. En el original griego de este mandato, sugiere una acción decisiva. El apóstol Pablo, da una lista no muy numerosa pero sí muy representativa de la naturaleza humana. En primer lugar mencionó a la inmoralidad sexual. Hay muchísimas personas que encubren los pecados de esta categoría y aun se consideran cristianos dedicados o consagrados. 

Pablo expuso abiertamente estos pecados y nos dijo que debíamos colocar a la parte física de nuestro cuerpo en el lugar de la muerte. ¿Le causan a usted problemas sus ojos? ¿Usted tiene una mirada de codicia, o una mirada de lujuria? Coloque esos ojos, esa manera de mirar en un lugar o condición de muerte, y después úselos como los ojos de Cristo, para que puedan contemplarle a Él; ese acto de obediencia cambiará su perspectiva.

Después tenemos en este versículo: la referencia a la impureza. Este término incluye malos pensamientos, malas palabras, malas miradas, gestos incorrectos, actitudes erradas y los chistes con doble sentido; es decir, la forma en que expresamos nuestro sentido del humor carnal, l,o que hay en nuestro corazón.

Siguen en la lista las pasiones desordenadas. A veces los cristianos confiesan a algún consejero espiritual un pecado determinado en sus vidas. Algunos suelen decir entonces: "Bueno, es que no he podido evitarlo". Habría que decirles a esas personas que, para empezar, no tendrían que haber estado en ese lugar o en esa situación. A veces una persona se expone conscientemente a ciertas situaciones en las que sabe que va a tener que luchar contra la tentación, porque se conoce sus puntos débiles.

Continúa la lista con los malos deseos, que incluyen los elementos anteriores pero es un término más general. Y el apóstol finalizó la lista con la avaricia, que es idolatría. Aquel que está dominado por la avaricia, siempre siente que debe tener más. Y es una forma de idolatría porque implica buscar la satisfacción en las cosas terrenales, en vez de buscarla en las celestiales.

¿Es posible que un cristiano esté dominado por el dinero de tal manera que haya perdido el interés por su relación con el Cristo viviente? Muchas personas resultan vencidas por la codicia, impulsadas por ansias que nunca podrán satisfacer, porque nunca estarán satisfechas. Siempre querrán tener más. Estas cuestiones pueden resultar dolorosas. Porque nuestros cuerpos son moradas o habitación del Espíritu Santo, y han de ser usados para Dios.

Podríamos incluso decir que la codicia es la raíz de la mayor parte de los problemas en todas las naciones. Como vemos, la Biblia tiene palabras muy directas para describir los males de todos los tiempos. Es evidente que la palabra "corrupción" se ha convertido en un término demasiado repetido en los medios de comunicación.

En este sentido, el apóstol Pablo escribió en 1 Timoteo 6:10. Nueva Traducción Viviente (NTV). Pues el amor al dinero es la raíz de toda clase de mal; y algunas personas, en su intenso deseo por el dinero, se han desviado de la fe verdadera y se han causado muchas heridas dolorosas.

Muchas personas, incluso aquellas que profesan ser cristianas, están cayendo en la idolatría al adorar al dinero. Debemos recordar en todo momento que si estamos en Cristo, nuestra vida está unida a la de Cristo, Él siempre tendrá prioridad; a Él le corresponde el primer lugar. Si lo hacemos de esa manera, buscando las cosas de arriba, las cosas celestiales, aquellas que pertenecen al reino de Dios, entonces nos encontraremos en la dirección correcta.

Cristo, Sabiduría de Dios. 1 Corintios 1:26-31. Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy (NBLH).  Pues consideren, hermanos, su llamamiento. No hubo muchos sabios conforme a la carne (normas humanas), ni muchos poderosos, ni muchos nobles. Sino que Dios ha escogido lo necio del mundo para avergonzar a los sabios; y Dios ha escogido lo débil del mundo para avergonzar a lo que es fuerte. También Dios ha escogido lo vil y despreciado del mundo: lo que no es, para anular lo que es, para que nadie se jacte delante de Dios. Pero por obra Suya están ustedes en Cristo Jesús, el cual se hizo para nosotros sabiduría de Dios, y justificación, santificación y redención, para que, tal como está escrito: “El que se gloria, que se glorié en el Señor.

La Revelación del Espíritu Santo a nuestras vidas: a la iglesia de Cristo. 1 Corintios 2:10-13. Nueva Traducción Viviente (NTV). Pero fue a nosotros a quienes Dios reveló esas cosas por medio de su Espíritu. Pues su Espíritu investiga todo a fondo y nos muestra los secretos profundos de Dios. Nadie puede conocer los pensamientos de una persona excepto el propio espíritu de esa persona y nadie puede conocer los pensamientos de Dios excepto el propio Espíritu de Dios. Y nosotros hemos recibido el Espíritu de Dios (no el espíritu del mundo), de manera que podemos conocer las cosas maravillosas que Dios nos ha regalado. Les decimos estas cosas sin emplear palabras que provienen de la sabiduría humana. En cambio, hablamos con palabras que el Espíritu nos da, usando las palabras del Espíritu para explicar las verdades espirituales.

Juan 14:26. Traducción en lenguaje actual (TLA). El Espíritu Santo vendrá y los ayudará, porque el Padre lo enviará para tomar mi lugar. El Espíritu Santo les enseñará todas las cosas, y les recordará todo lo que les he enseñado.

Juan 16:13-15. Traducción en lenguaje actual (TLA). Cuando venga el Espíritu Santo, él les dirá lo que es la verdad y los guiará, para que siempre vivan en la verdad. Él no hablará por su propia cuenta, sino que les dirá lo que oiga de Dios el Padre, y les enseñará lo que está por suceder. También les hará saber todo acerca de mí, y así me honrará. Todo lo que es del Padre, también es mío; por eso dije que el Espíritu les hará saber todo acerca de mí.

1 Corintios 2:14-16. La Biblia de las Américas (LBLA). Pero el hombre natural no acepta las cosas del Espíritu de Dios, porque para él son necedad; y no las puede entender, porque se disciernen espiritualmente. En cambio, el que es espiritual juzga todas las cosas; pero él no es juzgado por nadie. Porque ¿quien ha conocido la mente del Señor, para que le instruya? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo.

Esta revelación divina que hemos estudiado se nos transmite en las palabras que el Espíritu Santo enseña, como el apóstol Pablo dice a continuación: «Las cuales cosas también hablamos no con palabras que enseña la sabiduría humana, sino que enseña el Espíritu Santo, explicando cosas espirituales con palabras espirituales.»

1 Corintios 2:9. Traducción en lenguaje actual (TLA). Como dice la Biblia: «Para aquellos que lo aman, Dios ha preparado cosas que nadie jamás pudo ver, ni escuchar ni imaginar.» 

Gálatas 4:19. La Biblia de las Américas (LBLA). Hijos míos, por quienes de nuevo sufro dolores de parto hasta que Cristo sea formado en vosotros. 

Colosenses 3:23-24. Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy (NBLH). Todo lo que hagan, háganlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres, sabiendo que del Señor recibirán la recompensa de la herencia. Es a Cristo el Señor a quien sirven.

El «hombre y la mujer espiritual» es el ideal divino en la vida y en el ministerio, en el poder de Dios y en la relación con las demás personas, en comunión ininterrumpida y en bendición con la presencia del Espíritu Santo. 

De ahora en adelante todo lo que realicemos debe ser pensando en agradar a Dios. Debemos vivir esta vida sabiendo que todo es temporal, pero que nuestros actos son ejemplos a otros; que nuestra buena conducta en el lugar dónde nos encontremos, pueda dar luz a otros y que debemos darle la gloria a Dios que le corresponde en todo momento; mostrar amor a nuestro prójimo hace que ellos quieran recibir de ese amor de Cristo que nos cambió a nosotros. 

Eso significa buscar las cosas de arriba; de ahora en adelante vivir para Cristo debe ser nuestro ideal. Bendiciones.

Jesucristo en cada corazón es la navidad°


Isaías 9:6-7. Traducción en lenguaje actual (TLA). Nos ha nacido un niño, Dios nos ha dado un hijo: a ese niño se le ha dado el poder de gobernar; y se le darán estos nombres: Consejero admirable, Dios invencible, Padre eterno, Príncipe de paz. Él se sentará en el trono de David, y reinará sobre todo el mundo y por siempre habrá paz. Su reino será invencible, y para siempre reinarán la justicia y el derecho. Esto lo hará el Dios todopoderoso por el gran amor que nos tiene.

Esta es verdaderamente una de las profecías más asombrosas jamás dadas. Sin duda, en referencia al nacimiento prometido a María, de Emanuel – “Por tanto, el Señor mismo os dará señal: Isaías 7:14. Nueva Traducción Viviente (NTV). Muy bien, el Señor mismo les dará la señal. ¡Miren! ¡La virgen concebirá un niño! Dará a luz un hijo y lo llamarán Emanuel (que significa “Dios está con nosotros”).
  
Emanuel es el nombre terrenal elegido por Dios para su Hijo y retrata el carácter del Niño, que significa “Dios con nosotros” o “Dios está entre nosotros.” Ahora, Isaías describe los nombres divinos que sólo pueden ser verdaderos de Dios – Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz. Se presenta la persona del Mesías como el de un hombre, porque él era un descendiente de David, pero Él era Dios también.

Porque un niño nos es nacido: El propósito de la venida de Cristo fue para “nosotros” en beneficio de todos aquellos que lo aceptan como su Señor y Salvador. Isaías vio la oscuridad y la tristeza de la nación, y vio también el Hijo que nacería para eliminar esa oscuridad, e iluminar al mundo.

Hijo nos es dado: Desde la eternidad Dios planeó para “dar” a su Hijo como propiciación por nuestros pecados. Jesús es el Hijo de Dios y Él existió eternamente como el Hijo. El Mesías es muchas veces representado como habiendo sido dado o enviado, o como el regalo de Dios, como se señala en los siguientes textos bíblicos:

Hechos 4:12. Traducción en lenguaje actual (TLA). Sólo Jesús tiene poder para salvar. Sólo él fue enviado por Dios, y en este mundo sólo él tiene poder para salvarnos.

Juan 3:16. Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy (NBLH). El Amor de Dios. “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a Su Hijo unigénito (único), para que todo aquél que cree en El, no se pierda, sino que tenga vida eterna.

Efesios 1:22. Nueva Traducción Viviente (NTV). Dios ha puesto todo bajo la autoridad de Cristo, a quien hizo cabeza de todas las cosas para beneficio de la iglesia.

Juan 17:4. Nueva Traducción Viviente (NTV). Yo te di la gloria aquí en la tierra, al terminar la obra que me encargaste.

El Mesías era preeminentemente el regalo de Dios para nosotros. El hombre no tenía ningún derecho sobre Él, y Dios dio voluntariamente Su Hijo como sacrificio por los pecados del mundo.

Él muestra y nos dice qué pensar y cómo vivir, y Él nunca se equivoca, porque en él se encuentran. Colosenses 2:3. Traducción en lenguaje actual (TLA). Todas las riquezas de la sabiduría y del conocimiento se encuentran presentes en Cristo. El testimonio, incluso de sus enemigos, fue que “¡jamás hombre alguno ha hablado como este hombre!” Juan 7:46. Nueva Traducción Viviente (NTV). —¡Jamás hemos oído a nadie hablar como él! —contestaron los guardias.

Y se llamará su nombre… Dios fuerte: La pregunta que pueda surgir es cómo el Hijo también podría ser “El Padre eterno.” En realidad, esta frase también podría ser traducido como “Padre de la eternidad”, que nos recuerda que el Hijo eterno fue el Creador del tiempo, así como del espacio y la materia y de hecho, de todas las cosas.

Juan 1:1-3. Nueva Traducción Viviente (NTV). Cristo, la Palabra eterna. En el principio la Palabra ya existía. La Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios. El que es la Palabra existía en el principio con Dios. Dios creó todas las cosas por medio de él, y nada fue creado sin él.

Colosenses 1:15-16. Nueva Traducción Viviente (NTV). Cristo es supremo. Cristo es la imagen visible del Dios invisible. Él ya existía antes de que las cosas fueran creadas y es supremo sobre toda la creación porque, por medio de él, Dios creó todo lo que existe en los lugares celestiales y en la tierra. Hizo las cosas que podemos ver y las que no podemos ver, tales como tronos, reinos, gobernantes y autoridades del mundo invisible. Todo fue creado por medio de él y para él.

En el insondable, y sin embargo glorioso misterio de la Trinidad, el Señor Jesús señaló también que “Yo y el Padre uno somos” (Juan 10:30). Él es Dios Todopoderoso “porque en Él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad.” (Colosenses 2:9)

Y se llamará su nombre… Padre eterno: Destacando su deidad absoluta y eterna, así como su omnipotencia y la unidad del Padre y del Hijo en la Divina Trinidad.

Y se llamará su nombre… Príncipe de Paz: Lo que indica que Él es el primer líder que traerá verdadera paz al mundo. Él es el gran Pacificador (Mateo 5:9)“haciendo la paz mediante la sangre de Su cruz”. (Colosenses 1:20)

Jesús trae la paz de la mente a sus seguidores porque el Señor Jesús “guardará en completa paz a aquel cuyo pensamiento en Él persevera; porque en Él ha confiado” (Isaías 26:3). Y cuando Él regresa, Él traerá la paz al mundo como “Príncipe de Paz”, porque la paz va a caracterizar su reinado sobre la tierra.

Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto. (Isaías 9:7)

Durante  este  tiempo de año,  déjenos  reflejar  que  Dios  mismo  es  el  gran  signo  a  Israel  y a todo el mundo. La actitud de hombres y mujeres a  Dios,  en  Cristo,  es que  revelan  el  estado  de  sus  corazones y sellan su eterno destino, si a la vida eterna o para siempre separado de Dios. Confiamos que usted tomará una decisión para Jesucristo y vida eterna.

En esta época de tanto consumismo, fiestas y distracciones, apartemos un momento para enfocarnos en la verdadera razón de tanto festejo: "Pongamos toda nuestra atención en Jesús, pues de él viene nuestra confianza, y es él quien hace que confiemos cada vez más y mejor. Jesús soportó la vergüenza de morir clavado en una cruz porque sabía que, después de tanto sufrimiento, sería muy feliz. Y ahora se ha sentado a la derecha del trono de Dios." Hebreos 12:2 (Traducción Lenguaje Actual)

La buena noticia nos enseña que Dios acepta a los que creen en Jesús. Como dice la Biblia: "Aquellos a quienes Dios ha aceptado y confían en él, vivirán para siempre". Romanos 1:17 (TLA) "Pero aunque no lo podamos ver, confiamos en él." 2 Corintios 5:7 (TLA) "Porque a Dios no le gusta que no confiemos en él. Para ser amigos de Dios hay que creer que él existe, y que sabe premiar a los que buscan su amistad." Hebreos 11:6 (TLA) Jesús te conoce, Él sabe cómo te sientes el día de hoy, recuerda que Él dijo: "Mis seguidores me conocen, y yo también los conozco a ellos. Son como las ovejas, que reconocen la voz de su pastor, y él las conoce a ellas. Mis seguidores me obedecen, y yo les doy vida eterna; nadie me los quitará. Juan 10:27-28 (TLA)

"Pero el que beba del agua que yo doy nunca más tendrá sed. Porque esa agua es como un manantial del que brota vida eterna." Juan 4:14 "Les aseguro que el que cree en mí tendrá vida eterna." Juan 6:47 (TLA) "También sabemos que el Hijo de Dios ha venido y nos ha dado entendimiento para que conozcamos al Dios verdadero. Y estamos con el Verdadero, con su Hijo Jesucristo. Éste es el Dios verdadero y la vida eterna." 1 Juan 5:20 (NVI)

Por esto, y por muchas cosas más, tenemos varias razones para cantar como lo hicieron los ángeles en Belén aquella gloriosa noche: «Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz a los que gozan de su buena voluntad.» Lucas 2.14 (NVI).

Les quiero narrar una historia con semejanza de lo que Dios hizo por nosotros a través de nuestro Señor Jesucristo.

Érase una vez un hombre que no creía en Dios. No tenía reparos en decir lo que pensaba de la religión y de las festividades religiosas, como la Navidad.  Su mujer, en cambio, era creyente y criaba a sus hijos en la fe en Dios y en Jesucristo, a pesar de los comentarios desdeñosos de su marido. Una Nochebuena en que estaba nevando, la esposa se disponía a llevar a los hijos al oficio navideño de la parroquia de la localidad agrícola donde vivían. Le pidió al marido que los acompañara, pero él se negó. -¡Qué tonterías! -arguyó-. ¿Por qué Dios se iba a rebajar a descender a la Tierra adoptando la forma de hombre? ¡Qué ridiculez! Los niños y la esposa se marcharon y él se quedó en casa. Un rato después, los vientos empezaron a soplar con mayor intensidad y se desató una ventisca. Observando por la ventana, todo lo que aquel hombre veía era una cegadora tormenta de nieve. Y decidió relajarse sentado ante la chimenea.

Al cabo de un rato, oyó un gran golpe; algo había golpeado la ventana. Luego, oyó un segundo golpe fuerte. Miró hacia afuera, pero no logró ver a más de unos pocos metros de distancia. Cuando empezó a amainar la nevada, se aventuró a salir para averiguar qué había golpeado la ventana. En un campo cercano descubrió una bandada de gansos salvajes. Por lo visto iban camino al sur para pasar allí el invierno, y se vieron sorprendidos por la tormenta de nieve y no pudieron seguir. Perdidos, terminaron en aquella finca sin alimento ni abrigo. Daban aletazos y volaban bajo en círculos por el campo, cegados por la borrasca, sin seguir un rumbo fijo. El agricultor dedujo que un par de aquellas aves habían chocado con su ventana. Sintió lástima de los gansos y quiso ayudarlos. -Sería ideal que se quedaran en el granero -pensó-. Ahí estarán al abrigo y a salvo durante la noche mientras pasa la tormenta. 

Dirigiéndose al establo, abrió las puertas de par en par. Luego, observó y aguardó, con la esperanza de que las aves advirtieran que estaba abierto y entraran. Los gansos, no obstante, se limitaron a revolotear dando vueltas. No parecía que se hubieran dado cuenta siquiera de la existencia del granero y de lo que podría significar en sus circunstancias. El hombre intentó llamar la atención de las aves, pero solo consiguió asustarlas y que se alejaran más.

Entró a la casa y salió con algo de pan. Lo fue partiendo en pedazos y dejando un rastro hasta el establo. Sin embargo, los gansos no entendieron. El hombre empezó a sentir frustración. Corrió tras ellos tratando de ahuyentarlos en dirección al granero. Lo único que consiguió fue asustarlos más y que se dispersaran en todas direcciones menos hacia el granero. Por mucho que lo intentara, no conseguía que entraran al granero, donde estarían abrigados y seguros. -¿Por qué no me seguirán? -exclamó- ¿Es que no se dan cuenta de que ese es el único sitio donde podrán sobrevivir a la nevada? Reflexionando por unos instantes, cayó en la cuenta de que las aves no seguirían a un ser humano. -Si yo fuera uno de ellos, entonces sí que podría salvarlos -dijo pensando en voz alta.

Seguidamente, se le ocurrió una idea. Entró al establo, agarró un ganso doméstico de su propiedad y lo llevó en brazos, paseándolo entre sus congéneres salvajes. A continuación, lo soltó. Su ganso voló entre los demás y se fue directamente al interior del establo. Una por una, las otras aves lo siguieron hasta que todas estuvieron a salvo. El campesino se quedó en silencio por un momento, mientras las palabras que había pronunciado hacía unos instantes aún le resonaban en la cabeza: -Si yo fuera uno de ellos, ¡entonces sí que podría salvarlos! Reflexionó luego en lo que le había dicho a su mujer aquel día: -¿Por qué iba Dios a querer ser como nosotros?

De pronto, todo empezó a cobrar sentido. Entendió que eso era precisamente lo que había hecho Dios. Diríase que nosotros éramos como aquellos gansos: estábamos ciegos, perdidos y a punto de perecer. Dios hizo que Su Hijo se volviera como nosotros a fin de indicarnos el camino y, por consiguiente, salvarnos. El agricultor llegó a la conclusión de que ese había sido ni más ni menos el objeto de la Natividad.

Cuando amainaron los vientos y cesó la cegadora nevada, su alma quedó en quietud y meditó en tan maravillosa idea. De pronto comprendió el sentido de la Navidad y por qué había venido Cristo a la Tierra. Junto con aquella tormenta pasajera, se disiparon años de incredulidad. Hincándose de rodillas en la nieve, elevó su primera plegaria: "¡Gracias, Señor, por venir en forma humana a sacarme de la tormenta!"

Ya que hemos recibido la revelación acerca de la salvación que viene de parte de Dios para nosotros, es importante también entender que es necesario que todo aquel que crea que Jesucristo es Dios y Señor de toda la creación y además le reciba dentro de su corazón va a ser una nueva criatura por el Espíritu Santo como nos lo enseña la Biblia.

En Dios tenemos esperanza, salvación, vida eterna, perdón de pecados, compasión, misericordia, restauración, sanidad de nuestra alma, sanidad de nuestras emociones, sanidad de nuestro cuerpo, provisión, dones y un ministerio entre otras muchas bendiciones para quienes hemos creído a su Palabra y que somos enseñados por su Espíritu Santo para llegar a nuestro destino eterno que estar por siempre ante la presencia de Dios Padre.

2 Corintios 5:17. (PDT). Si alguien está unido a Cristo, hay una nueva creación. Lo viejo ha desaparecido y todo queda renovado.

¿Qué significa ser nueva criatura en Cristo?, en el momento en el que creemos en Cristo, hay una transformación espiritual, ¡todo cambia! Es cuestión de fe no de vista. El paso más grande de fe que podemos tomar en nuestras vidas es creer lo que Dios dice acerca de quién es Jesucristo y aceptarle como nuestro Señor y Salvador. La experiencia con Jesús nos transforma por completo. Hay hombres en la Biblia que fueron transformados al tener un encuentro con Jesús.

Vemos por ejemplo, a Pedro, que luego de su conversión aún su sombra sanaba a los enfermos. Juan, se convirtió en el apóstol del amor. La mujer samaritana, se convirtió en testigo de la verdad luego del encuentro con Jesús en el pozo. Saulo, el cruel perseguidor de los cristianos, se convirtió en Pablo, uno de los misioneros que más aportó a la difusión del Evangelio de Jesucristo. Estos y otros más, no volvieron a ser los mismos luego de su encuentro con Jesús.

La nueva vida en Cristo significa cambiar de actitud frente a la manera actual de pensar y actuar. En Cristo la vida tiene una nueva dimensión y una calidad de vivirla. Esta nueva vida comienza desde el momento en que creemos en Cristo y le aceptamos como nuestro Señor y Salvador, reconociendo nuestras faltas y arrepintiéndonos de corazón.

Este nuevo estado de nuestra vida es un nuevo estilo de vida, donde en nuestro ser no puede haber cabida para Dios y para el diablo a la vez. Decimos juntamente con el apóstol Pablo: “Para mí el vivir es Cristo” “Ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí” (Filipenses 1:21; Gálatas 2:20b). Ahora bien, si Cristo vive en mí, entonces debemos tener el mismo sentir de Él, como lo señala Pablo en su carta a los Filipenses (Filipenses 2:5). Es tener sentimientos de amor, de bondad, humildad y compasión por los demás. Bendiciones.

La lujuria°


Mateo 13:25-26. Traducción en lenguaje actual (TLA). Mientras todos dormían, llegó su enemigo y, entre las semillas de trigo, sembró semillas de una mala hierba llamada cizaña, y después se fue. Cuando las semillas de trigo produjeron espigas, los trabajadores se dieron cuenta de que también había crecido

El sueño tipifica los monumentos vulnerables o debilidad de las personas y son estos momentos los favoritos del enemigo (Satanás) para sembrar pensamientos sexuales en tu mente cuando tu tienes problemas tanto familiares laborales conyugales etc. En la mente es donde la mayor parte de los pecados sexuales comienzan, nadie cae de un rato a otro en actos inmorales sin antes se originan en la mente.

1 Juan 2:15-17. Traducción en lenguaje actual (TLA). No quieran ustedes ser como los pecadores del mundo, ni tampoco hacer lo que ellos hacen. Quienes lo hacen, no aman a Dios el Padre. Las cosas que ofrece la gente del mundo no vienen de Dios, sino de los pecadores de este mundo. Y éstas son las cosas que el mundo nos ofrece: los malos deseos, la ambición de tener todo lo que vemos, y el orgullo de poseer muchas riquezas. Pero lo malo de este mundo, y de todo lo que ofrece, está por acabarse. En cambio, el que hace lo que Dios manda vive para siempre.

La única solución para un corazón lujurioso es el arrepentimiento constante y la fe en Cristo. Debemos creer en Dios más que en el hombre, ya sea que el “hombre” sea otro o nosotros mismos. Dios es más más valioso y poderoso que el cumplimiento de nuestros deseos lujuriosos.

El deseo sexual de por sí es bueno. Dios lo creó en el principio. Tiene su lugar adecuado. Pero fue creado para ser gobernado, o regulado, o guiado, por dos cuestiones: el honor hacia la otra persona y la santidad hacia Dios. La lujuria es aquello en lo que se convierte el deseo sexual cuando ese honor y esa santidad están ausentes.

Dios estableció una relación llamada matrimonio. En él un hombre y una mujer hacen un pacto de por vida para honrarse el uno al otro con fidelidad y amor. El deseo sexual se convierte en siervo y chispa de ese lazo pactado de honor mutuo.

Por tanto, decirle a otra persona, quiero que satisfagas mi deseo sexual, pero no te quiero como la otra parte en un pacto de matrimonio, básicamente significa: quiero usar tu cuerpo para obtener placer, pero como persona no te quiero. Y eso es deshonroso y por tanto lujurioso. Lujuria es lo que resulta de restarle al deseo sexual el compromiso de honrar a la otra persona. La Lujuria No tiene en Cuenta a Dios

Esta es la razón por la que se debe cuidar de no entretener pensamientos sexuales en nuestra mente, ni mucho menos jugar con ellos; no es pecado ser tentado con pensamientos sexuales, lo que sí es pecado es entretenerlos y jugar con ellos, ya que esto da como resultado el llegar al acto sexual físico, ya que el pensamiento sexual está sembrado en la mente solo falta un pequeño contacto físico para activar y consumar el pecado, puede ser un beso un abrazo etc. Lo más impactante es de que luego se recibe la cosecha de lo que sembró y esto es lamentable.

La lujuria mantiene poder sobre nosotros cuando sometemos a su autoridad mundana. Permitir que cualquier tipo de pecado se siente sobre el trono de nuestra vida trae desgracia y destrucción. En cambio, Cristo reina sobre nuestras vidas y el Espíritu Santo nos da el poder para vencer las tentaciones. Cuando "corremos con perseverancia la carrera", Dios dirige nuestro camino a través de los peligros de la vida y aun más allá de la carga del pecado sexual.

Según el diccionario bíblico la palabra lujuría se usa generalmente en el sentido de pasión carnal desordenada. El hebreo nefesû expresa anhelo o deseo en Éxodo 15:9  (“alma”) y en el Salmo 78:18 (“gusto”), y encierra la promesa de satisfacción en Proverbios 10:24. El griego epithymia expresa cualquier deseo fuerte, y su naturaleza buena o mala queda determinada por el contexto o mediante un adjetivo calificativo.

Pero en 1 Pedro 4:3 aparece entre una lista de vicios gentiles, y se le agregan los adjetivos “mundano”, “malo”, “juvenil”, y “engañoso” en Tito 2:12; Colosenses 3:5; 2 Timoteo 2.22; y Efesios 4:22.

Efesios 2:3; 1 Juan 2:16; 1 Pedro 2:11. El fuerte deseo del Espíritu se contrasta con el de la carne en Gálatas 5:17. Otras voces relacionadas son pathos, ‘pasión’ (1 Tesalonicenses 4:5); orexis, ‘lascivia’ (Romanos 1:27), y heµdoneµ, ‘deleite’ (Santiago 4:3).

La Palabra de Dios habla a las profundidades de nuestro deseo sensual, a la concupiscencia de la carne. La Biblia ofrece palabras sabias e instructivas, incitándonos a confiar en Dios para librarnos de los deseos mundanos. Las porciones bíblicas que vamos a leer a continuación revelan el poder destructivo de la lujuria descontrolada y nos muestran la libertad provista por Dios Padre a través de nuestro Señor Jesucristo.

1 Tesalonicenses 4:3-5. La Biblia de las Américas (LBLA). Porque esta es la voluntad de Dios: vuestra santificación; es decir, que os abstengáis de inmoralidad sexual; que cada uno de vosotros sepa cómo poseer su propio vaso en santificación y honor, no en pasión de concupiscencia, como los gentiles que no conocen a Dios

1 Pedro 4:3. Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy (NBLH). Porque el tiempo ya pasado les es suficiente para haber hecho lo que agrada a los Gentiles, habiendo andado en sensualidad, lujurias, borracheras, orgías, embriagueces, y abominables idolatrías.

Mateo 5:27-28. Traducción en lenguaje actual (TLA). Moisés también dijo: “No sean infieles en su matrimonio”. Pero ahora yo les aseguro que si un hombre mira a otra mujer con el deseo de tener relaciones sexuales con ella, ya fue infiel en su corazón.

Gálatas 5:19-21. Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy (NBLH). Ahora bien, las obras de la carne son evidentes, las cuales son: inmoralidad, impureza, sensualidad, idolatría, hechicería, enemistades, pleitos, celos, enojos, rivalidades, disensiones, herejías, envidias, borracheras, orgías y cosas semejantes, contra las cuales les advierto, como ya se lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.

1 Juan 2:15-17. Nueva Traducción Viviente (NTV). No amen a este mundo ni las cosas que les ofrece, porque cuando aman al mundo no tienen el amor del Padre en ustedes. Pues el mundo solo ofrece un intenso deseo por el placer físico, un deseo insaciable por todo lo que vemos, y el orgullo de nuestros logros y posesiones. Nada de eso proviene del Padre, sino que viene del mundo; y este mundo se acaba junto con todo lo que la gente tanto desea; pero el que hace lo que a Dios le agrada vivirá para siempre.

Gálatas 5:16-17. Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy (NBLH). Conflicto entre el Espíritu y la Carne. Digo, pues: anden por el Espíritu, y no cumplirán el deseo de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne, pues éstos se oponen el uno al otro, de manera que ustedes no pueden hacer lo que deseen.

Romanos 8:5-7. Traducción en lenguaje actual (TLA). Los que viven sin controlar sus malos deseos, sólo piensan en hacer lo malo. Pero los que viven obedeciendo al Espíritu Santo sólo piensan en hacer lo que desea el Espíritu. Si vivimos pensando en todo lo malo que nuestros cuerpos desean, entonces quedaremos separados de Dios. Pero si pensamos sólo en lo que desea el Espíritu Santo, entonces tendremos vida eterna y paz.  Los que no controlan sus malos deseos sólo piensan en hacer lo malo. Son enemigos de Dios, porque no quieren ni pueden obedecer la ley de Dios.

Romanos 8:13. Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy (NBLH). Porque si ustedes viven conforme a la carne, habrán de morir; pero si por el Espíritu hacen morir las obras de la carne (del cuerpo), vivirán.

Esto nos muestra que el Dios que tenemos no está interesado solamente en lo que hacemos sino que también en lo que pensamos prueba de esto lo que escribe el apóstol Pablo a los Hebreos 4:12. Traducción en lenguaje actual (TLA). Cada palabra que Dios pronuncia tiene poder y tiene vida. La palabra de Dios es más cortante que una espada de dos filos, y penetra hasta lo más profundo de nuestro ser. Allí examina nuestros pensamientos y deseos, y deja en claro si son buenos o malos.

Lujuria es exceso (literalmente); es un deseo sexual excesivo,  obsesivo, incontrolable y desordenado. La lascivia es un sinónimo: apetito excesivo por una cosa, y propensión excesiva a los placeres sexuales. Para los cristianos que creemos en la biblia como autoridad final en temas de doctrina y moral, la cosa es relativamente más clara. La lujuria es el uso inadecuado de nuestra imaginación. Jesús dice que la lujuria es equivalente al acto sexual mismo (Mateo 5:27-29), y por lo tanto algo que no puede ser tratado con negligencia o con superficialidad. Los hijos de Dios debemos fijar nuestros ojos en el Señor Jesucristo, el autor y consumador de nuestra fe; no son nuestros ojos la ventana del alma? lo que metemos a nuestros cuerpos a través de los ojos se queda para siempre.

La lujuria es algo de lo que no se habla abiertamente, pues cada persona lo experimenta en solitario, nadie más que vos lo sabe… son las imágenes que generan la fantasía para a su vez provocar el desahogo como la masturbación; es el uso de imágenes de pornografía que generan deseo sexual, son las malas conversaciones que producen pensamientos torcidos, son las malas amistades que andan en caminos de inmundicia sexual y moral que hacen caer y otras muchas cosas más que provocan que el corazón se desvíe de los caminos santos de Dios.

El pecado viene cuando el pensamiento pecaminoso se queda a vivir en la mente, cuando empieza a dominar los pensamientos. Martín Lutero, el teólogo alemán de hace varios siglos, lo dijo muy bien: "no puedo evitar que los pájaros vuelen sobre mi cabeza, pero sí puedo evitar que hagan nido en mi pelo". La Biblia dice que el deseo sexual es algo bueno y dado por Dios, dentro del pacto del matrimonio.

Santiago 1:14-15. Nueva Traducción Viviente (NTV). La tentación viene de nuestros propios deseos, los cuales nos seducen y nos arrastran. De esos deseos nacen los actos pecaminosos, y el pecado, cuando se deja crecer, da a luz la muerte.

El hombre natural es esclavo de sus pasiones (Romanos 3:10-18. Traducción en lenguaje actual (TLA). La Biblia nos lo dice: «Nadie es justo. Nadie entiende nada, ni quiere buscar a Dios. Todos se han alejado de él; todos se han vuelto malos. Nadie, absolutamente nadie, quiere hacer lo bueno. Sólo dicen cosas malas; sólo saben decir mentiras. Hacen tanto daño con sus palabras, como una serpiente con su veneno. Hablan con amargura y maldicen a la gente. Fácilmente se enojan y matan a cualquiera. A dondequiera que van, todo lo destruyen y lo dejan destrozado. No saben vivir en paz, ni respetan a Dios.»).

Pero en nuestra conversión, a causa de nuestra unión con Cristo, somos liberados del dominio de la concupiscencia: Romanos 6:12-14. Traducción en lenguaje actual (TLA). Así que no dejen que el pecado los gobierne, ni que los obligue a obedecer los malos deseos de su cuerpo. Ustedes ya han muerto al pecado, pero ahora han vuelto a vivir. Así que no dejen que el pecado los use para hacer lo malo. Más bien, entréguense a Dios, y hagan lo que a él le agrada. Así el pecado ya no tendrá poder sobre ustedes, porque ya no son esclavos de la ley. Ahora están al servicio del amor de Dios.

Las tentaciones sexuales están en todas partes, estamos bombardeados por la tentación sexual a través de lo que ven nuestros ojos por medio de la televisión, la música, el lenguaje obsceno, sensual y sugestivo; también las amistades virtuales en las diferentes redes sociales y la pornografía que se encuentra en el internet.

1 Pedro 3:15. Nueva Traducción Viviente (NTV). En cambio, adoren a Cristo como el Señor de su vida. Si alguien les pregunta acerca de la esperanza que tienen como creyentes, estén siempre preparados para dar una explicación.

Romanos 13:13-14. La Biblia de las Américas (LBLA). Andemos decentemente, como de día, no en orgías y borracheras, no en promiscuidad sexual y lujurias, no en pleitos y envidias; antes bien, vestíos del Señor Jesucristo, y no penséis en proveer para las lujurias de la carne.

Santiago 1:13-14. Traducción en lenguaje actual (TLA). Cuando ustedes sean tentados a hacer lo malo, no le echen la culpa a Dios, porque él no puede ser tentado, ni tienta a nadie a hacer lo malo. Al contrario, cuando somos tentados, son nuestros propios deseos los que nos arrastran y dominan.

El Poder Destructivo de la Lujuria. Santiago 1:15. La Biblia de las Américas (LBLA). Después, cuando la pasión ha concebido, da a luz el pecado; y cuando el pecado es consumado, engendra la muerte.

Romanos 1:24,28. Nueva Versión Internacional (NVI). Por eso Dios los entregó a los malos deseos de sus corazones, que conducen a la impureza sexual, de modo que degradaron sus cuerpos los unos con los otros... Además, como estimaron que no valía la pena tomar en cuenta el conocimiento de Dios, él a su vez los entregó a la depravación mental, para que hicieran lo que no debían hacer.

1 Corintios 6:9–10. Nueva Versión Internacional NVI. ¿No saben que los malvados no heredarán el reino de Dios? ¡No se dejen engañar! Ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los sodomitas, ni los pervertidos sexuales, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los calumniadores, ni los estafadores heredarán el reino de Dios.

Judas 1:6-8. Nueva Biblia al Día (NBD). Y a los ángeles que no mantuvieron su posición de autoridad, sino que abandonaron su propia morada, los tiene perpetuamente encarcelados en oscuridad para el juicio del gran Día. Así también Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas son puestas como escarmiento, al sufrir el castigo de un fuego eterno, por haber practicado, como aquéllos, inmoralidad sexual y vicios contra la naturaleza. De la misma manera estos individuos, llevados por sus delirios, contaminan su cuerpo, desprecian la autoridad y maldicen a los seres celestiales.

Conocer a Dios y actuar en consecuencia evita que el deseo sexual se convierta en lujuria. La lujuria es lo opuesto. La lujuria es un deseo sexual que no está regulado, gobernado ni guiado por una consideración superior hacia Dios.

Dios creó la sexualidad. La creó para que fuera algo bueno y bello. La creó por el bien de sus criaturas. Sólo él posee la sabiduría y el derecho de mostrarnos cómo usarla para su gloria y para nuestro bien. La lujuria es en lo que se convierte el deseo sexual cuando le damos rienda suelta y no tenemos en cuenta a Dios. Resumiendo, la lujuria es un deseo sexual que deshonra a su objeto y no tiene en cuenta a Dios. Es la corrupción de algo bueno debido a la ausencia de un compromiso honorable y a la ausencia de una consideración superior hacia Dios, no tenerlo en cuenta. Si nuestro deseo sexual no está guiado por el respeto hacia el honor de los demás y la consideración por la santidad de Dios, entonces es lujuria.

Bienaventurados los de limpio corazón, pues ellos verán a Dios. Esto es lo que Dios demanda, y este es el regalo de Dios. Todo está lleno de gracia. Por eso la única lucha que peleamos es la lucha de la fe, la lucha de descansar por completo en la gracia de Dios, por estar tan satisfechos con la Gloria de Dios para que la tentación del pecado pierda su poder sobre nosotros. Bendiciones.